lunes, 29 de octubre de 2012

Fuera del mapa


Mi admirado Houlllebecqu me ha defraudado.  Voy a tener que pensar seriamente que el éxito afecta gravemente a los procesos de escritura. Me gustaba cuando era irreverente y  crítico. Debe ser que el exceso de buena críticas y su éxito, más fuera de Francia que en la misma Francia,  lo ha vuelto opaco y gris. En el mapa y el territorio hace algo que no había hecho hasta entonces, aburrirme. Su lado más ácido se dulcifica y el autor no reseña un país, su amada Francia, como el mejor agente turístico, encontrándonos con lo que debería darse en llamar: un libro pastiche. Es cierto que el autor, sociólogo por afición gusta de los datos, de las causas y consecuencias sociales de nuestro siglo, era casi su sello darnos unos apuntes sociales en sus  novelas, pero  esta vez ha priorizado el ensayo/pastiche sobre la novela.

Así, nos encontramos con reseñas dispersas y superficiales acerca de los hechos del mundo, sus ideas sobre la sociedad capitalista actual, las nuevas tecnologías, modelos de coches más caros del mundo, mejores cámaras del mundo, objetos que describe y detalla como un niño con un juguete valioso el día de navidad. En esa admiración por las ofertas y novedades que nos ofrecen el capitalismo es imposible ver una crítica seria sino más bien una rendición condicional a todas esas maravillas tecnológicas que alguien, con dinero, es capaz de adquirir. Podríamos decir que el escritor escoge o ha escogido el género novelístico como podría haber escogido el formato ensayo moderno y no habría ninguna diferencia. Es decir, una  reflexión huera sobre el arte y la nada, debe ser este el sello de los nuevos escritores, eso sí con su dosis de intertextualidad, su personajes reales, su pléyade de autores admirados, algunos críticos vilipendiados, en fin, parece que  se aprovecha y se venga así de unos cuantos en esta novela. Sirva este libro pues como documento para conocer personajes mediáticos de la actualidad francesa como, Jean Pierre Pernaut, o escritores amigos, como Fréderic Bigbeder o incluso sus artistas despreciados entre ellos, Picasso.

En el mapa y el territorio, no hay trama ni argumento. Tampoco hay personajes redondos  sólo vacios y superfluos porque lo que realmente importa es mostrar las reflexiones del autor acerca de la vida. El protagonista, alter ego del escritor artista que fotografía o pinta mapas de carretera de Michelin, es un ardid simple para hablar del arte, según la  contraportada del libro. Ni siquiera el recurso de encontrar al autor, Michel Houllebecqu, como personaje en la novela, ameniza la obra, pues repite incansablemente que es el autor de  Las partículas elementales o Ampliación del campo de batalla, magníficos libros, es cierto, pero nada que ver con este. El escritor, como en su ridícula novelita, Lanzarote, en esta ocasión, se ha salido del mapa.

viernes, 26 de octubre de 2012

Mas madera



Como hoy no vuelo me quedo en el centro a organizar la biblioteca. Pero es imposible organizar cuando no hay nada para organizar. Las estanterías me miran tristes y yo las miro a triste a la vez, con una especie de incredulidad bovina.
Mi centro es Colegio de Educación de nueva construcción.  Cuando se creó, seguramente el político de turno se laureó creyendo que esto era hacer un centro de Educación, colocar unos cuantos muros de aluminios donde depositar a los niños durante unas horas. Nunca pensó, porque quizás nunca los utilizó demasiado que, aparte de maestros y mesas, haría falta también libros.
El colegio, bueno es aaberlo, está en un barrio en el que, cuando llueve estallan las alcantarillas y  las ratas entran nadando al salón de las casas.  Hay un una gran población inmigrante y hoy, que es el día del sacrificio o del cordero, la fiesta mayor de los musulmanes, muchos alumnos no han venido a clase.
Así que decido gastar mi mañana visitando el  centro de profesores , el único que hay en toda la isla, y me he quedado perpleja ante los pocos y escasísimos fondos bibliotecarios de que disponen para prestarnos.
Cuando vuelvo, aún más decepcionada por mi visita, contemplo por las calles a muchos árabes con su vestimenta tradicional caminando a celebrar su fiesta. Y siento que esos pocos kilómetros que nos separan del Sahara se reducen ahora a muchos menos. Sólo hay que estar aquí y ver que vivimos en el país de las mil y una noche. Donde nada es lo que parece y todo es posible, en un micro cosmos moderno y antiquísimo, donde nada cambia para que todo siga igual.  
Ahora que los chicos comienzan a leer y a entusiasmarse por la lectura, necesito tener más madera para que no se apague el fuego. Por eso, cuando ayer oí en el telediario que Javier Marías, rechazaba el premio nacional de literatura y pedía que se invirtiera ese dinero en a las bibliotecas, pensé que esta pobre y escuálida biblioteca podría ser bien merecedora de una parte de esa donación.
Sin embargo, como soy una soñadora pero no una ilusa, no quiero caer en lamentaciones inútiles y como D. Quijote,  voy a ponerme manos a la obra y escribir una formal petición, que haré llegar a todos los concejales de culturas y alcaldes de todos los ayuntamientos de la isla, para que me den más maderaaaaaa.

