miércoles, 11 de mayo de 2011

Vuelo en el aire

Hoy me levanté tarde. A la derecha mi perra y a la izquierda mi gata, o era al revés. No lo sé. Llegué tarde al trabajo pasando todos los límites de velocidad.

No inventé ninguna excusa. Simplemente el despertador no sonó. El director me dijo que nunca en su vida se había quedado dormido. Ni yo. Sólo que el despertador no sonó, es diferente.

Deambulé por los pasillos como si en verdad algo me urgiera, como si la vida no se detuviese en su caos frenético. Los alumnos me esperaban apiñados en la puerta. Les pregunté los verbos: amar y temer, indicativo y subjuntivo. Salían nerviosos, uno a uno a la pizarra, como corderos frente al matadero, a decir sus verbos equivocados.

Dí un par de clases más, concentrada, como si no hubiese pasado nada En el recreo Javier me miró sonriente. Señala mi corte de pelo y añade, pareces una actriz italiana. Le he puesto mi mejor sonrisa de asco y hemos salido juntos a fumar un cigarro. He roto definitivamente con L, le dije, nada más salir a la calle. Me ha mirado, se ha sonreído y me ha largado “Siempre te enamoras de historias imposibles” Al hablar doblada y descruzaba los pies, e inmediatamente empezó a hablar de él. “Soy un gay raro”, y mientras decía esto, era evidente que lo era, porque daba saltitos infantiles, “ni me gustan los cuartos oscuros ni el sexo por sexo, además me gustan los hombres mayores”. Vamos dentro que me estoy meando.

Antes de volver a casa pasé por el banco, pongo cara de buena y le pido un aumento de la visa, sonrío y me genuflexiono como un jodido japonés. Ruega santa visa por nosotros. Espero me lo conceda, le digo.

En la casa la perra me ha recibido dando saltos de alegría, la he apartado de mi lado de un manotazo. Mientras hago la comida me he puesto a mirar mi correo y he abierto mi página. Puedo saber el porqué pero no la forma en que va a manifestarse mi estado. A veces en una indolencia cercana a la ataraxia, otras en una actividad febril que no consigue dejarme agotada. Tiendo a los excesos como el mar a la orilla.

He intentado dormir la siesta pero no he podido. Me he enfundado mi vaquero, me he puesto las botas y me he ido a montar. Debo ocupar mi tarde, no quiero estar sola en casa. Cuando cabalgo no pienso en nada, no pienso en ti, ni en mí, ni en esta tarde solitaria. Sólo el animal y yo, sin saber bien en qué orden.

Me concentro en no perder el control, mi cuerpo acoplado al suyo, junto las rodilla, vuelo en el aire, y me voy poco a poco transformando en centauro. Desde su altura que ahora es la mía he visto caer lentamente la tarde. De pronto me he sentido contenta y le he cantado una canción en voz baja. Lorenzo, Lorenzo, le canto con una música inventada, mañana te traigo una zanahoria. Me abrazo a su cuello caliente y sudoroso y siento qué es él quien me da el abrazo.

17 comentarios:

mjromero dijo...

Es magnífico, desde el principio al final, empiezas con dos animales y terminas con otro.
Creo que lo mejor es la unión con la naturaleza, además no hace falta ni hablar. Para qué malgastar palabras.
Yo un día de estos seré realmente un topo, me guiaré por el olfato.
Un abrazo grande.

emejota dijo...

¡Malditos despertadores!
Un abrazo a Lorenzo. Beso para ti.

Anónimo dijo...

Y cuéntame ¿cómo consigues que me siente aquí y me enganche a ti, a tus cosas, que te siga los paso, que me gusten tus versos tan dolorosos y disfrute con tus relatos sobre amores tormentosos? ¿?


Siempre me quedo con ganas de mas...


Buenas noches.

Anónimo dijo...

Tengo que montar más a caballo!!

saludos Ico

TARA dijo...

comparto las mismas sensaciones cuando monto a caballo, es lo mejor, fusión solo el animal y yo!!!

Me encanta la historia empieza a saber a Ico

Besos

LaCuarent dijo...

Terapéuticos eso de abrazar animales.
A mi me gusta tu corte de pelo y odio los despertadores
Un beso

Unknown dijo...

jaja!! yo me llevo mal con el despetador de mi móvil... no sé si es que soy tonta y no lo se poner o que estoy sorda y no lo escucho :S

el relato fantástico, con mucho ritmo de principio a fin (y eso que a galope solo te pasaste la tarde).

Concha es Bastet y Xiâo Mao. dijo...

"Cabalgar: Ir una cosa sobre otra".


Promete o desbasta


Pero, ¿quién soporta?


(Tu silencio solicitado, sólo decir fantástico)



Concha

TORO SALVAJE dijo...

Bravo.
Le diste la vuelta al día y lo acabaste de fábula.
Bien por ti.

Besos.

Anónimo dijo...

Quizás, viendo ciertas imagenes de televisión ayer y hoy, te ayude a relativizar mucho más las cosas "L" y cabalgar siempre adelante.
UN SALUDO. LA BOHÉME

Isabel chiara dijo...

Precioso Ico, que le jodan al reloj, al banco, a los pesados, la piel caliente y sudorosa, la cercanía, siempre la encuentras fuera, en esos que no tienen razón.

Besos

mariajesusparadela dijo...

Los que, dicen que, no razonan siempre tienen razones para vivir.
Y , curiosamente, nos quieren porque sí.

mariajesusparadela dijo...

Te pasó lo que a todos: desaparecieron los comentarios. Por eso entro de nuevo.

Anónimo dijo...

Oh¡ qué preciosidad de post. Por cierto, me gusta tu nueva imagen.

chalyvera@gmail.com dijo...

Los amores imposibles...

Si ellos no existiesen...

Que triste seria la vida.


Besos

Minombresabeahierba dijo...

Hermoso dejarse llevar... soltarse...
y sentir,
como caballos salvajes.

Besos

maslama dijo...

hola guapa!
no está mal el cambio, una relación por un caballo :) bueno, hasta la siguiente, que el deseo y ¿el amor? suelen ser traicioneros, y se empeñan en seguir llamando a todas las puertas, incluso las mejor cerradas, como aplicados predicadores..

besos,