miércoles, 21 de diciembre de 2011

Pégame otra vez


Entro a segunda hora a clase y voy directa a la cafetería. Allí me encuentro a una alumna de segundo de la ESO. Tiene el gesto triste, ella que siempre está de bromas y es tan alegre. Le pregunto qué le pasa, pero no quiere hablar, como tenemos clase a esa hora, le pido que me acompañe hasta el aula vacía. Le pregunto si el problema es con sus padres, si se van a separar. Que pasemos las Navidades juntos aunque estén enfadados, me escribió una alumna ayer en la carta a los Reyes Magos. La separación de los padres suele ser la causa más común por la que los adolescentes se derrumban, y más en estas fechas.

Pero esta no es la causa de la tristeza de mi alumna. Está harta, me dice, de sus padres, de que le peguen. Me extrañó, su madre a la que conocí en una primera visita me pareció una mujer estricta pero bastante preocupada por la educación de su hija, por su rendimiento, por las compañías pero no me pareció una mujer fácil de perder los estribos o que pudiera emprender con ira contra su hija.

Mi alumna me cuenta, no obstante, que así fue, que su padre también le pega. Ayer su padre le dio un bofetón y le rompió el piercing de la oreja. Me enseña la marca de las uñas de su madre clavada en la mano y la oreja rasgada. “Todo fue porque quería salir con una amiga que a mi madre no le gusta sus “pintas... Es una buena chica, me dice entre sollozos, sólo que por las pintas no le gusta a mi madre, como si fuéramos a hacer algo malo, no es justo, yo tengo la cabeza sobre los hombros, seño” me dice. Lo sé, es una alumna excelente, trabajadora, creativa, buena lectora. Incluso ayer el equipo educativo en la sesión de evaluación hablamos de felicitarla por sus notas. La tranquilizo, le cuento para que se ría del bofetón que me dio mi madre cuando me vio salir con un negro, “un negro, me gritaba, lo que faltaba, un negro” y nos reímos juntas.

Pero mi madre me daba bofetones y demás por cualquier causa, eran otros tiempos, mi madre tiene ahora 82 años y fue educada con la idea de que la educación era eso. Sin embargo, la madre de esta alumna tiene mi edad, es una mujer joven y me consta que le preocupa la educación de su hija porque así me lo hizo entender en una primera visita. La prometí a la alumna que no se lo diría a nadie. Su padre le había pedido perdón esa misma mañana, pero le hice prometer que si volvía a pasar me lo diría.

Ahora que, afortunadamente existe una concienciación social del maltrato de género me pregunto cuándo se pondrá el acento en el maltrato de padres a hijos. Los adolescentes son pendencieros, retadores, ya no son niños ni adultos, su inseguridad la suelen camuflar con un arrojo y valentía que no tienen, se sienten a disgusto con su cuerpo y suelen ser rebeldes y conflictivos. Se supone que nosotros los adultos ya hemos superado todo eso. Entonces ¿Qué ejemplo les estamos dando cuándo queremos imponernos por la fuerza o hacerles comprender nuestra preocupación por miedo de la violencia?

16 comentarios:

mjromero dijo...

Ay, qué repelús me llevo.
Un abrazo.

TORO SALVAJE dijo...

Malos recuerdos me has traído hoy con este post.

Y si.
Soy un tierno pero no se lo digas a nadie.

Besos.

Maga h dijo...

Como es arriba es abajo. Es fija, uno repite lo que aprende y eso es fuertísimo.
Hay que trabajar más sobre la violencia, sobre todo en chicos.
Todo un tema Ico!

Abrazo!!!!

Enrique García dijo...

Excepcional tu relato. Hoy el día de la lotería, cuando he visto el titular de tu entrada reconozco que tenía miedo de leerla. Pero, como cuentas las cosas con tus chicos y tus chicas. Si tuviera tiempo, las recopilaría y sería un excelente manual para una asignatura del Máster de Profesorado que se titula: "Interacción y convivencia en el aula". TÚ ERES SU CATEDRÁTICA. Felices días. Qué fortuna he tenido en conocerte, aunque siempre sea a través de la red.

lille skvat dijo...

Hola. Me han dejado en enlace a esta entrada en una de mi blog (http://lilleskvat.blogspot.com/2011/12/pegar-los-ninos-en-dinamarca.html).

En España se considera que el castigo físico no es legal, pero el código civil no es suficientemente claro y la gente sabe que no se sanciona.

Para mí lo que cuentas sería motivo para actuar y denunciar a la familia. Directamente. Ojalá mis profesores lo hubieran hecho cuando yo era adolescente con mis padres.

Lucía dijo...

Ningún buen ejemplo, sin dudas. El poder coercitivo impuesto por quién sea, no da buenos resultados.

Me gusta leerte, me gusta saber que tenes muy buenas ideas. Que sos una mujer con una cabeza admirable.
Saludos.

yo misma dijo...

Es un tema muy complicado..aunque creo que por suerte ha cambiado bastante..me parece que a muchos nos ha traído algún mal recuerdo..es de esos que no se consiguen borrar..échale una mano, profe
Un beso.

sor Ella dijo...

Creo que esos padres deberían estar informados de que al menos tú lo sabes y me parece que ese hecho tendrá sus efectos positivos.

Un beso, felices navidades.

moonlight dijo...

valiente texto, es dificil verbalizar los laberintos de la violencia.

chalyvera@gmail.com dijo...

Posiblemente sus padres estaban pasando un mal momento y lamentablemente ella escogio la hora mala. Y ella sabia que su amiga le cae gorda a su madre.
Deberias aconsejarle que primero mire antes de abrir la boca.

Felices fiestas
Besos

Esilleviana dijo...

Tengo un hijo de 17 (llegó recien cumplido mis 21 años) y entiendo que hay momentos en el que la furia, el cólera y la irritación pueden conmigo pero a una determinada edad, tal vez a partir de los 15/16 años, en los que ya tienen cuerpos de adultos (al menos altura), es imposible tratarles como niños/as.

Estoy de acuerdo contigo: al final se trata de darles modelos y ejemplos a seguir y acabar perdiendo el control, no es la mejor manera de educar.

Feliz Navidad en compañía de las personas que te quieren.

un beso
:)

Esilleviana dijo...

jajaja

perdón mejor la cólera jajaja
(es muy temprano jaja).

Belén dijo...

Qué cosas... mi madre también nos daba bofetones, pero jamás nos clavaba las uñas...

Besicos

Anca Balaj dijo...

Buf... Ya ves, las apariencias engañan tantas veces.

Ojalá puedas ayudar a la niña. Ya con hacerla reír es mucho, pero ojalá... ojalá no la peguen más.

Ico dijo...

Gracias Enrique por tus palabras y a los demás decirle que se me olvidó comentar que, por supuesto, le dije a la dirección lo que había pasado y que se estudiaría cómo tratar el tema de forma delicada para ambas partes.. Feliz Navida y buena entrada en este 2012

Shubhaa dijo...

Terrible, creemos que hemos avanzado mucho pero cada vez veo más que no, que tenemos cargas culturales espantosas que siguen pasando de generación en generación. Me alegro de que tu alumna tenga alguien en quien confiar y a quien poder contárselo!
Besos sin violencia