martes, 4 de marzo de 2025

Lecturas que desgarran “Triste tigre” no es una lectura para todos los gustos, ni para todas las sensibilidades. No es una novela, tampoco un ensayo, es un género híbrido entre la biografía, la auto ficción y la denuncia. Un texto duro, aterrador, lleno de reflexiones de una mujer adulta, una escritora francesa, Neige Sinno, que describe los abusos sexuales sufridos durante su infancia por su padrastro y las consecuencias que le provocarían. La autora, después de treinta años de haberlo denunciado, ante el temor de que le pudiera pasar a una hermana pequeña, recuerda aquellos momentos vividos, el posterior juicio y se pregunta por qué. Y para dar respuesta a esta pregunta, se centra en el verdugo, analiza las razones que llevan a un respetable vecino, apreciado por todos, a cometer un acto tan abominable como este. Desentrañar la personalidad de su padrastro, de esas personas que “encuentran placer en el sufrimiento de las víctimas” es uno de los objetivos de Triste Tigre. No es extraño que la autora se haya convertido en la escritora más leída de Francia de los últimos años y que la haya tomado por sorpresa su éxito. En una entrevista, cuenta las largas colas que se forman para firmar su libro y confesarles que también les había sucedido, pero, sobre todo, para darles las gracias por poder contar lo que ellos no han podido. Neige Sinno puede contarlo porque ha salido del infierno. Solo una vez que has salido de él, puedes contarlo, mientras estás en él no puedes hablar, estás demasiado ocupada para sobrevivir en el infierno, afirma la autora. Son muchas más las preguntas que se vierten en este libro, que respuestas. Hay un cuestionamiento a de una sociedad permisiva ante un hecho que equipara a un genocidio. Neige narra cómo en el pueblo donde vivía, mucha gente dejó de hablarle, en cambió a él, lo seguían saludando. Cuando le preguntó a una vecina, a la que le tenía aprecio, porqué lo seguía saludando. Esta le respondió que, a ella, no le había hecho nada. Los abusos sexuales, la vergüenza, el silencio al que se ven sometidos los niños, por la manipulación, el miedo, la complicidad que crea en torno a ellos, es según la autora, la forma en que ejerce su poder el violador, por medio del abuso, la cólera, el dolo y poder controlarlos. La autora se plantea la necesidad de indagar en su pasado. ¿Por qué escribir sobre aquello después de tantos años? Finalmente, piensa que debe hacerlo por los niños, porque mientras exista esta atrocidad, nadie debería vivir en paz. Ella no puede, lo que le sucedió forma parte de su vida y lo seguirá siendo siempre. Un libro valiente, violento y necesario que traza la radiografía de un dolor nunca desaparecido. Pero insisto, si eres de esos lectores que busca un final feliz, un libro para entretenerte, ligero y fácil, este no es tu libro. Triste Tigre es un testimonio que debía contar y eso se palpa en toda la obra, la autenticidad desgarradora de una escritora que se hace preguntas sobre un hecho que cambiaría su vida para siempre y que, a pesar de eso, no se declara superviviente. “Es un error creer en el mito del superviviente, después de un abuso sexual, para alguien que haya sido abusado en su infancia, no hay final feliz.” A la pregunta de por qué lo hacen, la autora llega a una sola respuesta: porque pueden.

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