Yo escribo sobre mis rodillas y
la mesa de escritorio nunca me sirvió de nada, ni en Chile, ni en Paris, ni en
Lisboa.
Mientras fui criatura estable de
mi raza y mi país, escribí lo que
veía o tenía muy inmediato, la carne caliente del asunto. Desde que soy
criatura vagabunda, desterrada voluntaria, parece que no escribo sino en medio
de un vaho de fantasmas.
Escribo sin prisa, generalmente,
y otras veces con una rapidez vertical de rodados de piedras en la Cordillera.
Escribir me suele alegrar;
siempre me suaviza el ánimo y me
regala un día ingenuo, tierno, infantil. Es la sensación de haber estado
por unas horas en mi patria real, en mi costumbre, en mi suelto antojo, en mi
libertad total.
La poesía me conforta el ánimo y
eso que llaman el alma, pero la ajena mucho más que la mía. Ambas me hacen
correr mejor la sangre; me defienden la infantilidad del carácter, me aniñan y
me dan una especie de asepsia respecto del mundo.
La poesía es, sencillamente, un
rezago, un sedimento de la infancia sumergida. Aunque resulte amarga y dura, la
poesía que hago me lava de los polvos del mundo y hasta de no sé que vilezas
esencial parecida a lo que
llamamos el pecado original, que llevo conmigo y que llevo con aflicción. Tal
vez el pecado original no sea sino nuestra caída en la expresión racional y
antiarrítmica a la cual bajó el
género humano y que más nos duele
a las mujeres por el gozo que perdimos en la gracia de una lengua de intuición
y de música que iba a ser la lengua del género humano.
Extracto de “Páginas en prosa “
de Gabriela Mistral.
7 comentarios:
Qué bien expuesto. Gracias Ico.
Entiendo que a ti te pasa algo parecido, no? a mí sí...
Qué poco conocida, hoy nadie habla de ella, salvo la pertinente isleña, claro, gracias. Escribir en un vaho de fantasmas...¿no es lo habitual? A mí me pasa, y al salir de esa práctica no sé si hoy un fantasma más.
Por cierto, ¿dónde está editado ese libro? Me vendría bien conocerlo.
Un abrazo.
Claro Fedora, sobre todo en lo de la alegría al escribir ... Ariadna me parece que no se edita ya ..rebuscando en librerías de segunda mano en Buenos Aires me traje algunas joyas, una de ellas es este librito de la editorial Kapelusz de 1962..
besos
Me encantan las letras de Gabriela Mistral. me alegra que la traigas a tu blog.
Besitos Ico
¡Que gran mujer!
Un placer de los buenos tu y sus letras
Besotes
Sinceramente, una divina.
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