miércoles, 30 de marzo de 2011

Parábola de las incompatibilidades

Una mujer sin corazón encontró por un hecho casual y extraordinariamente natural a una mujer con exceso de corazón. Así, mientras la mujer sin corazón era incapaz de amar y temía, por este hecho, ser amada, la mujer con exceso de corazón temía no ser amada por nadie.

Como ocurre en no pocas ocasiones, la mujer sin corazón se sintió atraída por la mujer con exceso de corazón, por lo que conocedora de su mal le advirtió.

- No esperes que te quiera, no puedo quererte, no tengo corazón.

A lo que la mujer con exceso de corazón le respondió.

- No me importa, yo tengo demasiado.

Y de esta forma iniciaron una curiosa y atribulada relación. La mujer con exceso de corazón, no obstante, no perdía, llevada por el gran optimismo que la embargaba, la esperanza de que la mujer sin corazón pudiera quererla un día.

Por su parte, la mujer sin corazón adoraba en ella todas las cualidades que le son propias a la gente con exceso de corazón y, la admiraba como se deleita uno en el pelaje de un hermoso y exótico animal prehistórico ya extinguido.

Pero llegó el día en que la mujer con exceso de corazón se cansó de esperar por el amor de la mujer sin corazón y, arrastrada por el impulso de la pasión que consumen a estos seres, se arrancó el corazón entregándoselo en bandeja a su amada.

- Tómalo- le dijo entre lágrimas- No quiero amar más si tú no me amas. Aquí te entrego mi corazón, ahora soy como tú.

La mujer sin corazón, acostumbrada a aquellos excesos de dramatismo por parte de la mujer con exceso de corazón, no tomó en cuenta tales palabras.

Sin embargo, ya fuera por la ausencia de corazón, cada día se producía una transformación paulatina y contante en la mujer con exceso de corazón, pasando a convertirse en una mujer segura de sí misma, y poco dada a las cuestiones amorosas, por lo que, pronto se cansó de los continuos desplantes de la mujer sin corazón.

Cuando la mujer con exceso de corazón salió un día cerrando tras de sí la puerta de la vivienda que había compartido con la mujer sin corazón para no para no volver jamás, dicen que aquella derramó por primera vez una lágrima furtiva. Pues de igual forma y en sentido contrario se había producido la transformación inversa en la mujer sin corazón.

22 comentarios:

mjromero dijo...

es como una fábula, y no dejé de leer y transformé: la mujer sin corazón se comió el corazón de la mujer con corazón...y de ahí la lágrima.
yo ahora estaba pensando en los leones del desierto, escribía sobre los hambrientos y tristes leones, de ahí que me imaginara a esa mujer comiendo el corazón.
Un abrazo.

TORO SALVAJE dijo...

Y ahora están al revés que estaban?
Deberían pactar un nuevo transplante.

Besos.

Anónimo dijo...

... 10 AÑOS DESPUÉS:

La mujer con corazón y la mujer sin corazón quedan a menudo para tomar té en invierno y birras en verano, conversan con interés, van al cine, incluso comparten alguna afición...

Una mujer (da igual si tiene corazón o no).

TARA dijo...

Igual la mujer sin corazón si tenia corazón...
Me gusta mucho este relato, me ha tocado Ico..

Besos

cereza dijo...

Las dos mujeres sufrian una cardiopatia, al fin las dos estaban enfermas.
¿Acaso no sabeis que no se puede vivir sin corazón y que cuando éste es más grande que su habitáculo, no es imposible caminar?

Me ha encantado...

Anónimo dijo...

Lástima por la mujer con exceso de corazón(¡Qué ciega!); Me sentiría muy afortunada si encontrase una mujer sin corazón. Y si, encima le da de comer a los gatitos callejeros, desearía entonces, amarla toda la vida; Me da igual su proclamada escasez; Con mi corazón, tenemos la despensa llena para las dos y para alguna que otra visita, también…

Concha

Candela dijo...

Está muy bien esta parábola, aunque no creo que el transplante fuera total, solo tomó un trocito porque sólo se le cayó una lágrima.

El Drac dijo...

