Ayer fue nuestra primera tertulia en
el Café la escalera. Decidimos empezar por “Delta de Venus” de Anais Nin porque
queríamos romper la vulgaridad y el prosaísmo en que ha caído la literatura
erótica después de la saga 50 Sombras de Gray, y de este modo dar paso a que la
gente conozca otro tipo de literatura erótica de mayor calidad.
Se contaron algunas anécdotas curiosas y según el vino y la
cerveza fue surtiendo su efecto conocido en la retórica, se distendió
agradablemente la conversación con tintes de humor y de experiencias. Se habló
mucho de sexo y de relaciones humanas, de la culpa, del tabú, de las
diferencias entre la forma de concebir el amor hombres y mujeres.
La escritora, Anaïs, y en eso
coincidíamos todos los tertulianos, fue una mujer liberada audaz y arriesgada
para su tiempo que buscó a través del erotismo una nueva forma de conocimiento.
Y así lo dice ella misma” El erotismo es una de las bases del conocimiento de
uno misto tan indispensable como la poesía”
Las preguntas y curiosidades de los
tertulianos se sucedieron de una manera natural. La conversación se centró
largo tiempo en la diferencia entre erotismo y sexualidad, o sobre si existía
alguna diferencia en la manera en que ven el sexo, según seas hombre o una
mujer.
La mujer une más el sexo al amor,
parece, mientras que el hombre es capaz de diferenciar entre ambos. Quizás
porque hay un componente erótico en los sentimientos que la mujer y así lo
confirma Anais Nin quiere y desea.
Así, l a mayoría de las féminas coincidimos
en que para las mujeres el erotismo es un componente que enriquecen soberanamente
el sexo,”el carburante que lo inflama” según la autora, “Estos elementos son
personales para cada uno, puedesn ser tanto aspectos intelectuales como imaginativos o románticos, o ya sea la
fantasía, los sentimientos, todos ellos enardecen el sexo y lo exaltan. Pues si
el sexo es animal y satisfactorio mucho más lo vivido con erotismo, la
diferencia está entre comer una hamburguesa rápida en un burger o un solomillo
en un restaurante de lujo.
De esta pretensión de sexo a secas,
precisamente se quejaba la escritora ante su coleccionista cuando éste le pedía que se olvidara de tanta
poesía y fuera al grano.
"Estos relatos eróticos los escribí
para entretener, bajo la presión de un cliente que me pedía "que me dejara
de poesía" Creí que mi estilo derivaba de una lectura de obras
debidas a hombres(..) releyéndolo muchos años más tarde, me doy cuenta de que
mi propia voz no quedó ahogada por completo.”
Literatura, erotismo, buena conversación
y buen ambiente, nada mejor para una noche de sábado que salió redonda.
Finalizamos con algunas frases de la autora:
“ La única anormalidad es la
incapacidad de amar” o “ Cualquier forma de amor que encuentres vívela”
Como colofón, lectura de un poeta
canario, Domingo Rivero, y su “oda a mi cuerpo” a cargo del escritor Juan
Carlos de Sancho.