viernes, 19 de octubre de 2012

Purga

Purga es un libro duro y  audaz.  Una mujer huye durante horas por el bosque. Escapa de unos mafiosos rusos que se dedican a la trata de blanca, y va parar,  desfallecida, en el jardín de una astuta y huraña viejecita. Parece, contado así,  un cuento de los hermanos Green, pero, nada más alejado del cuento que esta realidad cotidiana.
A veces, en las noticias aparece  la desarticulación de una red de trata de blancas, de un almacén o un piso donde viven hacinadas y en condiciones de esclavitud mujeres de todas partes: de China, de Europa del Este, de Nigeria, de Rusia, de Méjico, de  Colombia, de Francia, de España, ningún país escapa a  las mafias y a sus grandes tentáculos. Y es que la esclavitud sexual existe y existirá mientras haya gente capaz de pagar por tener placer sexual. Mientras esto sea así, siempre habrá gente con escrúpulos que comercializará con el cuerpo de la mujer para obtener beneficios.
Purga cuenta la vida de su protagonista, Zara, la autora nos detalle la vida de una mujer secuestrada que vive en condiciones infrahumanas en un  submundo despiadado y atroz.  Se retrata así  la  miseria y vergüenza del ser humano. Como telón de fondo siempre está la historia de Estonia bajo la ocupación rusa. Pero en esta novela se tratan otros temas, las consecuencias de las guerras, el tesón por sobrevivir bajo las condiciones más penosas, pero sobre todo, la guerra interna de sus protagonistas y el sentimiento de culpa. La purga,  la limpieza en finlandés, es el sentimiento que queda  a la víctima después de actos atroces. Sentimiento que no desaparece y la necesidad de la víctima de borrar el horror de cualquier forma.
Sorprende la rapidez del relato estructurados  en breves capítulos, del pasado al presente. El lenguaje directo y preciso, el personaje ambivalente de la anciana, la fuerza de sus imágenes. No sorprende que haya  sido considerada la a mejor novela del 2010.   La autora la finlandesa Sofia Oksanen, quiso reflejar algunas de las cosas que su madre, de pequeña, le contó de  Estonia. Quizás su originalidad y poesía procedan de la fuerza de  la literatura la oral.
Una pregunta entre muchas, después de acabado el libro, subyace en el aire: ¿ Podrán borrar alguna vez este sentimiento de culpa las personas que han padecido actos tan atroces como este?

lunes, 15 de octubre de 2012

Pensando en Luz

Ayer vi a Luz en el aeropuerto. Yo esperaba un taxi pero ella no me vio a mí. Me pareció que caminaba con dificultad, como si hubiese salido de una operación reciente. La acompañaba Jorge, su marido,  parecía abatido y muy avejentado.
 A veces pienso en Luz con tristeza, no sé, será porque fue mi mejor amiga en el instituto. Era una chica brillante, destacaba sobre todo en matemáticas y en todas las áreas científicas. No  sólo era buena en captar todo a la primera sino era capaz de hacérmelo entender a mí, negada como era para las matemáticas. Pero ella me lo explicaba de tal manera que llegaba a entenderlas sin dificultad.
Pasamos muchas noches juntas estudiando para los exámenes, levantándonos de madrugada para repasar. Ella siempre era la primera, la más voluntariosa, había pasión y un deseo de aprender que le iluminaba el rostro. Recuerdo sus manos blandas y gorditas, sus uñas cuadradas. Qué extraño, acordarme tan bien de sus manos. Me acuerdo que cenábamos muchas veces arroz blanco frío, a veces le poníamos tomate. Eso era todo. La familia de luz era muy pobre.  
Hace unos años tropezamos casi de frente, nuestras madres siguen viviendo en el mismo barrio en donde nos criamos, me habló de sus hijos, le di recuerdos para Jorge y nos despedimos con un sentimiento extraño. Noté en sus palabras tristeza y cierto desamparo.
Luz no tuvo ninguna posibilidad de seguir estudiando, cuando eres pobre y vives en una isla como esta ni siquiera tener beca es suficiente. En aquellas noches insomnes de arroz blanco y libros de matemáticas yo veía a Luz como el ejemplo a seguir, alguien que algún día sería medico, como ella quería,  porque irradiaba firmeza y seguridad y su tesón e inteligencia la llevarían muy lejos.  
 Quizás por eso ayer cuando la vi en el aeropuerto cojeando, con cierto aire de abatimiento, camino del parking, tuve un impulso de salir corriendo tras ella y saludarla. Pero algún extraño y estúpido sentimiento de culpa me detuvo en el último momento. Hoy al pasar de nuevo por la casa de sus padres he vuelto a pensar en ella. 

