jueves, 11 de julio de 2013

La cama


Quizás debió hacer caso a esos pequeños síntomas que comenzó a percibir de pronto. Ya en su primer mes de convivencia aparecieron los primeras señales de desacuerdos. La pareja de recién casados había encontrado una casa a gusto de los dos a la que había que hacer todavía algunos retoques. Era una bonita vivenda en una urbanización tranquila y no muy lejos de la ciudad.
 Una flamante cama regalo de los padres de ella entró por la puerta la primera  semana de estar instalados en ella.
Los operarios encontraron a una pareja atareada en las labores de mejoramiento de la casa. Él colocaba con maestría y precisión unas cenefas en la cocina y ella limpiaba con esmero los grifos del baño tal como a él le gustaban. María miró con avidez la enorme cama que transportaban hasta el dormitorio los fuertes brazos de los operarios.
 Cuando se marcharon, extendió con cuidado sus mejores sábanas y no pudo resistir la tentación de sentarse en ella para sentir su textura, apoyó la espalda sobre ella y dejó los pies colgando fuera de la cama. Era dura pero a la vez mullida y suave y su cuerpo se adaptaba perfectamente a ella. Abrió los brazos a lo largo como una mariposa y los agitó rítmicamente. En cualquier momento entraría Mario por la puerta. Lo llamó suavemente desde la cama. Pensó que no estaría mal que entrara ahora y comprobasen cuánto podía resistir aquel colchón.
Imaginó que su marido entraba, la veía allí tendida y se lanzaba a arrebatarle el vestido, y ambos acabarían rodando por el suelo revolcados entre risas. Después de cinco minutos de espera supo que eso no iba a pasar. Mario ni siquiera había entrado al dormitorio.
La mujer se incorporó decepcionada, él no era así, nunca lo sería. Su principal preocupación en aquel instante era que las cenefas que estaba pegando en la cocina quedasen perfectamente colocadas. María se acercó hasta la puerta de la cocina y lo miró hacer. Tenía un aire concentrado  y  serio.
-       la cama está muy bien, …
-       ¿Ah sí?-  dijo con aire distraído.
-       Sí… deberíamos probarla.
-       Lo haremos a la noche.-añadió con una leve sonrisa y siguió trabajando.
Pero al llegar la noche, el hombre se metió en la cama de espaldas a la mujer que esperaba sus caricias.
-       dame un beso.- le dijo reposando la cabeza  sobre su hombro.
-       Estoy reventado-añadió con gesto malhumorado.
La mujer enmudeció, paralizada, un deseo profundo de llorar le invadió de pronto. Quería entender el carácter de aquel hombre desconocido con el que compartía cama. Había empezado a comprender que a él no le gustaba cuando ella lo proponía. Prefería tomarla cuando estaba desganada o cansada. Entonces era él el que la buscaba. Esto le hacía sentirse totalmente vulnerable y sujeta a su deseo. Permaneció unos segundos con la cabeza apoyada en su espalda, sintiendo su respiración acompasada.
Su corazón, en cambio, latía aún de deseo, saltaba desbocado sobre la espalda de su marido.  Esperó unos segundos para salir despacio del cuarto. Supo que Mario no estaba dormido pero que tampoco vendría detrás de ella. En el sofá,  decidida a no dejarse llevar por aquellos nefastos indicios decidió terminar por sí misma lo que él había rechazado. 

6 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Bueno... a grandes males grandes remedios.

No pinta bien el futuro para ellos.

Besos.

moonlight dijo...

es muy triste, pero me parece muy bien escrito, captas matices comunes de la convivencia.

Esilleviana dijo...

A mi no me parece triste; ella resolvió aquel pequeño contratiempo. Con el tiempo, ella decidirá si esas pequeñas frustraciones son salvables del modo que ella elija en ese instante o bien, busque algo más y acabe con esa relación por no sentirse completa...

y el final que propones para el jueves, es totalmente revelador jajaja, no se me había ocurrido... :))

un abrazo

Pesadillas de Papel dijo...

Muy interesante.

LaCuarent dijo...

Me da a mi que esto no llega muy lejos, no. no

Como siempre un gran placer cielo

Un beso

maslama dijo...

una historia triste, ¿por qué tus historias suelen ser tan tristes? :))

besos,