martes, 18 de octubre de 2011

Cosas que no hay que olvidar cuando se sale de viaje

- Está muy bien. De verdad, me encantó.

- Me tiene intrigadísima hasta el final no se sabe nada

- Yo se lo he pasado a mucha gente.

Todas estas voces resuenan a la vez en la secretaría del instituto. Como en el fondo soy una incauta y creo que el entusiasmo de la gente en algún momento debe coincidir con el mío caigo enseguida en la trampa y digo la frase mágica.

- ¿Me lo prestas?

Y allá voy yo con mi mamotreto sin saber que he caído de nuevo en la red de aficionados al culebrón novelado. Me esperan largas horas de aeropuerto con “El jardín olvidado” de kate Morton una exitosa novela. Afortunadamente no viajo con ryan Air, así que no tendré que renunciar a la lectura por exceso de equipaje.

En la sala de espera, debe ser por la alegría del viaje, me parece hasta un libro cálido, incluso acogedor para este espacio vacío e impersonal que es la sala de un aeropuerto, una novelita entretenida con tintes decimonónicos.

Pero en el despegue donde procuro no pensar que es el momento más peligroso del vuelo mi gen materno empieza a funcionar y me digo que no es una buena novela. Entretenida, vale, de fácil lectura, claro. Sin lugar a dudas la autora ha aprovechado bien sus talleres de creación literaria. Comienza bien: un misterio, una niña perdida, el descubrimiento de una joven de que fue adoptada. La acción que transcurre en distintas épocas.

Segunda hora de vuelo, bostezo y comienzo a impacientarme, por qué no me habré traído otra novela. Su prosa es aburrida, ramplona. A ver Ico, pero a quién le importa la prosa. También es verdad. A la gente le gusta que le cuentes, sobre todo batallitas de enredos sentimentales, quieren saber de de intrigas, de misterio.

¿Cuánta gente se detiene y aprecia la belleza de un paisaje? Uhmm….

Pero los personajes son planos, chatos. Tampoco le pidas un master de psicología…

No pero…

Aterrizo en Málaga y me olvido del librito de marras recomendado. A la vuelta vuelvo feliz y decido darle una segunda oportunidad. Pero enseguida decae mi interés: Un cuento de hadas, más personajes buenos y malos, una historia previsible. La revista de vueling me parece ahora más interesante. Pero se lee rápido. Estoy a punto de robarle el periódico al vecino de al lado.

No soy mala, no, bien, tal vez, algo ácida, pero a ver si va a ser mía la culpa de que haya tantas novelas malas. Eso sí, entretenidas. Es ahora lo que se usa, entretener, lo mismo que un programa de tele cinco. A mi madre le encanta, sube el volumen porque ya oye poco y todo el mundo aprovecha y se escapa.

8 comentarios:

ISA dijo...

Ejjjjjjjjjjjj que ya te vale. Hay que tener olfato, coges un libro, le das una pasada y ya sabes si es bueno o no.

O si esto es mucho pedir, recurrir a los clásicos, que nunca fallan.

Por último, NUNCA, hay que viajar con un solo libro joé, si no te gusta, o no es el momento para esa lectura ¿qué cogno haces?.

Anónimo dijo...

Uffff, Ico, ¡qué peso me quitas de encima! Empecé a leerlo porque me lo prestaron y ... no puedo con él. Así que esta semana lo devuelvo. No estoy acostumbrada ya a esos libros, afortunadamente para mí.

Anónimo dijo...

No tengo ese problema: me mareo en todo medio de transporte... :(

TORO SALVAJE dijo...

La verdad es que hay pocas novelas buenas.
Muchas veces me dedico a releer novelas antiguas antes que me timen con bodrios catapultados al Top de ventas por timadores profesionales.

Besos.

Susana Peiró dijo...

Veamos, si el/la autor/a no te cambia el ritmo de la respiración; y no te produce urgencia, necesidad por saber más...pues no lo logró. El lector no hace beneficencia...

Besos Querida Ico!

Belén dijo...

No nos tienen que gustar todas las recomendaciones :)

Besicos

MONDO FRANKO dijo...

Pues yo, esta entrada me la he leído de un tirón. Si bien fue aburrida la novela al menos ha sido inspiradora para vos. Me encantó el final con tu madre.
Un abrazo transoceánico

mjromero dijo...

También es cuestión de gustos.
Un abrazo.