Mandarina
Me detuve un instante
en mirar cómo el viejo tendero
colocaba, con qué ternura,
una pequeña mandarina
sobre la caja de las frutas;
cuánto tardaba en llegar la mano
agrietada de surcos,
qué delicado el posar
aquel efímero tesoro
en la cesta.
El anciano encorvado
como una interrogación a la
tierra
me habló de ti.
Así quería amarte yo:
con ese suave posar de la mano,
con esa entrega tierna,
agradeciendo el fruto recibido
para entregarlo de nuevo a la
tierra.
#poemasdeamor
3 comentarios:
Feliz retorno a las escrituras en el blog. Con un poema tan entregado...
Gracias Fackel por tu fidelidad... Sí he estado apartada del blog, el tiempo y las otras redes sociales me han alejado de aquí, pero prometo acercarme más por aquí.
Yo también soy profe y, me gusta pensar, que también chiflada como tú. Me he permitido tomar prestado el comienzo de este post para ponerlo en ELSOTANOSOCIEDADGASTRONOMICA.blogspot.es
Espero no molestarte, pero si no te gusta, lo quito. Gracias
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