Últimamente me
cuesta leer novelas. Incluso, la última de Volpi “la memoria del desengaño la llevo a trompicones. Leo sobre todo poesía, mucha poesía, de
Buenos Aires me traje algunas buenas recomendaciones de gente que lee poesía y
algunas joyas de librerías de segunda mano. Encontré en ediciones viejísimas
los clásicos de siempre, Juana Ibarbourou, Alfonsina Storni, Sor Juana Inés de
la Cruz, pero también nuevos, al menos para mi, neófita en leer poesía,: Fabio
Morabito, Leónidas Escudero, Ida Vilariño, Roberto Juarroz, etc…Tal vez la
poesía lo que necesita es tiempo, tiempo para llegar hasta ella y tiempo para
aprender a deleitarse con ella. Pienso si ahora no habrá llegado mi tiempo de
maduración para la poesía.
Lo que sí reconozco que no he leído nunca es un libro del tipo
de auto ayuda, pero tuve que ir a Buenos Aires, curiosear en los estantes de mi
hospedadora para encontrar las mujeres que aman demasiado y
leérmelo de un tirón. Por qué, porque desde la primera página me vi reflejada.
Somos muchas las mujeres de familias desestructuradas o con traumas de infancia
y acostumbradas al sufrimiento que repiten en su vida adulta los mismos
esquemas y patrones de conducta con su pareja, intentando reparar lo
irreparable, somos las mujeres salvadoras, las que se ocupan más de los demás
que de sí mismos, las que aman demasiado. Un libro sencillo y clarividente para
quien se reconozca sufridora en el amor y quiera cambiar esto. Reconocer el
problema, saber por qué elegimos un determinada pareja y amamos tan mal,
siempre es un buen comienzo. El libro, escrito por una psicóloga Robin Norwood,
abunda en ejemplos de relaciones de parejas y los paralelismos con otras
adicciones. Momentos de reflexión y de reparación, a veces basta una palabra
directa, un ejemplo lúcido para transformar tu mundo, si quieres hacerlo, claro.
Nadie puede cambiar a nadie, ni a fuerza de amor, tan sólo si reinvertimos ese
esfuerzo que ocupamos en cambiar a los demás lo invirtiéramos en nosotras mismas,
tendríamos mayor bienestar.
Este libro es un buen comienzo. Se lo he
recomendado a muchas mujeres ya, es lógico que lo haga aquí también, aunque con
ello muestre mi lado más vulnerable, que sea para bien, si por ello ayudo a otras tantas
mujeres enfermas de amor.