Un
hombre pasea en la noche
su
perro muerto.
No sabe
porque aun nadie se lo ha dicho
que el
animal lleva tiempo muerto.
El
hombre
acaricia el lomo
del
animal
que tampoco sabe que ha muerto.
Desde
mi ventana los veo pasar
al
hombre
hablándole con voz queda
y al
perro que mueve su cola
y lo
mira
con infinita dulzura.
Mi
corazón se detiene
en esta
imagen melancólica
del hombre que no sabe que su perro está
muerto
y del animal que desconoce su existencia.
Una
mujer pasa y lo mira con desprecio
porque
tiene las ropas sucias y un aspecto mugriento.
La
mujer
que no
sabe que nadie es tan fiel
como este
perro muerto
desaparece
en la esquina
entra en la casa
y oye en
la habitación contigua
el
teclear del hijo
que desconoce la existencia
del
hombre
que
camina bajo la noche
con el
perro fiel
que hace tiempo que ha muerto.
7 comentarios:
Solo en los perros la fidelidad va mas alla de la muerte. Muy diferente de nosotros los homos erectus.
Esos mundos ajenos, los del otro, al que no vemos.
Abrazo!!
Muy bien!! Me ha gustado, buena melodía que va bajando en cascada. Aunque, para ser sincero, tiene algo así como unos pequeños tropiezos, la melodía se impone al final
Bien podria ser una radiografía de la clase media joven y sin futuro pero tambien un retrato de soledades contemporáneas.
Mi corazón tambien se detiene en tu metáfora.
Ufff...
me dejó un sabor amargo, tu poema. Un pensamientos difuso sobre los sentimientos a los que nos aferramos, y como se ve eso desde el exterior
besos,
La indiferencia a los valores que han demostrado ser los que permiten llevar una vida más digna, puede ser una consecuencia de... la industrialización? o la globalización? o la propia usura? perdona este coment, es una tontería.
Me gustó tu poema reivindicativo.
Un abrazo
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