El fauno es
andrógino, no es ni hombre ni mujer.
El la exaltación
de la vida misma.
Se es fauno o no
se es.
Sus cuernos, su
fuerte vigorosidad, y su delicado aspecto animal y humano representa al hombre/mujer salvaje que todos llevamos
dentro.
El fauno cuida
la tierra y tiene el don de los animales. En los bosques corretea persiguiendo
a las doncellas y a los jóvenes que seduce con requiebros secretos. Hay un candor inocente en su mirada, en
la luz que cae sobre su piel que lo vuelve atemporal, sin edad precisa.
Sus formas sensuales
y su piel de terciopelo destella en medio de la noche alunada.
El fauno te
llama, te mira con sus ojos dulces y bovinos. Entonces comprendes que no puedes
ni quieres escapar a su influjo.
Escultura de Ana Liliana Pérez (Exposición
en el Círculo de Bellas Artes de Tenerife)
5 comentarios:
Es mi primo.
Besos salvajes.
q guay..
Caramba, qué texto tan bueno. Me ha recordado a aquellos poetas que tanto podían inspirarse en una escultura. Quisiera ser fauno y vivir en un bosque sin antenas ni cables.
Saludos.
Los genios de los bosques salvajes... Afortunadamente, comprendemos que no podemos ni queremos escapar a su influjo. Un saludo.
Ahora ya sé de donde viene aquello de... el laberinto de Fauno o fauna, que tanto da.
Un beso, profe.
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