miércoles, 11 de enero de 2012

Días enteros en las ramas

Hay días así, en que uno se levanta y no sabe ni dónde está ni porqué, ni siquiera si lo que hace tiene sentido o, el mundo, en su girar lo tiene. Entonces todo es absurdo y el malestar de vivir se instala en la mañana.
Es en esos días cuando donde todo se vuelve inseguro y fugaz cuando más dudo de todo, de lo que sé, de lo que no sé, de lo que debo enseñar o no. No me veo capaz de enseñar nada con convicción, como si yo misma no creyese en nada, como si nada fuese importante y todo fuera parte de una rueda que nos obliga a seguir. Todo se vuelve insubstancial e incierto. Me asedia el temor a no poder, a sólo poder transmitirles la desgana, el hartazgo, el nihilismo que me embarga y me paraliza.
Hay otros días como hoy en que sé que al menos debo enseñarle también lo mejor de mí. Yo soy la que enseña, no lo qué enseño. Y entonces me asalta aún más dudas. ¿Se puede enseñar ese deseo de saber, de conocimiento, esa inquietud por conocer las respuestas aunque no estén?
Debo decirles,
Debo contarles, urgentemente que cada una de sus preguntas está respondida en algún libro aún por descubrir.

“La sociedad privilegiada liberal” impone su ciencia y sus errores al pueblo, que le es extraño. No hay ningún derecho. Este método de educación forzada no ha podido producir jamás, en la universidad, hombres de los que la Humanidad necesita, sino hombres de los que necesita la sociedad depravada: funcionarios, profesores funcionarios, literatos funcionarios u hombres arrancados sin ningún fin de su antiguo medio, cuya juventud ha sido estropeada y que no encuentra sitio en la vida: liberales irritables, enfermizos: ¡El pueblo dirá lo que quiere¡ Si no se interesa por el arte de leer o de escribir que le imponen los intelectuales, tiene su razones para ello: tiene otras necesidades de espíritu más apremiantes y más legítimas. ¡Procurad comprenderlas y ayudarles a satisfacerlas¡
(Extracto de “ La vida de Tolstoi” de Romain Rolland)

16 comentarios:

Enrique García dijo...

Hola Ico: Leyendo tu entrada me preguntaba si tus estudiantes leen el blog.
Me resulta curioso cuando dicen que no leen.
Yo me paso el día leyendo en cualquier tipo de soporte: impreso o de pantalla. Y creo que los jóvenes, también.
Quizás les falta la calma para poder "parar la pelota y templar el centro" (como dirián los futboleros) pero leer, creo que leen mucho, incluso multimedialmente.

Atonau dijo...

Duro cuestioamiento: ¿educar hombres o forjar ladrillos para la pared?... ¿donde radica la felicida?... ¿donde la raíz del progreso?...
¿Acaso Papageno no encontró su felicidad... como Tamino?
¡cómo sbaer que dar a cada quién?... nada fácil de saber... ¿seguir?... si, seguir, los niños lo merecen... la sociedad también... sólo "Has tu mejor esfuerzo"... aún cuando sea difícil, por que sólo el agotamiento del haberlo hecho vale la pena... más allá del cuestionamiento

María dijo...

Nos falta coger las pilas (una vez más).

Belén dijo...

Seguro que les enseñas más cosas buenas que malas, al final los alumnos se quedan con lo mejor :)

Besicos

Esilleviana dijo...

Escuché comentar a un maestro: los alumnos aprenden solo. Y al principio no entendí lo que significaba, con el tiempo he ido descubriendo lo que guarda esa aclaración. El alumno que esté interesado, que tenga cierto hábito, responsabilidad, compromiso con sacar adelante sus estudios... lo conseguirá. De acuerdo que la labor y la función del profesorado existe y es una realidad, pero depende un altísimo porcentaje de la voluntad del alumnado.

un abrazo

Lenteja dijo...

Todo les llega Ico, tienen las hormonas y las emociones a flor de piel , bajo el gesto adusto y la mirada torva, eso sí... Si vieras las poesías que escriben y lo que leen ... a pesar de suspender Lengua y Literatura claro está...
Besos.Lenteja

Anónimo dijo...

No miran, pero no son ciegos; no escuchan pero no están sordos...
(Me gusta tu nueva imagen)

moonlight dijo...

contenta de que hoy sea un dia como el que es...

VeroniKa dijo...

mientras haya inquietud, habrá conocimiento, mientras haya curiosidad, habrán respuestas.
:)

salud!

TORO SALVAJE dijo...

Lo bueno es que moriremos.

Besos.

Chaly Vera dijo...

Creo que el maestro esta en la obligacion de aprender a leer (asi como tu lo haces)asi tendria mayor caudal de conocimientos y su enseñanza seria amplia. Lamentablemente en Bolivia, los maestros no saben leer aca son llamados los "analfabetos diplomados"
y un alumno solo podra beneficiarse es con un profe instruido, pues en muchos hogares los padres de familia tampoco leen.

Es tan triste hablar de la educacion, de la disciplina y la limpieza.

chau

ISABEL dijo...

Esty totalmente de acuerdo con todas las respuestas pero especialmente con Esilleviana y Atonau.
Por propia experiencia, ya sabes que no soy profe de nada, pero he "estudiado y dado clases" con/a mis 4 hijos desde que empezaron el cole y hasta que finalizaron la universidad, y te puedo decir que cada uno se ha "quedado" con lo que ha querido o podido.
No se trata de ser mal o buen profesor, la cosa no depende de uno sino de a quién va dirigida la enseñanza.
Yo estoy convencida, porque te conozco, que eres una buena profe, así que no te quemes el coco demasiado con tus alumnos: algunos aprenderán mucho,otros pocos y otros nada, pero eso ya no depende de ti, depende de ellos.
Besos

Anónimo dijo...

http://www.elpais.com/articulo/portada/gran/pinata/elpepuculbab/20111231elpbabpor_26/Tes

Anónimo dijo...

Bs!Iko..

Ico dijo...

Ay, Enrique sí los alumnos leen twenty messenger, etc, libros no muchos, al menos la mayoría que conozco en mis aulas. No creo que mis alumnos lean mi blog, no al menos ahora. Gracias por el artículo del país, muy acertado.
Isable, muy amable pero las dudas son un buen camino para quedarse estancada... un saludo a todos.

Anónimo dijo...

:) me gusta que te haya gustado

Silvia