lunes, 1 de septiembre de 2014

Revolución neuronal




Dicen que hay momentos así,  lo extraño es cuando dura todo una vida. Me refiero al acelerón neuronal que padezco desde chica. Los calificativos preferidos de mi madre era “parece endemoniada” o “tiene el mal de San Vito” sólo descansaba cuando leía. Sigo igual, debe ser porque escribir me produce una especie de efervescencia incontrolada que alivia mis neuronas.  He oído decir en más de una ocasión a algún escritor que cuando escribían no leían a ningún otro autor para no ser influenciado. A mí esto me parece inconcebible,  como si me impidiesen oler mientras como.¡Qué insulsez¡  Y qué tiene que ver lo que uno escriba con lo que otros hayan escrito, si al final todos estamos interrelacionados, influenciados e intertextuados. 
Ayer limpiando la estantería se me cayó a los pies Henrí Michaux “modos del dormir, modos del despierto” y decía esto “en el origen de la voluntad del escritor (…) sólo hay frustración. Escritor porque no se puede ser aventurero, pirata, aviador o vagabundo a secas. Se carece de potencia nerviosa necesaria. Escritor que traiciona lo que de mejor hay en uno, que minimiza las imágenes tratándolas (encerrándolas ) en palabras ” Cioran, a su lado en el estante ahonda en el mismo principio “ cuando se rechaza el lirismo emborronar una página se vuelve un sufrimiento, qué sentido tiene escribir para decir exactamente lo que se tenía que decir” Aplastante.  
Mientras tanto, escribo y todo lo que leo me sirve, y por eso comienzo, “Algo va mal”  de Tony Judt, un ensayo sobre nuestra sociedad capitalista que me regaló un viejito, compañero de avión, en mi largo viaje a Buenos Aires.
 Escribo, sin cesar, continuamente, aunque  no escriba. La mesa noche llena de libros, a medias, por leer, releídos. Mi querido león Felipe a instancia de Ariadna me concilia con la escritura; escribir para soltar la rabia, para dar la palabra a los que no la tiene, para redimir las injusticias, escribir con una finalidad. Al final, hasta el pesimista Cioran claudica: “sólo se deberían escribir libros para decir cosas que uno no se atrevería a confiar a nadie

11 comentarios:

emejota dijo...

Azogue en el corazón. Seguro que somos multitud silenciosa quienes percibimos semejante. Besos.

María dijo...

La última frase para algunas entradas de mi blog.

mjromero dijo...

Si Henri Michaux se ha puesto rendido a tus pies por algo será. Ahora solo te queda seguir el consejo de Cioran.
tu entrada es un laberinto.
Un beso.

Sara O. Durán dijo...

Contagias con tu entusiasmo e hiperactividad neuronal, ewres muy afortunada.
Besos de anís.

TORO SALVAJE dijo...

Comparado conmigo Cioran era un optimista.

No dejes de escribir.

Fedora dijo...

El mundo tiene suerte contigo :) besos

Ico dijo...

Toro con las personas tan pesimistas me nace ternura y ganas de abrazarlos y de convencerlos de los contrario..
mromero.. Michaux me ayuda a comprender miss turbulentos sueños
Fedora no sé si el mundo tiene suerte conmigo o yo con el .. me conformo con tener tiempo y muchas bibliotecas a mano donde acudir cada vez que sienta el impulso..
si.. emejota somos multitud..

Pitt Tristán dijo...

Un gran iontelecto inunda de belleza este blog. Es posible que la vocación literaria esté muy próxima al incorformismo y a la rebelión frente a lo establecido.
Enhorabuena. Gracias por tu visita y por el suspicaz comentario.

Mientrasleo dijo...

Seguro que esos libros serían mucho más certeros e interesantes
Besos

Ariadna de Asterión dijo...

"He oído decir en más de una ocasión a algún escritor que cuando escribían no leían a ningún otro autor para no ser influenciado". Yo lo entiendo.

El libro que te regaló el viejito es francamente interesante, y a mi modo de ver señala cosas terribles, pero es el precio de ver las cosas tales cuales son. Si quieres ampliar lectura de ese autor (si tienes tiempo, perseverancia, interés por hallar luz, etc.) puedes meterte con "Posguerra", una visión de la historia de Europa desde 1945 hasta la actualidad. De lo mejor que se ha interpretado en materia histórica.

De León Felipe, ¿qué decir? Lo mismo que tú, que me reconcilia...y me relanza. Porque no invita precisamente a la pasividad sino a convertirnos en materia volcánica, a hallar nuestro magma más íntimo.

Gracias, Ico.

P MPilaR dijo...

aparte rellenar los huecos vacíos
(dios mío, vacíos)que somos, Cioran como tantos se guarda sus razones.
esa dimensión cuarta, o quinta, o penúltima, nunca última, de escribir por escribirse es lo que da en el quiz de la cuestión.
y eso mismo: que somos todo hueco. todo vacío. todo pendiente de ser descubierto.
Hala, a escribir sin tregua!!!

abrazos