sábado, 14 de octubre de 2023


Querido blogs: 


Cuánto tiempo sin vernos ni hablarnos. 

Nosotros que fuimos tanto, que tanto nos quisimos, y ahora, ya ves, pasamos cada uno por su lado como si nunca hubieras existido. 

Y con todo lo que me diste:  noches febriles de creación, debates inacabables, viajes, solsticios y equinoccios   envueltos en delirios. 

Aquí, mi alma creativa, encontró su hueco, su espacio de encuentro y de huida. 

Aquí empezó “Piel de cebolla” antes de que hubiese existido y “Tierra quemada” en sus inicios y tantos que guardo a la sombra. Te abandoné por el Facebook, y luego por Instagram y al final, nada era lo mismo. 

Porque este blog era como ese diario que tenías de pequeña, rojo con un candado y una llave dorada, que esperabas que nadie leyera, o que alguien lo leyera y cambiara tu vida. 

Como si la literatura fuese a cambiar algo, como si la vida no se desenvolviese caótica y nueva a cada vuelo, ausente de tus deseos.

Y ahora vuelvo de nuevo, más vieja y más sabía, con mi nuevo libro a cuesta, igual de soñadora que esas nubes que ves ahí arriba, volando siempre, de sur a norte y de isla en isla, multiplicada en otras vidas y llevada por la pasión de escribir.


 Mircea Cărtărescu, lo dice mejor:


“Como escritor, te irrealizas con cada libro que escribes. Siempre quieres escribir sobre tu vida y siempre escribes solo de literatura. Es una maldición, una Fata Morgana, una forma de falsificar el simple hecho de vivir, de ser verdadero en un mundo verdadero. Multiplicas mundos cuando tu propio mundo debería bastar para llenar millones de vida”


Mi propio mundo no basta. Escribir lo suplanta. No sé vivir en un solo mundo, aprendí demasiado pronto a escapar en las páginas de un libro. 

Querido diario no te olvidé realmente, te repartiste en los libros que escribí, te dejé en todas las novelas, cuentos, y poemas que nunca leíste.  Me diste el aliento, la respuesta, la mano tendida que ahora tomo para presentarte mi nuevo libro.

“Tierra quemada” partió de la necesidad de hablar de lo impredecible, del fuego y la violencia, de renacer de las cenizas y guardar, de alguna manera, la memoria de lo que fuimos.

Pero una escribe una cosa y los lectores, casi siempre, ven otra. 

Ese es el juego mágico de los espejos imposibles. 



Fotos: La autora y Lana Corujo (creadora de la portada)

Nubes desde el avión dirección a mi isla, Lanzarote. 

y Tierra quemada de Ediciones remotas.







3 comentarios:

Fackel dijo...

Bienvenida nuevamente desde los viejos tiempos, espacios y palabras, profesora. Esperemos que te mantengas en estos espacios. Como ves, por aquí seguimos los perseverantes. Gracias.

Loki dijo...

Gracias por convertir la información en conocimiento accesible.

Nosu dijo...

Qué bien volverte a leer por aquí, Ico.

Y felicidades por tus libros :D