sábado, 19 de febrero de 2011

Miénteme como si fuera la última vez

No hay nada tan suculento como una polémica entre escritores, a excepción quizás de una polémica entre un escritor y un periodista. Hace tiempo luchaban en dominios diferentes, uno el del realismo y la defensa de la verdad y el otro el de la ficción. Ahora las fronteras se han borrado, ya hay periodistas escritores o escritores que escriben como periodistas. Incluso, esto ha creado tendencia y se dramatiza la realidad, por esto último apuestan ahora las editoriales.

Como en todo en la vida están los defensores detractores de este hibridismo.

Por eso quizás la polémica ocurrida esta semana entre el escritor Javier Cercas y el periodista Arcadi Espada, no ha sido sino una ejemplificación más de esta discurso enfrentado.

Los hechos fueron los siguientes, Aracadi Espada, periodista del “Mundo” escribe en su columna que han apresado en un prostíbulo de una localidad de Madrid al escritor Javier Cercas. El escritor, sintiéndose ofendido, acusa al periodista de hacer correr un bulo con la intención de difamarlo. Arcadi, reconoce, que lo que ha dicho no es cierto, que es tan sólo una “licencia” permitida en su columna, de carácter ficcional, tal como en su día el escritor, defendió como válido en el periódico el País.

El sagaz periodista continúa justificando esta broma pesada en que su intención no era otra que dar una lección al escritor, quien había defendido tajantemente la imaginación en el periodismo, añadiendo un cita del propio escritor “en los artículos de opinión son admisibles ciertas licencias…” queriendo, de esta forma, dar al escritor de beber de su propia medicina.

Sin entrar a opinar si es éticamente justificable lo que hizo el periodista con el escritor. ¿Se puede usar la ficción en los artículos de opinión como ya hizo Juan José Millás u otros? ¿Es lo mismo el uso de la imaginación en una novela que en la columna de un periódico?

Tengo serias dudas, por lo que ando más cerca de la mala idea de Arcadi al enfrentarse al escritor que de Cercas, del que por cierto, nunca pude acabar “Soldados de Salmina”.

Tiendo a pensar que, si aun entre literatura y periodismo es posible el hibridismo y dé incluso buenos réditos editoriales, la prensa no debería traspasar ciertos límites, pues, llegados a tal extremo, no sólo las fronteras entre la verdad se diluyen sino también la línea entre lo que está bien de lo que está mal.

En un mundo cambiante, donde no hay certezas ni referencias (fenomenal el artículo de Vicente Verdú en el país "Bienvenidos a un mundo sin certezas,18 de febrero) donde la prensa sólo nos cuenta lo que quieren contar, parece que debiera ser es el papel del periodista el de defensor acérrimo de la verdad.

Si bien es cierto que en la ficción de la novela encontramos a veces más verdad que en la realidad. ¿Es valido que en un medio como el periódico, donde se va en busca de la verdad se encuentra ficción?

Y por otro lado, ¿Existe el lector experto y avispado capaz de averiguar los malabarismo y licencias del periodista, capaz de discernir fantasía de realidad, cuestionándose lo que cierto de lo que no?

No sé, ando confusa, y no es para menos, ayer se dio el pistoletazo de salida a los Carnavales en las Palmas y me acosté muy tarde, además, ya se sabe, en los Carnavales, por eso me gustan tanto, la realidad y la fantasía se confunden.

lunes, 14 de febrero de 2011

Diálogo de amor desesperado

Si alguien se atreviera

Si alguien

tan siquiera

se atreviera a hacerte daño

juro

que me revelaría con todas mis fuerzas

contra dios y el hombre

Con uñas de fuego.

Si alguien

rozara uno sólo

De tus cabellos de azabache y noche

Ah. ¡Temblad malditos¡

La furia del mar

Y la fuerza del viento

sería poca hasta alcanzarlos.

Y si un día los dioses

lascivos me arrebatasen

Tu preciado amor

Codiciosos de ver tanta belleza

junta

Removeré cielo y tierra hasta saciarme de nada

Pues ya la noche se haría para siempre en mi corazón.

Porque ya no puedo vivir

sin el mar de ternura

que son tus ojos negros

como ascuas de fuego


Cuídate, amor mío,

de la despiadada noche sin mí

Y que los dioses y los hombres

Envidiosos

No te descubran nunca


Cuídate, del hado asesino

y que los envidiosos del amor

no adivinen el abrazo

ni el fuego sagrado que nos habitaba


Porque cuando la noche

compañera fiel de nuestros encuentros

desaparezca

volveré a por ti.



