He aquí una novela auténtica. No
puedo definir bien porqué, pero así me lo parece, quizás porque el autor escribe desde su propia
experiencia y biografía con la esperanza de ofrecer otro punto de vista sobre
nuestra historia más reciente.
No es fácil ser árabe inmigrante
en el mundo occidental, sobre todo porque los europeos tenemos una visión europeísta
sobre el mundo que nos impide comprender con objetividad lo que ocurre en él. Quiero,
no obstante, pensar que estamos abocados a entendernos. Si en la edad Media
pudieron convivir pacíficamente árabes, judíos y cristianos en nuestro país,
parece descabellado que ahora, cuando la civilización ha avanzado sigamos
entablando una guerra sin cuartel contra todo lo que desconocemos.
Los Reyes, los buenos, no esos
que viven a costa del pueblo, me regalaron este libro, Los desorientados, y ha sido todo un acierto. Su autor, libanés, Amín
Maalouf, quien lleva más de treinta años viviendo en Francia, analiza la
situación de su país y nos ofrece un conjunto de razones y argumentos que
ayudan a desentrañar las relaciones de oriente y occidente.
El argumento es muy sencillo: Un
amigo de juventud ha muerto. La viuda lo llama para que acuda a su entierro y
allí organiza a varios amigos, todos viviendo en extranjero, para que vuelvan a
su país y se reúnan junto las exequias de su amigo muerto. Esto permite al
autor mostrar las diferentes perspectivas de los emigrados y sus razones para
irse. La voz de los exiliados habla por medio de los amigos, cada uno ha tenido
su razón ideológica o vital para irse. “Todo
hombre tiene derecho a irse es su país, es el país que tiene que convencerlo para que se quede”
Amin Maalouf, es uno de los
autores árabes menos sospechosos de integrismo, sus ideas son liberales y
democráticas, nacido en el Líbano, donde conviven judíos,
musulmanes y cristianos, todos ellos árabes, es el interlocutor ideal
para acercarnos a este mundo, desde la perspectiva de la lejanía pero sin dejar
de tener conciencia de la realidad de su pueblo, no sólo del sentimiento de
abandono e injusticia que ha sufrido el árabe como pueblo sino del desprecio
que siente occidente por oriente. La voz del narrador, pero también de los
amigos emigrados, alter ego del escritor habla en sus escritos.
“ Cuando viajo por Europa, me tratan con miramientos , como a todos los
ricos. La gente me sonríe, me abren las puertas con una reverencia, me venden
todo cuanto deseo comprar. Pero en su fuero interno, me aborrecen y me
desprecian. Para ellos no soy más que un bárbaro que ha hecho dinero. Incluso
cuando llevo el mejor traje italiano, sigo siendo para ellos moralmente un
pelagatos ¿ por qué ¿? Porque pertenezco a un pueblo vencido, a un civilización
vencida. Lo noto mucho menos en Asia, en África o en América Latina, a las que
también maltrató la historia. Pero en Europa sí lo noto. ¿Tú no?”
Narración ágil y amena, donde el
diálogo entre los amigos reencontrados se mezcla con las conversaciones
epistolares entre ellos; razonamientos y juicios históricos sobre el conflicto
palestino, sobre el nacimiento del integrismo o sobre el sentimiento de los
vencidos, de los humillados por la historia, visto en la piel de un libanés que
piensa como occidental pero entiende el sentimiento de frustración y rencor de su pueblo árabe.
“ El conflicto que impide a Occidente y el Islam reconciliarse, es el
que hace retroceder a la humanidad contemporánea hacia las crispaciones identitaria,
hacia el fanatismo religioso, hacia eso que llaman “el enfrentamiento entre las
civilizaciones ( …) por ese conflicto por el que la humanidad ha entrado en una
fase de involución ética y no de progreso”
Se echa de menos que acabe tan
pronto, pero también, por pedir
que no sea, una visión mayor sobre el papel de la mujer en el país árabe. No
obstante, hay cabida para analizar los entresijos del amor de pareja con este
ardid: El protagonista llega solo y se encuentra con su amiga de juventud, un
amor que nunca pudo culminar por su timidez y las circunstancias. Esta amiga
llama a la mujer del protagonista en Paris para pedirle permiso para acostarse
con su marido durante la semana que durará la visita. La esposa accede con la
condición que se lo devuelva al finalizar el viaje. “ dulzura, complicidad y derecho a equivocarse” es la máxima
en el terreno amoroso.
Interesante metáfora si se
pudiera trasladar a los conflictos políticos, que bien podrían reducirse en
esta sencilla frase “ si me abres los
brazos, estoy dispuesto a morir por ti. Si me das con la puerta en las narices,
me entran ganas de tirar la puerta y la casa”
9 comentarios:
Tomo nota (apunto en una hoja todo lo que quiero leer). Aunque soy un lector particular, no sé si bueno o no. Me he arriesgado pocas veces, la mayoría de las veces con literatura infantil.
Si, parece una lectura interesante, sobre todo el hecho de ponerse en los zapatos del otro, y ver el mundo desde ahí...
Un abrazo
Realmente ustedes desconocen la realidad de america, en el caso de mi pais, le dan todo al presidente indigena y el les paga hablando mal de ustedes y nacionalizando empresas españolas y tratando de aplastar a los blancos.
Tiene muy buena pinta ese libro.
Apuntado queda.
Besos.
Interesante: tus palabras y lo que presenta este libro.
«Perdemos la memoria de las palabras, pero no la memoria de las emociones.»
Encontrar ideas claras para entender el odio y la diferencia entre occidente y oriente es siempre conveniente y provechoso, amplia la visión de muchos asuntos.
un abrazo
Veo, además, que estás liada con Svevo: interesante...Ya indagaré por aquí para ver qué te parece.
Un placer leerte, como siempre.
Culparé al estudio y no a la eterna pereza, por eso de no actualizar el blog.
¡Saludos profesora!
No se como lo haces pero siempre consigues que me entren ganas de salir corriendo a comprar el libro cuando das una buena crítica y este además de tu crítica cuenta con un tema que me intriga mucho
Un besote cielo
Pues, sí, dan ganas de leerlo.
Gracias.
en fin, pues uno más que anoto en mi interminable lista de lecturas pendientes
gracias por la recomendación,
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