martes, 16 de diciembre de 2014

Evaluaciones, suspensos, genética y otras cuestiones


Creo que ya lo he dicho alguna vez: odio poner notas.  Quien sabe, quizás haya profesores que disfrutan con esto, pero mis ejes chirrían cada vez que me someto a esta labor santificada. Y es que evaluar implica determinar si un alumno-a es apto o no según qué criterios. El problema son los criterios, sería más fácil si estos fuesen coherentes, apropiados o medibles pero, en muchas ocasiones no lo son.  Admiro a aquellos profesores capaces de hacer evaluaciones numéricas, 3,72. 1.28 ¿ De dónde lo sacan? En fin, es mi talón de Aquiles, lo reconozco.  Me rebelo como Quijote contra el sistema educativo, las evaluaciones y los programas didácticos obsoletos y decantes. En mi día a día en mi clase intento ser práctica y crear lectores y escritores, por qué no, y fomentar el espíritu crítico. ¿ Lo conseguiré?
Ayer tuve la ocasión de estar al otro lado. Fui a recoger las notas de mi sobrina y la exposición que hacía la maestra de los objetivos mínimos a alcanzar era realmente demoledora: dividir por dos, categorías gramaticales...
 A ver, no es preferible que sepan leer y comprendan lo que leen, empiecen a redactar y a cuestionarse la realidad del mundo. ¿Por qué se priman tanto los saberes académicos en estas edades cuando lo que debería ser importante es la seguridad, autonomía y motivación para aprender por sí mismo.
Vale, que era una profesora a la vieja usanza, pero aún así me consta que hay todavía docentes que conciben la educación cómo una  aprendizaje de conceptos  académicos, aburridos e inútiles que olvidarán en breve.
 Resultado de la evaluación de mi sobrina: suspendida en matemáticas y lengua. Le  comento a  la maestra, debe ser genético, la niña es torpe en matemáticas, yo también lo soy, aún hoy no sé dividir por dos. Cómo, me mira sorprendida la maestra abriendo mucho los ojos: eres profesora de lengua y no sabes dividir por dos. No, respondo, me pasaba lo mismo, me  castigaban  sin recreo y aún así se ve que no sirvió de mucho.
De acuerdo, es cierto, aún se confunde en las categorías gramaticales ¿Y qué? ¿ Y qué  hay de la creatividad? ¡¡Cuántos cuentos  no inventa y escribe cuando le digo que no me moleste  que estoy escribiendo¡¡
 En conocimientos artísticos, que comparte la nota entre música y plástica le habían puesto un cinco raspado. ¿ Cómo es posible, le digo, si se pasa el día cantando y dibuja muy bien? La maestra lo confirma, corrige la calificación y le pone un notable ¿ Por qué no se potencia ni se evalúa la creatividad?  ¿ Por qué no se le da el mismo valor a las asignaturas artísticas, como música y plástica, que a las demás áreas?
Lejos quedan aún las palabras de Emilio Lledó, premio Nacional de las letras españolas, reivindicando la vocación docente y la necesidad de educar en libertad y potenciar al máximo las diferencias y cualidades de cada alumno. En fin, me esperan días terribles.

8 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Esa es una profesión en la que no podemos fallar, y sin embargo que poca gente hay con verdadera vocación.

Besos.

emejota dijo...

Expones una gran realidad vetada a seres convencionales.

María dijo...

Podría haber escrito cada una de tus palabras. Me pongo de mala leche...

mjromero dijo...

A quien se le da bien la lengua tambien se le da bien las matemáticas.
Nuestro mundo es un mundo de palabras, no de números, pero insisten en los números, ahora que los jóvenes ya no saben ni multiplicar porque recurren a las máquinas, y lo digo sin profundizar ni tomar un aspecto crítico.

Unknown dijo...

Este sietema educativo que padecemos es castrante porque si te sales de lo pautado o lo "normal" tienes que luchar contracorriente con profesores, directores, alumnos y padres.
En los países nórdicos los niños tienen muchas asignaturas diferentes para que experimenten y prueben lo que realmente les gusta y les motiva sin ninguna presión ni circulos cerrados que lleva a tantos a desistir de manera temprana.
Besos desde Tenerife y felices fiestas.

TRANSPARENTE SELVATICA dijo...

Hola! hay un anuncio del Ikea que lo explica muy bien, cada niño tiene sus cualidades..como todo...el sistema tiene que funcionar de alguna forma .

LaCuarent dijo...

Ya quisiera yo que existieran más profesionales como tu que se enfrentaran a la numerología por la que se sigue evaluando esta sociedad que no sirve de mucho, la verdad

Bueno cielo si no vuelvo por estos lares felices fiestas y disfruta de mi horita menos que este año yo por desgracia no puedo
Un besote

Paola Vaggio dijo...

Poner notas es un coñazo porque sabes perfectamente que eso no es cierto.