viernes, 30 de noviembre de 2012

Reverberaciones



Nada.
Sólo este mar de lava. Esto es todo lo que ha quedado de lo que un día fue mi pueblo. Nada ha quedado de las casas, de las fincas, de los caminos. Todo ha desaparecido bajo el fuego. ¿Acaso he envejecido tanto que mis ojos no pueden distinguir el mar del cielo, el valle de la montaña?
Nada. Mire a donde mire mi vista sólo alcanza a ver negrura y silencio. ¿Dónde está mi viejo pueblo?¿ Dónde está Chimanfaya,  Tingafa, Santa Catalina? ¿Y la plaza del pueblo donde corrí de niña?¿ Y el aljibe de donde saqué tantas veces agua?
Mi ojos cansados se detiene en este espacio desconocido, rocoso, inhóspito intentando adivinar los caminos, el pueblo, la gente que un día vivió aquí. Busco con desazón mi casa pero no hay ninguna referencia, ningún resto de que un día allí existió vida. Quisiera llorar sobre esta piedra negra y caliente sobre la que descanso pero ya no tengo lágrimas. Lo que antes fue  ha desaparecido como por hechicería. La casa de mi madre, la iglesia, el granero, no queda nada más que este mar de lava...
 He andado dos noches y tres días para no encontrar más que esto que ven mis cansados ojos, piedra, silencio, soledad. Los hombres y mujeres que volvían de allí arrastrando los fardos de lo que fue su antigua vida me lo  contaron. Aún con brillo de la pena en los ojos y con los rostros tiznados, me dijeron que el fuego del volcán había llegado hasta el mar y había arrasado con todo.
No pude llorar entonces, tampoco  ahora. No hace mucho un día hubo aquí vida, animales que pastaban, arenados ricos en granos y cebada, gentes trabajadoras de una tierra fértil.
Mis hijos sabrán que su madre nació en un pueblo que ya no existe y los hijos de mis hijos quizás lo recordarán. Pero vendrá un tiempo en que ya nadie sabrá de su existencia.Tan sólo verán este malpaís negro y olvidarán que, aquí, debajo de este esta piedra dura y negra hubo una vez vida.

En 1730 el volcán arrasó en Lanzarote con las poblaciones de Chimanfaya, Tingafa, Maso, Santa Catalina, …alrededor de unas 2000 personas afectadas por el fuego, el 57% de la población de la época. La voz anónima de esta mujer que mira este mar de lava, resuena de vez en cuando dentro de mí, como una reverberación que quiere expandirse y fluir, como si de un antepasado ágrafo se tratase, que me habla, con voz de agorera para que yo lo cuente.

10 comentarios:

Chaly Vera dijo...

La gente de antaño era muy apegada al terruño, al contrario de nosotros los de la globalizacion -asi yo lo siento- ya que olvide donde naci y de la gente que conoci.


Besos

Lenteja dijo...

Pues cuenta, cuenta, que aquí os escuchamos a ambas...
Besos.Lenteja

emejota dijo...

Su lectura me ha impresionado. A veces me pregunto si en estos casos es mejor muerto que superviviente. Bsss.

TORO SALVAJE dijo...

Me ha conmovido la voz de esa mujer ante tanta desolación.

Besos.

secuelasdeunalarguísimanotaderechazo dijo...

A la naturaleza no le importa la memoria de los hombres, una pena, ni el recuerdo, una pena. Si tiene que arrasar, arrasará; la naturaleza es persistencia, no inteligencia. Cómo duele la nostalgia, profesora.

Mary Carmen Pérez dijo...

...el fuego destruye,y el viento se lleva las cenizas, solo nos queda el presente, el que importa, comenzando así el arrancamiento de la esencia de nuestras entrañas.......solo la sed de saber se suma a la sed de sentir y comienza la melancolía......
Nos llevaste a las calles polvorientas de un poblado ya inexistente.

Esilleviana dijo...

Siempre es un gusto leerte a pesar del flujo gris que se extiende por todo los valles que rodean la montaña. Espero que la naturaleza tenga la suficiente fuerza para recuperarse cuanto antes.

Un abrazo

maslama dijo...

nada dura para siempre, aun sin la acción de la lava y el fuego tarde o temprano esa mujer no hubiera podido reconocer el pueblo de sus recuerdos

aunque es cierto que a veces la Naturaleza se impone de manera repentina y cruel

besos,

Igor dijo...

Buen relato sobre el olvido. Lo cierto es que "nuestra" historia de personas que deambulamos por el mundo está lleno de vacíos como este.
No sabía lo del hecho real. Dios santo.
Saludos.

Anónimo dijo...

Impresiona cuando tienes estas sombras delante de los ojos y más aún cuando sabes que no son cuentos.