sábado, 9 de junio de 2018

 No es el suceso en sí,  atroz y  lacerante: la muerte de una mujer en manos de su pareja;  ni  aún la  tristeza desolada del instante atrapado por el ojo de la cámara. La aberrante desazón  del nombre  es lo que nos golpea.
El callejero, a la derecha de la fotografía, que observa impávido cómo bajan el cuerpo de la mujer ya sin vida,  se convierte así en la paradoja de un destino brutal. La calle Felicidad se vuelve entonces en el anuncio perturbador de una invención cotidiana,  de unos peldaños que subimos  cada día hasta que el último bajamos en silencio.

La felicidad, construida  sobre escalones falsos, nos devuelve al horror de  lo cotidiano. Las palabras, como símbolos truncados de sonrisa maléfica, nos golpean porque nos desmienten; desarticulan nuestro mundo,  contradicen el entendimiento y nos dejan cabalgando en el vacío.

martes, 5 de junio de 2018

LA BELLEZA



Me contaba el otro día mi amiga que se sentía defraudada, desanimada y sin ganas de nada;  que no entendía ya por qué había que luchar,  ni si valía la pena la lucha misma.  Ante tanto bombardeo de ideas, de información, ante todo lo que había que hacer, se  había vuelto apática y sin esperanza alguna, y  lo único que le apetecía era  aislarse, perderse, vivir en una cueva alejada de la sociedad. No pude más que animarla y reprocharle la actitud:  debía mantener la esperanza, le dije,  no debía rendirse,  y había que seguir luchando, denunciando. Si se rendía vencerían ellos, apagarían la voz del disidente, del irreverente, del que sacude, del que pica como una pulga chiquitita y  picona  en el culo del poder.
Sin embargo, la conversación me dejó pensando si no tenía cierta razón mi amiga en mantener ese descreimiento al que se veía arrastrada cada vez más por el abatimiento. Estuve dándole vueltas a esa idea: qué es lo que realmente nos salva y da sentido a este mundo sin sentido.
A los pocos días de aquello, me encontré una noche en el Auditorio Alfredo Kraus, escuchando a Pablo Milanés. En ese preciso momento, donde música y poesía se unían, sentí que eran  esos  instantes de absoluta belleza los que daban sentido a la vida, y que así como la flor más hermosa nace de las espinas del cactus, hay belleza en medio de la fealdad y el caos. Pensé que aquella era una buena razón para mi amiga y que así se lo diría cuando volviera a verla.
Tal día como hoy nació el mayor poeta español, Lorca, quien supo bien lo que era la belleza y cómo trasmitirla a los demás.  Hoy es un buen día, amiga,  para que recuerdes  cómo lo asesinaron por pensar como pensaba y por ser quién era; y un día para  no olvidar que, mientras unos luchan por acabar con la voz del disidente, del poeta,  y asesinar la belleza, hay  otros seres que se sienten impulsados a crearla y regalarla a la humanidad como lo hizo él.