lunes, 1 de julio de 2013

Agradecida



Ahora sí. Se acabó el curso y me despido  de la isla non nostalgia. Cuando llegué a Lanzarote, esta piel de dromedario, no era nada más que un destierro donde me había llevado mi incapacidad natural para gestionar todo lo que tiene que ver con la administración y la burocracia.  Aún así, pensé para mi consuelo, no lo debía tomar como un castigo, pues es la isla donde nací y a donde volvía, hija pródiga,  después de veinte años de estar lejos de ella.
Pero el curso ha pasado ya y es de agradecidos recordar a toda esa gente que estuvo conmigo desde el principio de mi llegada y quienes me ayudaron a pasar mejor estos meses alejada de mi casa, de mis amores, de la otra isla.

Mis amigos, los de siempre, después de tantos años y los nuevos fueron:  Pedro Pablo, Valentín, Majito, Toñin, Siso, Miguel, Loli, Mely… y  tantos más, a toda esa gente del charco que se acercaron hasta mí o dejaron que yo me acercara a ellos, que impedían que me levantara de la terraza del bar y me fuera con la estrategia de invitarme a otra copa mas. Tardes, noches de tertulia, de salvar el mundo, de crear, de recordar, de revisión del pasado, de cuestionar el presente. Amigos que estaban ahí para escucharme y para demostrarme que Lanzarote se mueve, que hay en esta isla chica grandes artistas. No en vano he conocido en estos meses a músicos, dibujantes, escritores, periodistas, jueces, amigas que se han vuelto madres, madres que se han vuelto amigas.. Todavía sin saber qué nuevo destino me espera en este curso sé que voy a echar de menos esas tardes en el charco.
Pero en especial, tengo que darle las gracias a Pedro Pablo, mi amigo de correrías de adolescencia, quien ha estado de nuevo ahí, después de tanto tiempo, para recordarme lo que fuimos y lo que aún, pese a todo, seguimos siendo, rebeldes con o sin causa,  pero buena gente.
Mi amigo Pedro Pablo, lazarillo de estos meses, quien siempre supo acogerme cuando lo llamaba para tomar una cerveza en el charco, quien me  zarandeaba o con quien compartíamos unas risa cómplices es  a quien quiero dedicar en especial estas letras.
Ahora que me alejo con el barco y dejo la isla atrás, veo en las estela del mar un surco en la tierra donde he sembrado amigos. Más tarde, algún día, los recogeré de nuevos. Los amigos, lo sé, también están ahí, al otro lado del mar.



7 comentarios:

emejota dijo...

Eres una profe guapetona y con un gran corazón. Eso se nota cantidad. Ahhh y que además escribe genial. Bss.

Anónimo dijo...

Quien siembra amistades recoge amores y tú, canaria, eres de éstas.
Felices vacaciones!

TORO SALVAJE dijo...

Hoy estás tristona eh?

Abrazoteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

cereza dijo...

Desterrada a volver donde naciste? Vaya. Me alegro que no haya sido tal. Feliz verano !

ISA dijo...


¿Y todavía no sabes dónde vas a parar?, jejeje, debe ser un sinvivir.
Pero en cierto modo me da un poco de envidieja. Me gusta estar enraizada en un lugar, pero siempre he soñado con no tener ningún sitio y andar rodando por el mundo.
Complicado.

Arte en Madrid. Tíltide dijo...

¡Felices vacaciones, colega!
Un besazo.
Matilde.

Esilleviana dijo...

Creo que vayas donde vayas, harás amigos, encontrarás compañeros de viaje que conseguirán hacerte feliz y a la vez, tú también les enseñarás...

otro abrazo :))