viernes, 2 de agosto de 2013

Romance del gato negro



Al caer la tarde la inquietud viene de improviso como una lluvia suave de verano que anuncia más verano. Y ahí se arrima a ti, se posa en ti y ya no puedes salir de ella.  
Al caer la noche viene alguien que te ama y te dice que no pasa nada, estoy aquí, sólo tienes que hablarme, antes eras una y ahora somos dos. Acaricia tu vientre su mano caliente y piensas, quieres hablar pero las palabras no vienen, sería tan fácil. Te levantas te sientas en el baño y de pronto ves un gato negro correr en el salón y piensas si no has bebido demasiado, o si comienzas a tener alucinaciones porque vas al salón y descubres que no hay ningún gato negro.
Vamos al cuarto amor, quieres leerme  poesía. Pero la niña titubea,  no sabe lo que le pasa más que algo le pasa y duda. Y qué tal al juego de los besos, sí  ese me gusta. En el combate de los besos  es vencida por la piel y el deseo, y todo se olvida en el instante en que los cuerpos se encuentran, se entrechocan, se retuercen, se succionan, se devoran, vida, y ya no piensas siquiera que, como mejor forma de evasión no hay ninguna  que se la pueda igualar. La noche cae, el viento no cesa, el cuerpo de la amada duerme,  y el gato negro,  en alguna parte, acecha.

7 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Maldito gato negro.
Algo no irá bien.

Besos.

yo misma dijo...

Aplaudiría, si lo hubiese oído recitar..precioso, profesora. Un beso.

Anónimo dijo...

Dudas?

Arte en Madrid. Tíltide dijo...

Preciosas palabras de amor. ¡Que no nos estorbe el gato!
Un abrazo.

Maga h dijo...

La mejor de la batallas y como "yo misma" aplaudiría si lo hubiera escuchado recitar!
Precioso!

Esilleviana dijo...

Es cierto, es un relato perfecto. Aunque quiero creer que la mala suerte del gato desaparecerá y la joven olvidará las dudas...

:)

Luis León Barreto dijo...

Lindo texto, sobre el amor, la otredad, la soledad y la necesidad de superarla