Uhmm tanto nadar para morir en la playa; aunque creo que mejor estarán en los brazos de un hombre con un corazón muy grande.Un abrazo

Anónimo dijo...

Ya están los simples proponiendo trios. Ninguno capaz de encontrar el azucarero en la cocina...

Circe.

Pena Mexicana dijo...

mmm... creo que me cae mejor la mujer sin corazón que la que tiene demasiado... esos excesos suelen ser nocivos para la salud propia y ajena :)

besos

LaCuarent dijo...

Las cardiopatías de ambas terminaron por ganar la partida, aunque ambas se curaron y eso las llevó por caminos distintos.
¡Estupendo!
Un beso

Belén dijo...

Ayyy Ico, que me ha gustado mucho, mucho!!!!!!!!!!

felicidades, me has enganchado desde el principio...

Besicos

Anónimo dijo...

ico me has hecho llorar.. me siento tan identificada con este relato. YO vivo una historia parecida, tengo exceso de amor, deseo entregarme en cuerpo y alma, me quitaría el corazón y se lo entregaría en bandeja de oro, la admiro, la quiero....pero ella....al contrario no quiere amar, no quiere cubrir su plano sentimental, no quiere entregar su corazón, y siento que si desapareciera ella se daría cuenta de que me quiere pero quizás sea demasiado tarde y no sé si pasar el umbral de la puerta o quedarme junto a ella.

Kika Fumero dijo...

No concibo un ser humano sin corazón. Son complicadas las relaciones con una misma y con los demás. Me ha gustado mucho el relato. Me he quedado con mucha pena por la mujer sin corazón... Un abrazo, Ico

Anónimo dijo...

Hola a todos los comentaristas,

Llevo un tiempo "X", leyendo a Ico, y es la primera vez que siento complicidad con ustedes; Estando de acuerdo o no, eso no importa, siempre y cuando, exista "la máxima del respeto".

http://www.youtube.com/watch?v=5FfaX13S7qI&feature=related



Concha

Siempre suya dijo...

Yo conocí una vez a una mujer con exceso de corazón, pero lo regalaba a los charcos, los bares, las jeringuillas... Fue muy triste ver como iba perdiendo el corazón cada mañana.

Esilleviana dijo...

Los extremos separan y crean mayor distancia entre las personas. Creo que ambas nunca podrían coincidir y compartir sus vidas. Necesitarían encontrar a otras personas con algo de corazón y otras con defectos de corazón... no sé muy bien continuar tu excelente relato, pero sin duda, también me encantó.

un saludo

ISA dijo...

Por desgracia he tenido la mala suerte de encontrarme con demasiada gente con mucho "corazón". Ufffffff, prefiero a la gente que tiene lo justo o nada. Por lo menos sabes a qué atenerte.

Lenteja dijo...

Ainsss, los trastornos cardiovasculares, qué guerra dan... y qué vidilla (por otra parte). Me ha gustado mucho este relato Ico.
Besos.Lenteja

Mármara dijo...

De donde se decuce que, como ya se decía en Roma, "virtus in medium consistit". O lo que es lo mismo, la escasez resulta tan poco conveniente como el exceso, sobre todo en ciertos terrenos.
Bonito relato, Ico.

Anónimo dijo...

Nadie se ha percatado que quién tenía mucho corazón entregó lo mejor de si a una persona que no valoraba esa entrega.Con su partida sintió tristeza por todo lo que representaba esa persona para Ella. En realidad la quería pero había sido incapaz de demostrarle que la amaba.Esa lágrima era un "no te vayas". Lo tríste es que quién tenía mucho corazón ya no volvería a ser la misma persona del principio. Había quedado desgastada. Lo mejor de estas relaciones es no comenzarlas.

Buen relato.

Anónimo dijo...

Estoy completamente de acuerdo con ANÓNIMO,es mejor no comenzar este típo de relaciones, pues el desgaste siempre lleva a la desazón y a los reproches...Por no decir a actuar como nunca lo harías y dejar la cordura de lado. Mejor una buena amistad que una mala relación.
Además que en el caso del relato de Ico, me temo que sería de vampirismo, por las dos partes.¿cómo terminarían? probablemente no muy bien.Pero si es lo que ellas quieren....
Bohème