jueves, 11 de octubre de 2012

1Q84



Hablar de las eternas cuestiones de la vida sin repetirse no es tarea fácil, pero Haruki Murakami lo consigue  en 1Q84. Sus personajes, son  seres solitarios en la gran ciudad que se preguntan sobre la vida, el amor o la muerte,  en esta extensa novela de corte fantástico.
Murakami tiene la capacidad de transformar en real lo más disparatado, de ahí sus muchos seguidores, a base de detallarnos minuciosamente los acontecimientos que relata. En 1Q84 crea, como él sólo sabe hacerlo, un mundo mágico donde todo es posible, y sus historias y personajes parecen siempre creíbles gracias a una pulida técnica realista. Así, nos imaginamos a la moderna ciudad de Tokio por donde desfilan curiosos o reconocidos personajes ricos en matices y contradicciones. Pero nada resultada nunca impostado ni acartonados porque la pregunta que siempre sobrevuela en todas sus páginas es el límite entre la realidad y la ficción, y por ende, qué es la verdad  o qué el sueño; esto convierte a sus narraciones a la fuerza en fantásticas pero sabiendo que nos habla sobre lo más profundo del ser humano.
En este mundo de dos lunas  que es 1Q84, nada parece lo que es, no hay espacio ni tiempo seguro,  incluso las percepciones de la realidad que tienen sus protagonistas son  puestas en duda. En este universo caótico y extraño donde reina la soledad, sólo hay una autopista subterránea de salida: el amor. Sólo este sentimiento, solidario y capaz de todo, nos puede devolver nuestra propia imagen y situarnos en el mundo verdadero.
Los protagonistas anhelan encontrarse sin buscarse, confiados en que el destino los unirá un día. Esta idea romántica acerca de la vida y del amor es quizás lo que atrapa y embauca de Murakami, lo que hace que sus historias tengan ese aire desgarrado como “Tokio Blues” o un  lado mágico, como en el " El pájaro que da cuerda al mundo"
En 19Q4 hay quizás demasiado detallismo, la descripción es tan profusa que ralentiza la lectura y convierte a esta fábula en una novela de 730 páginas, pudiendo quizás ser muchas menos. Sin embargo, contrarresta este exceso el uso de un lenguaje natural y ameno. Como buen maestro de la intriga que es, te atrapa hasta la última página con una parábola de nuestra sociedad actual.

lunes, 1 de octubre de 2012

El perro muerto



Un hombre pasea en la noche
su perro muerto.
No sabe
 porque aun nadie se lo ha dicho
que el animal lleva tiempo muerto.
El hombre
 acaricia  el lomo
del animal
 que tampoco sabe que ha muerto.
Desde mi ventana los veo pasar
al hombre
 hablándole con voz queda
y al perro que mueve su cola
y lo mira
 con infinita dulzura.
Mi corazón se detiene
en esta imagen melancólica
 del hombre que no sabe que su perro está muerto
y del  animal que desconoce su existencia.
Una mujer pasa y lo mira con desprecio
porque tiene las ropas sucias y un aspecto mugriento.
La mujer
que no sabe que nadie es tan fiel
como este perro muerto
desaparece en la esquina
 entra en la casa
y oye en la habitación contigua
el teclear del hijo
que  desconoce la existencia
del hombre
que camina bajo la noche
con el  perro fiel
que hace tiempo que ha muerto.