lunes, 18 de octubre de 2010

La herencia

Cuando era pequeña mi madre me pegaba. Me pegaba tan fuerte que a veces rompía objetos en mi cabeza, como el mango del escobillón o cualquier objeto que estuviese a mano. Yo, huyendo de los golpes, me metía debajo de la cama o detrás de la puerta, pero mi madre seguía ahí, insistente, repetitiva, una y otra vez, blandiendo su puño, la zapatilla o el palo hasta cansarse. Yo, rara vez lloraba. La pobre victoria de los vencidos está en no dejarse ver vencido, así que aprendí pronto a sobrellevar los golpes con una sonrisa en los labios.

Pero yo no era la única privilegiada de tan noble trato, mi hermana, unos años más pequeña que yo también recibía lo suyo. Ella, en cambio, lo llevaba peor. No había día que antes de acostarse no la oyese recitar en la cama, los ojos fijos en el techo, llenos de fuego y la boca concentrada en una mueca, repetir la misma extraña letanía, “que se muera mi madre, que se muera mi madre”. Yo la oía murmurar en silencio esas terribles palabras, comprendiendo, sin saberlo, que había algo de espantoso y terrible en esta triste oración que mi hermana rezaba cada noche. Por mi parte, yo prefería sumergirme en las mullidas sábanas y soñar que mi madre era otra distinta de la que era. Entre todas las posibles madres, mi preferida era Gina Lollobrígida, el hada que se le apareció a Pinocho para dar vida a aquél muchacho de madera.

Pese a esto, mi madre me pegaba a mí con especial ahínco, debía ser que, al ser mayor que mi hermana me llevaba la parte proporcional correspondiente, cuestión de equidad. Trato de imaginar qué hacía para llevarme tantos y con tan entusiasmo y no logro recordar ninguna hazaña especial. Debe ser que, los leñazos que recibí a lo largo de los años afectaron a la parte de mi cerebro encargada de recordarlo, por lo que, bien se puede decir, que lo mismo que me hirió me curó.

Si bien es cierto que, las peleas eran continuas entre mi hermana y yo y, como consecuencia de esto, era también frecuente que mi madre mediara en la disputa, con una salomónica solución, aporreándonos el cerebro a las dos. Y es que mi hermana, ¡qué talento para la interpretación más malogrado¡ lograba comenzar a llorar cuando veía que la pelea estaba ganada a mi favor y justo en el momento exacto que mi madre pasaba por su lado. Entonces, entraba en escena la artista que siempre reclamó ser y comenzaba la función. El final, ya imaginarán ustedes cuál era, una sarta de porrazos a mi persona, bajo los cuales, inútilmente, intentaba convencer a mi madre, una y otra vez, de que la pelea la había empezado ella. El epílogo de este sainete era la sonrisa sardónica de mi hermana contemplándome bajo la lluvia de golpes.

Pues mi madre era una mujer sabia, ahora lo sé, y sabía que poco importaba quien hubiese empezado si la que la continuaba era yo, más astuta pero menos ladina que mi hermana. Extraña medicina esta, que nos que nos daba mi madre cada día, pues pareciera que cuanto más recibía más quería, dado que siempre conseguía mi objetivo.

Pienso, en la distancia y la templanza que dan los años, que mi madre, en su eterna sabiduría sabía que había en mí un carácter rebelde que había que moldear o frenar. Era tal su convencimiento en esta filosofía que trasladó su convencimiento a la maestra de mi escuela. Y allí estaba mi madre, vestida de negro, doblándome en altura y anchura, con los brazos en jarra y las piernas separadas, explicando a la profesora su metodología. Si se porta mal, le decía en el dintel de la puerta, péguele.

La profesora, convertida en erudita en esta materia, descargaba en mi buena parte de su ontología. Con lo cual, había días que recibía porción doble, en la escuela y cuando llegaba a casa. La semana de la entrega de notas era especialmente penosa. Ahí estaban mis tres, cuatro, suspensos en la cartilla inmaculada y mi cuerpo contra las cuerdas del ring a punto del cao.

