viernes, 10 de diciembre de 2010

Paraiso inhabitado


Me bebí este libro en dos días, justo el tiempo que el resfriado me tuvo aislada en cama. Pronto acabé olvidándome del resfriado y de todo lo que no fuera su lectura. Maravillosa Ana María Matute, qué capacidad de llevarte de la mano y recrear el mundo de la infancia de forma tan magistral.

En “Paraíso deshabitado” nos habla de la pérdida de la inocencia, y de ese lugar ya olvidado que es la infancia. Es por eso por lo que sus personajes son casi siempre niños, seres solitarios y perdidos en un mundo de adultos, que se encierran voluntariamente en busca de la magia de los cuentos de hadas donde todo es posible. La realidad, es por otro lado, extraña, incomprensible, fraccionada, e inevitablemente más chata y aburrida.

Los niños de Matute son siempre niños lectores con los que nos identificamos, niños solitarios, que se incomunican del mundo para disfrutar de la lectura. Niños que viven en un mundo que se desmorona y al cual no dan sentido ni significado. Son personajes al borde de la tragedia, puesto que llegará el día que, sabemos, despertarán de golpe para ser desterrados de ese paraíso inhabitado que es la infancia.

Matute recrea como nadie ese paso de la niñez, ese paisaje lejano y exótico del nunca jamás al mundo de los adultos, y lo hace con la maestría que le es propia, introduciéndonos en las vidas, en el pensamiento de sus personajes, sugiriendo más que afirmando, ofreciéndonos destellos de una realidad que, nosotros, como lectores, hacemos nuestra.

Esta es su genialidad, convertir sus recuerdos en los nuestros. Ana María Matutes, recientemente galardonada premio Cervantes, miembro de la Real Academia Española de la Lengua y una de las mejores voces narrativas de nuestro panorama literario, sabe ahondar con verdadera pericia en el mundo de los recuerdos, con fina sutileza, con ternura, entretejiendo la trama con unos personajes que acaban saliendo del libro para convertirse en humanos. Los vemos saltar, reír, llorar, fuera ya del libro y en nuestro cuarto confundiendo la realidad con la ficción.

Afuera está la guerra, los conflictos, las criadas, las clases, la incomunicación de los padres, la ausencia de verdad. Ella prefiere quedarse en ese paraíso inhabitado donde todo es posible, y nosotros, ávidos lectores, también.

Pintura de Henry Rousseau

16 comentarios:

frida dijo...

Ana Maria Matute es, ella misma, un paraiso donde habita la inocencia, la bondad y la fascinación por la vida.

Anónimo dijo...

para algunos/as una de mis virtudes es mi inocencia para otros al contrario es un defecto, es lo que denominan "niñata". me encanta encerrarme voluntariamente en busca de la magia de las cosas; la magia y la ilusión del amor, el idealismo en el trabajo, la utopía del mundo...pensar que las cosas son para toda la vida, que hay campanitas a mi alrededor que me iluminan, que los reyes magos existen, y que ratoncito Pérez vive en mi jardín de la Higuera Canaria...prefiero quedarme en ese paraíso inhabilitado donde todo es posible como bien relatas Ico, a ver como las personas se destruyen,y viven en el egoismo, y en el individualismo absoluto de este mundo capitalista.

tengo que leerme ese libro, gracias por tu recomendación, me alegro que hayas salido de la gripe.

Ariadna dijo...

Le tengo muchas ganas a este libro. Esta mujer me parece maravillosa.

Besos

PS¿Qué hacen ahí mis pies?

Luis dijo...

Que libro interesante, creo que me vendría justo ahora. ;)

María dijo...

Me lo regaló una amiga el año pasado. ¡Precioso!

Raquel dijo...

Gracias por la recomendación, y qué bonita la portada.

Anónimo dijo...

No se como sera el mundo en el que vive la escritora, pero en este mi mundo no leen los adultos... y mucho menos los niños.


besos

Pena Mexicana dijo...

Cuánta asignatira pendiente, caray... has mejorado del catarro? espero que si. Guapa la nueva imagen de tu blog :)

besos

Luis dijo...

Lo estoy leyendo ahora mismo..
Un beso.

TARA dijo...

Estoy empezando, en estos momentos tengo ganas de sumergirme en ese mundo, y escaparme de este otro...

Besos

Nosu dijo...

Leí una entrevista suya cuando sacó el libro y fui a comprarlo. No había leído nunca nada de ella, y a pesar de no poderlo leer tan seguido y perder un poco la intensidad, tiene una forma de escribir que atrapa, dulce, no sé, como tu la has descrito. Me gustó.

Lenteja dijo...

Cierto, cierto . Matute te atrapa en su escritura.
Besos. Lenteja

Mármara dijo...

Me lo voy a comprar hoy mismo, ahora que me(le) he levantado el castigo.
Gracias por la reseña.

Enrique García dijo...

¡Qué bella la imagen de esta entrada!

emejota dijo...

Siempre me ha gustado esta autora, será porque tuvo un tipo de infancia con semejanzas a la mía y a la de muchos cri@s algo "especiales". Se agradece la información. Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Dos de los libros más importantes de mi infancia fueron escritos por ella: Paulina y El polizón del Ulises, libros que leí y releí en multitud de ocasiones. Para mi, además de ser una gran escritora, es un ser muy especial que ha sabido crear personajes con los que me he sentido muy identificada.