miércoles, 8 de abril de 2015

Cabo Verde "mon amour"











Hay que partir de un presupuesto. Vivo en una isla a apenas cién kilómetros del Sahara. Si este hecho se desconoce cualquier suposición es errónea. Una isla te condiciona, te conforma pero también te a-isla. Cualquiera que viva en la península puede recorrer de un lado a otro, de norte a sur en un puente  o incluso un fin de semana, el territorio peninsular. Nosotros, no. Y lo peor de todo es que  los pasajes entre islas en avión son tan caros como ir a la península. En barco desde Gran Canaria a Lanzarote, por ejemplo, lleva toda la noche, no te cuento si es a la Palma. Por lo que si viajamos, nos queda más económico y cercano África.
Por esta razón, fuimos Cabo Verde. Directo de Gran Canaria Cabo Verde, dos horas y media, de isla a isla.  Santiago fue la elegida, no por otra razón sino porque Sall es la más turística y visitada y Santiago la que mayores raíces autóctonas conserva. Todo un descubrimiento. Describir un viaje de una semana en breves líneas no es fácil pero lo intentaré.
La geografía, el paisaje es muy similar a Canarias, incluso el clima, al menos en estas fechas, la calima incluso nos acogió unos días final. Quienes las conocen dicen que Cabo Verde es como  Canarias  hace cien años, mucho antes de que la horda inmobiliaria y turística plantara hoteles al borde de la playa. Esto no sucede aún allí, afortunadamente, las playas son paradisíacas y desiertas. Sin embargo, lo que me impresionó sobre todo fue la calidad humana de sus gentes. El caboverdiano es tranquilo “no estrés” y cogedor, a pesar de que su grado de pobreza sea extrema. Doscientos euros es el sueldo medio de un trabajador. No hay casi de nada, es decir todo lo deben importar de afuera, por lo que la escasez de recursos básico es importante y los precios en los supermercados son bastante elevados. La mayoría de la gente vive de la pesca y la agricultura, venden sus productos en la plaza en una especie de trueque digno de ver.
El turista, y más si eres blanco paga siempre el doble, pero esto es un impuesto que pagas con gusto porque además de que  vale la pena  no es caro para en relación al euro y sabes que es su única manera de supervivencia. La gente es amable y se presta a llevarte a los sitios, incluso los policías nos daban sus teléfonos para ofrecerse de guía. Es importante reseñar que hay un 70% por ciento de desempleo. Por lo que es importante buscarse la vida como sea. Las mujeres son abiertas y trabajadoras, pero también se apuntan rápido a una fiesta. Sirva de ejemplo la foto, un lunes en un barrio cuando invitamos a dos de ellas a una cerveza en un kiosco en medio de la calle y luego se apuntó medio barrio. Acabamos bailando dudosos bailes africanos. Desde nuestro apartamento veíamos los niños jugar descalzos en la calle y los perros vagar felices por las calles.  Nos trasladábamos en taxis de un pueblo a otro o en “luger” camionetas colectivas muy baratas. El idioma, el portugués o  criollo, una mezca de lengua africana y portugués, se hace entender después de que le coges el tranquillo. Aprender “todo fis”  es decir, todo bien, nos ayudó en los próximos encuentros. Ser las únicas blanca entre una población negra es todo un extrañamiento que deberíamos pasara alguna vez . La africanidad es un estado del espíritu.  Esto daría para otro post.

A quien quiera viajar recomiendo que no haga mucho caso de los foros que vendan a  Praia como una ciudad peligrosa, no tanto ni más que Madrid. A causa de esta neura capitalista que nos da por temer por nuestra seguridad constantemente, no visitamos la nocturnidad musical de Praia que al parecer es  muy rica.  Pero esto será para otra ocasión porque  las once isla se merecen regresar, aunque sólo sea por la lección que nos dan aquellos que tenemos de todo y no nos contentamos con nada. El humanismo que desprenden los caboverdianos en su pobreza nos da que pensar. Ideal para romper esquemas y desconectar de todo. Otro mundo sin conexión y tantos objetos inútiles es posible.

6 comentarios:

José A. García dijo...

Es una experiencia muy interesante, tanto para el que está acostumbrado a viajar como para el que nunca lo ha hecho.

Gracias por el relato.

Saludos

J.

TORO SALVAJE dijo...

Esa foto es lo más alegre que he visto en mucho tiempo...

Besos.

Igor dijo...

¿70% de desempleo, dices? A restar de la economía sumergida, aún así cuesta de asimilar. Me quedo con lo del mundo sin conexión. Saludos.

Humberto Dib dijo...

Me gustó tu entrada, no conozco casi nada de Cabo Verde, es decir, apenas los que nos enseñaron en el colegio.
Muchas gracias por compartir, Cabo Verde Meu Amor.
Un abrazo.
HD

Tramos dijo...




Encantadoras fotos y buena narración de una realidad. Hace más de 50 años viví en las palmas y puerto la cruz, lo recuerdo con esas playas hermosas sin sombrillas, las tiendas llenas de color...
Me siento canaria, un gusto conocerte,

Besos fuertes,

tRamos

emejota dijo...

Hermoso Ico, muy hermoso.