Ahora sí. Se
acabó el curso y me despido de la
isla non nostalgia. Cuando llegué a Lanzarote, esta piel de dromedario, no era
nada más que un destierro donde me había llevado mi incapacidad natural para
gestionar todo lo que tiene que ver con la administración y la burocracia. Aún así, pensé para mi consuelo, no lo
debía tomar como un castigo, pues es la isla donde nací y a donde volvía, hija
pródiga, después de veinte años de
estar lejos de ella.
Pero el curso ha
pasado ya y es de agradecidos recordar a toda esa gente que estuvo conmigo
desde el principio de mi llegada y quienes me ayudaron a pasar mejor estos
meses alejada de mi casa, de mis amores, de la otra isla.
Mis amigos, los
de siempre, después de tantos años y los nuevos fueron: Pedro Pablo, Valentín, Majito, Toñin,
Siso, Miguel, Loli, Mely… y tantos
más, a toda esa gente del charco que se acercaron hasta mí o dejaron que yo me
acercara a ellos, que impedían que me levantara de la terraza del bar y me
fuera con la estrategia de invitarme a otra copa mas. Tardes, noches de
tertulia, de salvar el mundo, de crear, de recordar, de revisión del pasado, de cuestionar el presente. Amigos que estaban ahí para escucharme y para
demostrarme que Lanzarote se mueve, que hay en esta isla chica grandes artistas.
No en vano he conocido en estos meses a músicos, dibujantes, escritores,
periodistas, jueces, amigas que se han vuelto madres, madres que se han vuelto amigas.. Todavía sin saber qué nuevo destino me espera en este curso sé que voy a echar
de menos esas tardes en el charco.
Pero en
especial, tengo que darle las gracias a Pedro Pablo, mi amigo de correrías de
adolescencia, quien ha estado de nuevo ahí, después de tanto tiempo, para
recordarme lo que fuimos y lo que aún, pese a todo, seguimos siendo, rebeldes
con o sin causa, pero buena gente.
Mi amigo Pedro
Pablo, lazarillo de estos meses, quien siempre supo acogerme cuando lo llamaba
para tomar una cerveza en el charco, quien me zarandeaba o con quien compartíamos unas risa cómplices es a quien quiero
dedicar en especial estas letras.
Ahora que me
alejo con el barco y dejo la isla atrás, veo en las estela del mar un surco en
la tierra donde he sembrado amigos. Más tarde, algún día, los recogeré de nuevos.
Los amigos, lo sé, también están ahí, al otro lado del mar.
7 comentarios:
Eres una profe guapetona y con un gran corazón. Eso se nota cantidad. Ahhh y que además escribe genial. Bss.
Quien siembra amistades recoge amores y tú, canaria, eres de éstas.
Felices vacaciones!
Hoy estás tristona eh?
Abrazoteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
Desterrada a volver donde naciste? Vaya. Me alegro que no haya sido tal. Feliz verano !
¿Y todavía no sabes dónde vas a parar?, jejeje, debe ser un sinvivir.
Pero en cierto modo me da un poco de envidieja. Me gusta estar enraizada en un lugar, pero siempre he soñado con no tener ningún sitio y andar rodando por el mundo.
Complicado.
¡Felices vacaciones, colega!
Un besazo.
Matilde.
Creo que vayas donde vayas, harás amigos, encontrarás compañeros de viaje que conseguirán hacerte feliz y a la vez, tú también les enseñarás...
otro abrazo :))
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