Pero no penséis que mi madre era una mujer en absoluto descuidada o disoluta con sus deberes como madre. Todo lo contrario, nunca faltó en la mesa ni un plato de potaje (a mi hermana se lo solía servir sobre la cabeza cuando lo rechazaba) o una ropa limpia que llevar al colegio. Para ser fiel a la verdad, mi madre era una mujer como tantas, desbordada por las circunstancias de llevar el peso de la casa sola sin ayuda de nadie y con el ingrediente de mi persona. Sobre sus hombros soportaba las penurias de llegar a fin de mes con un padre perdido en la mar y una incógnita por despejar, cómo llegar a fin de mes con nueve bocas que alimentar.

En el fondo, si nos golpeaba con especial virulencia cuando suspendíamos era porque quería que fuésemos mejores a base de conocer lo peor desde el principio. Que tuviésemos la opción, que ella nunca tuvo, de estudiar y poder “llegar a ser alguien en la vida”. No aprovechar las oportunidades que la vida nos había ofrecido era algo que la enfurecía como basilisco, por lo que empleaba el único método didáctico que había conocido.

Así, de esta manera y sin quererlo mi madre, comenzó la forja de una rebelde.

38 comentarios:

El Drac dijo...

Al comienzo siempre nos sentimos defraudados de los padres que tenemos; pero con los años nos damos cuenta que hicieron todo cuanto estaba a su alcance por hacernos mejor que ellos, con lo poco o mucho que sabían hicieron lo que somos, mal que bien. Un gran abrazo

mjromero dijo...

Ay, relaciones familiares, cómo van cambiando con el paso del tiempo.
Un abrazo.

Incógnita dijo...

Me encantó la incógnita por despejar...

Begoña Leonardo dijo...

Qué triste tener que conocer la vida así, pero a veces peor que los palos es la desidia, por lo menos esta madre estaba.

Besitos

Mori dijo...

La mayoria de las veces, como mejor aprendemos es "a palos"...
Lo bueno te enseña, y lo malo, tambien, a veces incluso lecciones muy constructivas, aunque no sea de la mejor manera...
muaaaks

LaCuarent dijo...

Es curioso como han cambiado las constumbres y la vida, esto era lo normal en la España de hace unos años, ahora`ponemos el grito en el cielo si una madre se le ocurre darle una bofetada a su hija y si una proferora lo hace puede perder , su trabajo, o su integridad física.
Me alegro por la evolución de la educación
Un beso

Bèi Chà dijo...

No es real, no?

Se me hace mas tormentosa la hermana narradora justificando a la madre que la otra deseando abiertamente su muerte.

emejota dijo...

Me ha gustado el final, lo de la forja de una rebelde. ¿Me sentiré identificada? Un fuerte abrazo.

Minombresabeahierba dijo...

No es fácil no ser desbordado por las circunstancias , claro uno de chico no lo netendía...

besotes

guada dijo...

todos nos llevamos palos,bueno, me alegro de que mi madre sea como es, vista esta madre, cambios en la educación pq esto antes era más normal, ahora se te ocurra tocar a alguien y tienes un juicio por maltrato,
me ha encantado la historia,

Luis dijo...

Que terrible es no poder o no saber volver atrás cuando se fue de las manos una situación, incluso antes.
Un abrazo..

Belén dijo...

Bueno, el tema de la maternidad vista de distintas formas siempre es interesante... como por ejemplo el poner que jamás faltó un plato de potaje ;)

Besicos

felicitat dijo...

Jajaja, rebeldes sin causa... o con!
Mi madre nos perseguía con la zapatilla, jeje, es que la poníamos de los nervios, cuatro.

La única vez que mi padre me dió, bueno nos dió a mi hermano y a mi con el cinto, fue porque le habíamos quitado veinticinco pesetas del monedero a mi madre.
Lo que más me dolió, fue que mi hermano se culpara para que no nos diese más. Pues la ladrona era yo, pero terca como una mula, me hubieran matado a palos. Siempre recordamos en casa, cuando estamos juntos, aquello. A mi hermano no se le olvidará jamás, y a mi tampoco.

Abrazo.

Ico dijo...

Bei Chai cada persona incluso cuando recuerda inventa la realidad de nuevo.

Anónimo dijo...

A mí me tiraba la zapatilla porque echaba a correr por el pasillo y era la única manera de alcanzarme. De pequeña ya era muy rebelde, me iba de casa ( de un tercer piso) y me instalaba en la terraza. Hacía mi particular huelga de hambre. Mi hermana me suministraba naranjas y galletas porque mi madre, con toda la inteligencia del mundo, nunca me hacía caso en estas pataletas, me hacía extinción. Cuando veía que no surtía efecto me bajaba de la terraza como si nada.
Nuestras madres hicieron lo que pudieron. Nosotros somos cuatro hermanos y hemos vivido de todo.
Buen escrito.

