lunes, 16 de mayo de 2011

Ellos me persiguen

Suena el teléfono. No sé qué hora es, pero debe ser muy tarde porque estoy completamente dormida. Estiro la mano, miro el número. No. Dios no puede ser. Felipe. Le cuelgo. Vuelve a sonar de nuevo

- Joder tío, Felipe, tú sabes qué horas es.- Mi voz sale opaca, cabreada, capaz de asesinarlo si estuviese aquí.

-Perdona pero es algo muy importante.

-¿Joder Felipe sabes a qué hora me levanto mañana?- Voy cabreándome por segundos.

- Perdona, pero es importante necesito que me escuches un segundo. ¿Me escuchas no?

-No, joder tío. Tú te pasas toda la mañana durmiendo y yo tengo que levantar en unas hora, tío.

- Nieves, por favor, me escuchas, sólo tú puedes ayudarme, es muy importante. ¿Me escuchas?

- No.- vocifero. Estoy cabreada, muy cabreada,. Ni siquiera ha entrado un resquicio de luz por la ventana deben ser las tres o las cuatro. Lo sé por el cansancio de mi cuerpo por la pesadez de mis párpados.

- Por favor, no seas cruel, sólo necesito que me escuches, es importante.

Imposible llegara a un acuerdo. Pienso en colgar pero volverá a llamar de nuevo. Mi cuerpo exhausto no responde, mi mente sin embargo, va cediendo, es la única manera de que cuelgue. Intento parecer serena.

- venga dime. – aún en tono enfado.

- Por favor. sólo un momento.

- Venga ya.

- Me persiguen por todos lados.

- ¿Quiénes?

- Ellos. Escucha sé que tú me crees. Ya no puedo ir a sacar libros a las bibliotecas porque me bloquean el ordenador, ni siquiera puedo ir a ninguna conferencia porque no aceptan mis preguntas.

- Ya- Pienso si ha dejado de tomar las pastillas.

- Es horrible, me hacen la vida imposible.

- Felipe por qué no piensas simplemente que es tu jodida enfermedad. Que una de las características de la esquizofrenia es sentirte perseguido.

- Que no, Nieves, que esto es real, de verdad, que me persiguen. Tú me conoces no te diría esto si no es verdad, me persiguen.

- ¿Pero quiénes, razona, y porqué te crees tan importante?- intento ser conciliadora todo lo que se puede ser a estas horas de la madrugada.- Dime ¿Quienes?

- Ah. No sé, Trapero.

- - ¿Zapatero?

Oigo su risa sorda a través del teléfono.

- No, no estoy tan loco para pensar que Zapatero me persigue. Trapero, el profesor.

Trapero es un antiguo profesor de semántica de la facultad de filología. Mi amigo Felipe y yo estudiamos más o menos por la misma época. Siempre estaba en todos los fregados, en todas las conferencias, haciendo las preguntas más incómodas. Era la persona más culta y leída que he conocido nunca. Pero aún así no pudo acabar la carrera. Era incapaz de concentrarse. En cualquier renglón de una prensa había una noticia que confabulaba contra él. En una época le dio por pensar que algunos profesores la tomaban con él.

- Anda ya, pero con qué interés.

- O Osvaldo Brito.- De nuevo otro antiguo profesor de la facultad, este de literatura hispanoamericana

- Vale.- Sé que no puedo hacer nada. Nada lo hará cambiar de opinión ni entrar en razón.

- No puede ser que cuando vayas a la biblioteca no me den un libro y se bloquee el ordenador.

- A mi me ha pasado.

- Pero ¿Todos los días?

- No devolverás los libros, yo qué sé, pues vuelves otra vez y los coges.- Intento ser conciliadora, necesito dormir.

- Pero es que cuando yo me voy otro viene detrás y los puede coger y voy yo y no me los da.

- Joder, pues vete a la librería tienes dinero, te compras el libro.

- Eso, eso, mira a ti te parece normal que vaya a la librería a comprar el libro y no tengan el libro y tarden meses y meses en pedírmelo.

- Sí.

- Qué libro has pedido últimamente.

- Uno muy bonito de los comuneros.

- Ah.

- Y en las conferencias cuando voy a hacer una pregunta no me responden, o se va el conferenciante.

- Joder Felipe, esta es una ciudad pequeña, ya sabrán que estás loco y no te quieren responder.

- Ya lo sé, pero no es eso, tú me entiendes, mi padre no me cree, nadie me cree, necesito que me creas, me persiguen, me bloquean los ordenadores.

