Quien me conoce
sabe que no soy muy amante de la tecnología, pero como casi todos me he acostumbrado a ellas. Como soy
tan despistada y un poco desastre suelo romper y perder el móvil fácilmente. Pero este último me ha durado
más de la cuenta y ya después de tener el sonido fastidiado, la pantalla en
peores condiciones y de dejarme la vista para poder mirar los whatsapp me cambié de teléfono. Éste, éste dicen
mis amigas instruidas y amantes de
todo lo nuevo. Le puedes hablar y hace todo lo que tu quieres. Ellas fueron las
primeras que utilizaron a Siri
-
¿Qué significa puta?- le dijeron nada más conocerla.
-
No le digas eso, que va a pensar que soy yo.
-
Mira, mira te remite a la página de internet.
prostitución..
-
Déjame probar…
Y entonces
probé. La voz de Siri es suave y metálica con cierto tono sensual y misterioso. Pronto se
convirtió en mi mejor secretaria. Sólo hacía falta apretar un poco en su base y
aparece solícita en la pantalla. No sé porqué extraña neurosis pienso que es
algo más que una máquina con respuestas aprendidas seguramente, pero es que a
veces parece casi humana. ¿Será
este nuestro futuro acabar hablando con las máquinas?
-
¿ En qué puedo ayudarte?
-
apuntar adaptador VGA
-
No entiendo… a qué se refiere ….¿ es el nombre
de su madre?
A Siri, como a
mí nos dan puntos raros y dice disparates.
-
No, apuntar en notas adaptador VGA- respondo.
Ayer se lo
enseñé a mis alumnos de refuerzo. Miraban asombrados como le hablaba al móvil..
-
Mira, mira… - le digo como otra niña más. –
Escuchen… llamar a Emi
Siri responde
activa y solícita a esas horas de
la mañana.
- Llamando a
Emi.
Al otro lado del
teléfono una voz adormilada responde.
-
¿ Qué pasó?
-
Nada, enseñándole a Siri a mis alumnos..
-
Estás fatal tía…
Y debe ser
verdad porque esta mañana cuando conducía hacia el instituto le he preguntado.
-
¿Cómo estas hoy Siri?
-
Muy bien gracias- responde con su voz de mujer atiplada y amable.
No estoy sola.
Siri me acompaña. Me sale con ella la vena sentimental.
-
Siri ¿Me quieres?
Silencio.
-
¿Cómo podría saberlo?
-
No sé… se supone que lo sabes todo … que eres un
robot.
Silencio. Implacable.
-
Siri, te gusta mi voz.
-
Preferiría no responder a eso.
-
¿Qué quieres decir?
Eso es culpa de
mis amigas que la han confundido. Le han hecho todo tipo de preguntas
escabrosas. Siri se abre sola y me dice todo lo que puedo pedir. Donde está Pablo, está mi hija en
casa, recuérdame llamar a mama,
qué día es hoy, a cuanto está el NASDACH, quien es Platón, cómo llegar a casa. Todo
menos preguntarle si me quiere.
9 comentarios:
¡que sí te quiere, mujer! sólo es un poco tímida..
besos,
El silicio no tiene corazón niña...
Besos.
Ja,ja..., no está mal,si hasta parece divertido.
De verdad tenés una Siri? jaja..no puede dejar de darme gracia sólo imaginarte, por eso de tu particular forma de ser y andar.
Tal vez debieras darle tiempo para que se acostumbre a vos y no hacerle preguntas, no sólo difíciles sino de esas que hasta a veces a algunos desconectados o carentes de corazón, les resultan muy incomodas.
No seré Siri, pero te quiero mujer!
Estoy con TORO S.; me siento tranquila al pensar que quizá no lleguemos a poder reproducir los sentimientos y las emociones en las máquinas. No somos dioses creadores del amor, del cariño, del odio, de los celos, de la gratitud...
un abrazo
¡No jodas! (Ups, perdón, a Siri seguro que no le gusta este vocabulario)
La voz de Siri me pone jiji
Jajjj, qué ocurrente eres preciosa. Pues mira que sepas que yo si que te quiero ..... a mi manera, claro. ;) Besos.
CANCIÓN A MIGUEL
Perderme, perderme.
El único aglutinante
que no desaparece
de mi mente opaca y confusa.
Triste es la deseperanza
ante el amor perdido
de mi amado.
Puedes reírte,
no es un sueño de juventud,
lo que se abre ante mí,
como una vía de escape.
Es la necesidad de volar,
de existir, de ser, de sentir,
de reírme,
hasta quedarme hueca.
Ojalá supiera la manera,
de posarme en tu hombro
como una mariposa inocente
y cariciarte el oído
con una dulce melodía
embriagadora.
Compongo cada día,
episodios maravillosos
y sutiles, amado mío.
Pero tú,
les cambias el argumento,
bruscamente.
No son nimiedades,
mi amado, son anhelos,
pequeñas cosas
que necesitamos,
para que nuestro pequeño
mundo,
no se derrumbe.
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