lunes, 4 de mayo de 2009

Elegida por catálogo



-Hay dos partes en mí. Una que me dice hazlo y la otra que me dice no lo hagas.
La amiga con la mano apuntando un imperdible hacia el pecho sonrie.
- Es normal. A todas nos pasa. Pero tienes suerte, es una persona maravillosa y está loca por ti. ¿qué más quieres?
- Bueno… si es por pedir…- dice la mujer desde lo alto del taburete.
- Te voy a dejar un traje hecho a medida. –dijo mirándola con perspectiva.
- Más te vale. ¿no crees que me hace mucho pecho?
- El que tienes.
Esa noche la novia durmió mal. Soñó que el suelo se hundía a sus pies y que la casa se le inundaba de agua. Llamó a su madre.
- ¿estás nerviosa? – le dijo su madre a través del teléfono.
- No.- respondió llevándose a la boca una chocolatina.
- ¡ Ay hija, no sé a quién saliste¡ Todas las novias se ponen nerviosa a dos días de la boda.
- Pues yo no, que llevamos cuatro años viviendo juntos mamá.
- ¿y el traje?
- Hoy es la última prueba, según Marga va a estar como de catálogo.
- Hasta para eso eres rara. ¿No te lo podías haber comprado uno en el Corte Inglés como todo el mundo?
- Y ¿dónde meto las tetas? Bueno mamá, que tengo que llamar a Javi.
La novia se tiró al sofá y encendió la tele. Cinco mujeres luchaban por un grajero zafio y burdo que solo decía estupideces. La gente ve esto para reírse de otra gente, se dijo, y apagó el televisor. Se dirigió a la cocina y abrió una botella de vino que tenía reservada para momentos estelares y se sirvió una copa. Saboreó con placer el primer trago. Le resultó tan agradable que, como siempre que tenía un antojo, abrió una lata de berberechos. Era junto con el chocolate las tres cosas que más le gustaban. Dejando aparte el sexo. Se dijo.
- En realidad, para qué me caso- dijo a su gata que ronroneaba sobre ella mientras se servía la segunda copa. No quiero hijos, no voy a tener una hipoteca. Cuando acabó la lata se bebió el agua de los berberechos. El teléfono sonó.
- ¿Qué haces?- le dijo el novio.
- Beber vino.
- ¿sola?
- Si…
- ¿y porque no me esperas?
La novia bebió mojándose los labios. En realidad no sabía bien qué responder. No supo qué responder.
- Queda otra botella…jajá.
- Estas pedo.
- Qué va aún no, pero lo estaré – dijo exhalando una voluta de humo.
- ¿estás fumando? ¿Pero desde cuando fumas?
- Siempre que bebo como hoy – dijo con voz cansada.
- Bueno, eso son los nervios yo estoy también como un flan pero no me dedico a beber a un día de la boda. mañana vas a estar hecha polvo.
- Yo no estoy nerviosa.
- Bueno no te enfades conmigo. Hablamos luego.
- Yo no estoy enfadada.
Una sensación de fastidio la embargó de repente. El timbre sonó dos veces.
- Última prueba – dijo la mujer sonriente detrás del vestido.
- ¡Qué fastidio¡
- Te veo de mejor ánimo que ayer. ¿qué haces fumando?
- Nueva vida vicio viejo.
- Venga vamos a ver cómo quedó. ¡ qué nervios¡¡
Fue hasta el dormitorio y se deshizo de la ropa.
- Ponte los zapatos – le dijo su amiga desde el salón.
- Se miró al espejo. Así, en sujetador y bragas y en tacones no estaba mal. Pensó en un salón rodeado de hombres mirándola. A partir de mañana ni uno más, se acabaron los amantes o será adulterio. Río. Lleva la media botella y otra copa al salón.
- ¿qué haces?
- Ya voy…
- Pero qué haces con la copa de vino...estás loca... a ver… deja eso un momento.
La mujer dejó con cuidada la copa en un estante y con sumo cuidado cogió el vestido debajo de la funda de plástico, tal si fuera una pieza valiosa. Lo mira nuevamente y se lo enfunda por la cabeza a una novia pensativa.
- Pásame la copa.
- Ni hablar. ¡Estás preciosa! Mírate.
Delante del espejo vio a una mujer que se parecía poco a ella misma. Parecía más una de aquellas modelos que había que elegir por catálogo
- Muy bien. – dijo más por complacerla que por firme convicción- muy bien. Toma la copa de vino y bebe un sorbo. ¿Tienes amantes?
Todo fue muy rápido. Ella se inclinó para mirar un pliegue de la falda mientras preguntaba y la amiga levantó la mano en un gesto de aspaviento. Las dos mujeres abrieron los ojos al unísono mientras la copa rodaba por el blanco nacarado dejando un río de color rojo sobre el vestido. La amiga empezó a llorar y la novia a reír. Y rié tanto que debe sentarse en el suelo.
- Mujer no te lo pongas así. Era solo una pregunta- la amiga se cubre la frente mientras cabecea. No sabe si reír o llorar- Anda, venga, que luego nos vamos al corte inglés y me compro uno de madrina…anda… qué fue culpa mía- abraza a la amiga que se sienta también en el suelo - que te quiero coño, toma todavía queda tu copa…yo si tengo amantes, bueno, en realidad un fijo y otro discontinuo y me preguntaba si tú que llevas diez años casada.
- Que sí…. Pesada- dice la amiga sonriendo mientras bebe.
- Que sí qué.
- Que si tengo.

8 comentarios:

sempiterna dijo...

No significa que me imaginase el final de la copa de vino por evidente, sino por catastrófico. Jajaja. Me encanta esa manera de tomarse las cosas y lo fácil de encajar a los amantes en todo esto. Relato muy fresquito, como la vida misma.

Nefer dijo...

Me encantó, como siempre, genial. Fresca y divertida

farala dijo...

excelentes, rápidos los diálogos, muy bueno. (esta chica debería hacer caso de las multiples señales - granjero busca novia incluido, jajajaja- y no casarse...) (claro que quién soy yo para hablar, casader compulsiva)

Isidora Rufete dijo...

Muy bueno,Ico, me ha encantado el relato...Lo de la copa de vino lo veía venir y me ha recordado a una amiga mia que es muy patosa...seguro que ella hubiese hecho lo mismo con la copa o hubiese quemado el traje con el cigarro...Gracias.

dintel dijo...

Coño, pues yo no tengo... qué mal voy.

baldufa c'est moi dijo...

que bueno ! Como siempre, el estilo Ico no nos defrauda !

Anónimo dijo...

ESCONDES COSAS ENTRE TUS RELATOS,PERO NO ES MOMENTO,NO?MEJOR SEGUIR OCULTANDO TU VERDAD ICO

Ico dijo...

Gracias por los piropos... siempre alienta saber que gustan ....
Anónimo: afortunadamente la literatura no encierra sólo una verdad, sino muchas, múltiples, variadas, ambivalentes, contradictorias, simples y complejas... gracias por leerme.