- Qué más da tío, pasa de ellos, que les den.

- Pero no, todas las mañana me levanto con esta angustia de sentir que me persiguen. No aguanto esta angustia.

- Joder tío, y yo pensando que tengo que ir a trabajar y aguantar a unos adolescentes malcriados.

- No, No me entiendes, no sabes la angustia que tengo es como una ola que va creciendo y creciendo, cada vez más.

- ¿Una ola?

- Sí porque ellos no sólo me persiguen, se meten en mí, me hacen formular preguntas que yo no he hecho. Por ejemplo, cuando estoy esperando por un libro en la biblioteca con el ordenador bloqueado el bibliotecario me dice: no creas que no te queremos dar un libro. Como si yo hubiese querido decir esa pregunta.

- Ya.

- ¿Tú me crees?.

- Si, yo creo que tú crees lo que dices.

- Era sólo eso saber que alguien me cree.

- Vale Felipe, descansa ahora, estoy muerta.

- Bueno, gracias. ¿Nos vemos esta semana?

- Sí, te llamo.

Cuelgo el teléfono. Pero ya estoy completamente despierta.

15 comentarios:

Pena Mexicana dijo...

Una de mis mejores amigas tiene un hijo como Felipe... lo siento, no parece que haya un panorama bueno para personas que sufren tanto.

besos

El Drac dijo...

Ese s para mí una obsesividad que debe tratarse, qué pasará cuando se tenga una relación más estrecha incluso de pareja. es evidente que la obseción crecerá. Un fuerte abrazo

mjromero dijo...

Pues así más o menos suele suceder, es horrible, está muy bien contado.
Un beso.

TORO SALVAJE dijo...

Felipe me conmueve.
Necesita un ángel.

Besos.

Anónimo dijo...

Conmovedor, la verdad que en mayor o menor grado cada vez hay más personas que tienen ese tipo de patología...Quizás una manera destructiva de sentirse protagonistas y comunicarlo.
¿o no?.Lo peor en estos casos es la angustia y ansiedad que se producen y producen.
Descansa ICO
UN SALUDO. LA BOHÈME

maslama dijo...

buf, vaya infierno de vida, sentirse observado y perseguido constantemente.. me provocó cierta angustia imaginarlo, lo lamento por las personas que sufren este tipo de patologías

besos,

Lenteja dijo...

Hay que reajustar esas pastillas pero ya... o sus efectos 2º si es que ha dejado de tomarlas... porque conciencia de enfermedad sí tiene tu Felipe...fíjate que creo que eso es lo más difícil, asumir que tienes una enfermedad mental.
Qué mal está la Salud Mental en España, la de profesionales que hacen falta....!
Besos.Lenteja

Begoña Leonardo dijo...

Es muy complicado tener cerca a alguien con un problema así, ser consciente de un sufrimiento tan grade, sin poder hacer nada más que escucharle, aunque a veces esto sea una auténtica tortura.

Te abrazo fuerte

Anónimo dijo...

pobre Felipe...pero te tiene a ti para ser escuchado aunque las horas no sean las más oportunas. Sea cual sea la patología que complicado es cuando eres un incomprendido, sientete alagada por contar contigo.

JJS

Anónimo dijo...

¡Qué faltos de salud... mental estamos!
Complejo e inevitable
Alson

mariajesusparadela dijo...

Vas a tener que cambiar el número. Pobre de ti y pobre Felipe. Pero lo de él no tiene mucha soluioón y tu solamente necesitas dormir, para no acabar como él.

Chaly Vera dijo...

Que suerte la tuya de tener amigos tan extraños, los mios son tan comunes que todos parecen uno solo.

Besos

Beelzenef dijo...

Terrible sentirse perseguido de tal manera, ver monstruos inquietantes en cada esquina

Anónimo dijo...

Trabajo con ellos en una vivienda tutelada y hay veces que hay que reajustar la medicación. Cuando encuentran el tratamiento adecuado vuelven a la normalidad. Trabajar con ellos es duro ( yo salgo muerta) pero vivirlo es aún peor.
Por desgracia y debido al policonsumo de drogas lo que nos espera no es nada bueno. Cuando llevo a alguno de mis chicos al hospital, la mayoría de los que están ingresados son por consumo, trastornos psicóticos... los míos son por enfermedad mental, uno tengo con alcoholismo.
Vivir así es una pesadilla. Es una suerte estar libres de una enfermedad mental.

Anónimo dijo...

Ya lo creo...