Pintura de Gauguin

martes, 8 de febrero de 2011

la teoría de la separación de los continentes o como los iguales han de encontrarse


Al principio la tierra estaba unida en un sólo continente. Así África y América formaban un único espacio.
Y tal como los continentes eran unidos en un sólo abrazo, así mismo lo estaban los seres que poblaban este planeta.
En aquella época nadie estaba sólo, pues para cada uno de los seres que lo habitan existía otro que lo igualase.
Pero un día, un gran estruendo desde el mar separó la tierra, formándose los continentes y el mar separó a sus habitantes.
La soledad se hizo entonces en muchos corazones, pues muchas almas fueron separadas de su otra mitad. Algunos sabios llamaron a esto “desazón”, otros “la búsqueda del alma gemela", en cambio, algunos le llamaron tan sólo soledad.
Pues una vez se olvidó la gran fractura que separó la tierra, olvidaron que una vez estuvieron unidos los seres y existian un alma destinado para cada uno de ellos.
Así, de esta forma, los amantes están condenados a buscarse errantes hasta que se encuentran.
La mujer manos patas tuvo esta revelación una noche en sueños, después de abrazar desde una isla desgajada de África a una india de América.
Cuando el continental abrazo se efectúo sintieron que se reconocían y se encontraban dos mitades desgajadas y antiguas.
Ocurre lo mismo cada vez que dos almas destinadas se encuentran. El corazón se sacia, se reposa el ansia. Y donde habitaba un hueco, una cavidad, un valle, este es cubierto perfectamente por un cerro o una montaña; acoplándose en perfecta armazón cada una de las partes y encontrando, cada una de las formas, su lugar exacto.
Y de nuevo comienza la ceremonia, los amantes que buscan el centro, los cuerpos que se deslizan como peces, la fragua de los besos que estalla, mientras; en medio de ellos fluye lava como discurre la bajo la tierra, pues ambos están hechos del mismo elemento.
La mujer manos patas se levanta en mitad de la noche para sentir que no es un sueño, que, quien duerme a su lado, quien la aprieta en perfecta forma acomodada, es ella, la india, su otra mitad encontrada.
Por eso la mira una vez más dormir, confiada, a ella, a la india, se llegó hasta el desierto de la selva para buscarla .

viernes, 4 de febrero de 2011

No pude con él

No puedo con él. Y mira que lo intenté, pero es superior a mis fuerzas. Dublinesca es un tostón, sí un tostón muy intelectual, con muchas referencias literarias y mención a otros tantos autores, tan en boga ambas cosas, pero un verdadero tostón.

Y cómo no lo podía ser si cuenta la vida de un editor, alter ego del escritor a punto de convertirse en hikikomori (adicto al ordenador) y que decide dar un viaje al Dublín de Joyce para rezar por su juventud, por la pérdida de la galaxia Guttember, por la llegada de la decrepitud. Incluso la literaria.

Quien sabe. Igual es la novela más biográfica del autor y debo sentir lástima por el autor en esta fase decadente, pero la empatía se vuelve nula cuando ataca de forma visceral la tradición literaria española, tan realista y prosaica comparándola con el habla ramplona de un camarero. Me queda el consuelo de libros geniales como Suicidios ejemplares” o “ Baterbly y compañía” pero, y ya saben que soy insobornable, no pude acabarme “Dublinesca” .

Por lo que llego a la conclusión de que debo ser una mala lectora, como lo son todas esas personas que no le gusta Dublinesca. A mi me parece sobre todo diarrea mental de un tipo aburrido, un diletante a dandy. El libro está bien escrito, pero su tema es insustancial, monótono,decadente.

Al cabo, me doy cuenta de que no me interesa este tipo de literatura donde se cuida tanto la forma y las alusiones literarias que olvidan el fondo, contar algo de algo, como por cierto hacen los grandes escritores españoles de Cervantes a Galdós. Con decir que me dio ganas de volver a releer “Cien años de soledad” para volver a leer historias.

En fin, que tengo la sensación de que a Vilas Matas lo que más le fastidia es ser español, menos mal que, le salva ser catalán.

El buque fantasma” de Andrés Trapiello es una novela sin pretensiones pero bien escrita, con un humor irónico, hace un repaso a la vida llevada con nuestro abuelito Franco, un poco trillado el tema pero con pasajes interesantes. Sobre todo por la mirada lúcida y descreída del autor sobre los ideales de juventud. La tesis defendida es que de nada sirvió la lucha política llevada por los estudiantes, las protestas, los apresamientos, porque el proceso democrático se hubiese llevado de igual forma. El autor desenmascara a los falsos ideales, las luchas intestinas dentro de los partidos la delación, los fanatismos políticos o la ortodoxia de los partidos.

Una mirada retrospectiva a unos años que pasaron en una prosa teñida de ironía y de realismo, pero bastante digna, seguramente una novela para ajustar cuentas con el pasado, de ésas, tan dentro de la tradición literaria española, y de las que, probablemente, Vilas Matas se avergonzaría.