miércoles, 26 de agosto de 2015

PROMÍSCUAS y VIEJAS y MADRES



En una entrevista reciente un periodista le preguntó a Maribel Verdú por qué no había sido madre y si pensaba serlo. La actriz de cuarenta años y harta de responder en cada entrevista a la misma pregunta le respondió molesta si esa misma pregunta se la haría al actor Luis Tosar. Evidentemente no. El periodista es sólo un reflejo de lo que aún muchos piensan:  que para realizarse una  mujer necesita  ser madre.
Hace unos días saltó a las redes el encarcelamiento de Josefa Hernández la mujer de Fuerteventura de 63 años de edad. En los medios se refieren a ella como “la abuela” o “la anciana”. ¿Se hablaría en esos términos se nos referimos a un hombre? La respuesta es evidente: no.  ¿Es una anciana una mujer de 63 años? ¿Por qué se refleja sólo su rol parental de abuela? ¿Se le llama anciano a un hombre de 63 años? Aunque la noticia apela al sentimentalismo evidente hacia esta mujer no hace otra cosa más que reducirla al rol que ocupa en la familia, lo mismo que el entrevistador a la actriz Maribel Verdú.
Hace una semana saltó la polémica por la contratación de Ylenia Padilla famosa lucir su explotar su cuerpo en Gran Hermano para las fiestas de Yaiza como reclamo para un público juvenil.
Hace nada hemos descubierto una guía elaborada por la Fundación de mujeres del PP que dice explícitamente que ser promiscua aumenta el riesgo de violencia contra las mujeres. ¿Deberíamos ser castas, no salir de nuestras casas, no acostarnos con los hombres que queramos para no sufrir violencia de género?
Este uso común y cotidiano de la mujer como objeto sexual en la publicidad y en los medios de comunicación no es sino el reflejo del desprecio que destila nuestra sociedad patriarcal hacia la mujer. Los mensajes sexistas y profundamente misóginos que vemos todos los días en publicidad, la mujer como reclamo y objeto de disfrute del varón ( (Ylenia) la reducción de la mujer a la función reproductora (madre) o al rol de sostenedora y cuidadora dentro de la familia (abuela)o no es sino una prueba más de que todavía hay mucho que hacer para eliminar la violencia machista, punta del iceberb que esconde la invisibilidad, el sexismo, la  desvaloración y la cosificación a la que la mujer se ve constantemente sometida por el hecho de serlo.
Despreciar, minusvalorar a la mujer como persona, como ser público, reducirla sólo al entorno privado y a la función reproductora o sostenedora es violencia machista. Todo lo que suponga, reducción y anulación de la mujer como ser humano es maltrato de género y no hace más que reflejar la condición de ciudadana de segunda clase a la que el  patriarcado nos quieren relegar.
La mujer es por sí sola y agente y gerente de su vida y no debe estar a expensas de los intereses de nadie ni debe servir a nadie más que a sí misma. Exactamente igual que el hombre, pero esto nadie se lo plantea, claro.

jueves, 13 de agosto de 2015

Desconfía de agosto


Agosto es el mes más esperado: la mitad del país está de vacaciones y la otra duerme la siesta. No te preocupes, tampoco despertará cuando vuelvas.
 Agosto, mes huero donde los haya, tan vacío de contenido como la prensa diaria, las vacaciones de los reyes en Mallorca o las fiestas veraniegas, es sólo el reflejo del  pueblo de paletos que somos: una España cañí que tortura animales, que exhibe mises como ganado y  chorizos con corbata.
Agosto es un mes traicionero. Mientras tú andas en la playa sorteando las medusas y  sombrillas,  el presidente te cuenta ahora que  va a cambiar la Constitución. Cuando en un país donde el  ministro de cultura ve “cine de barrio” y el ministro de interior se reúne con un presunto delincuente en su despacho, hablar de cambios no augura nada bueno.
En este agosto tórrido, superficial y casposo papá estado aprovechará para hacer campaña electoral, atizar la bandera del españolismo y vociferar la unidad indisoluble del estado.
El presi que cuando pasea por su Galicia natal piensa en los ruines catalanes y en cómo refrenar ese innato impulso independientes que les sale a cada rato, ha ideado la fórmula mágica: el cambio de la Carta Magna. Dentro de poco tendremos a golpe de bragetazos patrios y tintos de verano nueva Constitución a la que aplicarán la ley mordaza.
No te olvides que fue otro agosto y con alevosía, el de 2011, cuando el PP y el PSOE se pusieron de acuerdo para cambiar la constitución y reducir el déficit público como le encomendó  la buena de Alemania.
Desconfía de agosto pues, que guarda traiciones. España,  pueblo bárbaro, al que no le duele en prendas abandonar a su mascota cuando se  va de vacaciones o  insultar lo que no entiende, cierra por vacaciones. Pero el zorro nunca duerme,  le gusta la noche y la alevosía para atacarte mientras duermes.


¡Rajoy y cierra España¡

sábado, 8 de agosto de 2015

Todas somos putas



Ayer le dieron una paliza a una mujer que conozco. Su novio mientra la golpeaba decía que era una puta. Pasa todos los días aunque tú no lo creas.
Hace unos días dos mujeres fueron asesinados por sus ex parejas. Ocurre  cada día. Más de 66 mil mujeres, tan sólo en cifras “oficiales”, son asesinadas cada año en todo el mundo. Esto se llama feminicidio.
Aunque tú no lo veas.
Todas somos putas. También la mujer que abandonó a su hijo un basurero por no poder  abortar. El marido queda exento de culpa alegando que no sabía nada, que él no la había amenazado con que no podían permitirse más hijos. Nunca nadie sabe nada cuando se trata de escurrir el bulto.
La maternidad aún es cosa de mujeres, la desigualdad también.
Conozco a una mujer que tiene miedo a su marido, que ha perdido la fuerza y la dignidad como persona y denunciar.  Hace apenas unos años cuando ibas a la policía a denunciar el policía te decía que te fueras a tu casa. Si lo contabas en la casa de tus padres este igual te daba otra paliza. Ahora si eres un alto diputado también sales absuelto.
Conozco a una mujer que fue violada y no dijo nada. También sé a causa de muchas mujeres que callaron o fueron calladas  para siempre.
Conozco a hombres de izquierdas, intelectuales, comprometidos socialmente que son machistas en su intimidad.
Sé de sindicalistas, comunistas, anarquistas que piensan que aún hay tareas de hombres y de mujeres.
El patriarcado, que no es más que la superioridad del sexo masculino sobre el femenino produce esto:  desigualdades, económicas, sociales, ideológicas que vuelven vulnerable a las mujeres frente a este mal.
El patriarcado está en todas las clases sociales,  atraviesa toda las ideologías, recorre las venas de nuestra sociedad como un cáncer que estrangula tanto a hombres como a mujeres.
Y sin embargo, de diez mujeres sólo tres denuncian el maltrato.
Miedo, vergüenza y no querer perjudicar al agresor son los  motivos que lo explican: Vergüenza a "reconocer las cosas que han tolerado" y miedo a la pareja.
Todas coinciden en que no quieren sentirse responsables de su ingreso en prisión ni que sus hijos o familia se lo reprochen.
Y todas quieren vivir tranquilas. Pero algunas no lo contarán más.

No. No somos putas. Aunque algunos aún lo crean. Sólo quería que leyera esto hasta el final.