Ayer le dieron una paliza a una mujer que
conozco. Su novio mientra la golpeaba decía que era una puta. Pasa todos los
días aunque tú no lo creas.
Hace unos días dos mujeres fueron
asesinados por sus ex parejas. Ocurre
cada día. Más de 66 mil mujeres, tan sólo en cifras “oficiales”, son
asesinadas cada año en todo el mundo. Esto se llama feminicidio.
Aunque tú no lo veas.
Todas somos putas. También la mujer que
abandonó a su hijo un basurero por no poder abortar. El marido queda exento de culpa alegando que no
sabía nada, que él no la había amenazado con que no podían permitirse más
hijos. Nunca nadie sabe nada cuando se trata de escurrir el bulto.
La maternidad aún es cosa de mujeres, la
desigualdad también.
Conozco a una mujer que tiene miedo a su
marido, que ha perdido la fuerza y la dignidad como persona y denunciar. Hace apenas unos años cuando ibas a la
policía a denunciar el policía te decía que te fueras a tu casa. Si lo contabas
en la casa de tus padres este igual te daba otra paliza. Ahora si eres un alto
diputado también sales absuelto.
Conozco a una mujer que fue violada y no
dijo nada. También sé a causa de muchas mujeres que callaron o fueron
calladas para siempre.
Conozco a hombres de izquierdas,
intelectuales, comprometidos socialmente que son machistas en su intimidad.
Sé de sindicalistas, comunistas,
anarquistas que piensan que aún hay tareas de hombres y de mujeres.
El patriarcado, que no es más que la
superioridad del sexo masculino sobre el femenino produce esto: desigualdades, económicas, sociales,
ideológicas que vuelven vulnerable a las mujeres frente a este mal.
El patriarcado está en todas las clases
sociales, atraviesa toda las
ideologías, recorre las venas de nuestra sociedad como un cáncer que estrangula
tanto a hombres como a mujeres.
Y sin embargo, de diez mujeres sólo tres
denuncian el maltrato.
Miedo, vergüenza y no querer perjudicar
al agresor son los motivos que lo
explican: Vergüenza
a "reconocer las cosas que han tolerado" y miedo a la pareja.
Todas coinciden en que no quieren
sentirse responsables de su ingreso en prisión ni que sus hijos o familia se lo
reprochen.
Y todas quieren vivir tranquilas.
Pero algunas no lo contarán más.
No. No somos putas. Aunque algunos
aún lo crean. Sólo quería que leyera esto hasta el final.
7 comentarios:
Resulta duro ser mujer y no resentirse. Y si una se libera de una existencia machista no se librará de engendros machistas, pero en ese caso aún esta socialmente mal vista la castración emocional selectiva que solo las madres sabias deben ejecutar por el bien del género cuando ejemplo y educación el tiempo ha demostrado inútiles.
Una bestialidad necesaria, me temo, y contra natura. Esperaremos a la selección genética a ver que pasa.!!!!
Muy duro lo que cuentas. Espero que sepamos llegar a buen entendimiento sin caer en selección genética. Siempre confió en que el sentido común y la razón se impongan. Un abrazo
Es que es tremendo. Cuando vives en un entorno normalito, todo esto que lees en prensa te parece que sucede en Marte. Pero no, sucede en la esquina de abajo, al lado de tu casa. Buena entrada. No me atrevo a decir mucho, hiere tanto...
Y tu, que trabajas en educación, sabes que hay una regresión terrible.
Cuanto menos inteligencia y autoestima, más bestialidad.
Quisiera, como Ico, creer en el entendimiento y en la evolución interior de hombres y mujeres. No estoy seguro de que el camino sea siempre progresivo, pues entre que la política está en crisis en su significado liberador y ls religiones siguen acechando con sus marcas de esclavitud, difícil discernir un futuro. Sólo alienta el esfuerzo y la buena voluntad de muchas mujeres y también de hombres con sus conductas positivas. Pero no es fácil, no es fácil. Tenemos que remitirnos a una sociedad diferente, donde el trabajo, aunque tenga su parte alienante, proporcione medios de emancipación, donde fundar una familia no necesariamente tenga que ser el objetivo, donde un hijo no tenga que suponer nunca objeto de chantaje, donde amor y forma de vida no choquen...en fin ahí estamos todos (los que queremos estar), ¿no?
Nada más que decir.
Mi aplauso y mi apoyo.
Sabes, me ha impactado el título. A veces, como el aíre que nos circunda ni lo notamos a nuestro alrededor. Todas somos putas, todas somos consideradas putas y pasamos la vida tratando de demostrar que no lo somos. Ahí está la esclavitud.
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