Dra. de Blanko dijo...

y bueno...a mi no me pegaron tanto como a ti, pero te iba dando la pelea... en fin...como cambian los tiempos, ahora los llevan al psicólogo y se pueden denunciar en las comisarias jejeje

Anónimo dijo...

Más que el dolor, las heridas de nuestra generación fueron el no comprender nada. No sabíamos del país en que vivíamos y aceptábamos el reto ,de aún sin saberlo, rebelarnos: incultura, miedo, represalias fueron los aliados del franquismo y nuestras madres,y por supuesto nosotras, sus doloridas víctimas.
Fotoladymaton

Hormiga dijo...

uf, es tu madre y está bien que lo enfoques así, pero para mí, los maltratos no están justificados nunca.

oliva dijo...

Era su manera de entender la educación, a la vez, ellos aprendieron a base de golpes y trabajo duro, no tuvieron otras oportunidades... aunque no justifique actuaciones fuera de toda lógica y comprensión.

Duro relato, que espero sea en parte inventado.

saludos.

alejandra dijo...

Me gusta la nueva entrada, real o no, no creo que sea importante. Refleja una realidad existente, la educación familiar, no hace tanto tiempo... Quizás nuestros nietos hablen de nuestras feroz forma de educar en otros aspectos...

Maga h dijo...

Brillante relato Ico! Me ha gustado tanto como lo escribiste, las reflexiones que encierra el texto, que me abstengo de dar opinión al respecto del tema, ya que a mi parecer, desvirtuaría tu genialidad!

Un abrazo!

Kika Fumero dijo...

Uff...esas madres que no conocían más mecanismos que el golpe para amansar a las fieras...Menos mal que los tiempos cambian y la comunicación se ha hecho hueco en los hogares. No en todos, pero sí en muchos.

Anónimo dijo...

El alcohol suelta las cuerdas que una vez ataron los golpes. Ahora entiendo de dónde proviene esa violencia...

Anónimo dijo...

Y el disfraz de "Anónimo" esconde la VILEZA...la mala leche.

Concha

Anónimo dijo...

Querida, no hay mucha diferencia entre firmar como "Anónimo" y firmar como "Concha". En este caso no es importante quién escribe, sino la reflexión en sí.
Si ofendí, pido disculpas. No era la intención.

Un abrazo.

..."Escondí, Concha Nacar, mis penas en ti..."

http://www.youtube.com/watch?v=eLh-44F2ZSw

Anónimo dijo...

Querida me siento y mucho, pero espero no serlo por usted, temería la clase de reflexiones que realiza.

..."Lo tuyo es puro teatro, falsedad bien ensayada"...

www.youtube.com/watch?v=PE6YBdqC5So

Concha

(Y, siempre con el máximo respeto a la creadora de este Blog)

Anónimo dijo...

Con la venia de la creadora (aunque sigo pensando lo que sigo pensando).

Bueno, si decido quererla o no y el momento de hacerlo, siento decirle que eso es una decisión mía y sólo mía (va usted por buen camino). Entiendo que quien la quiere la quiere mucho y bien, es lo que tienen las personalidades “peculiares”, no se sustentan sus relaciones en efímeros afectos.
Agradecerle la oportunidad de volver a disfrutar de esa maravillosa canción que hacía tantísimos años que no escuchaba (y en tan oportuna circunstancia).
Y en cuanto a mi reflexión (sin ninguna acritud, aunque siga sin creerlo), es suficiente con haberle arrancado a usted unas palabras, unos segundos, un pensamiento, una defensa... una canción.

Sólo una cosa que puntualizar, y es que también según MI punto de vista, YO soy la MALA. No me escudo, no me excuso, no me justifico... y además no voy a misa.

http://www.youtube.com/watch?v=Wnm1OhF-UBM&feature=related

Feliz domingo de carnaval.

Anónimo dijo...

Sírvanse todas aquellas personas que consideren mi anonimato como un agravio, mi correo digital es el siguiente:
tajinasteazul@hotmail.com

(No deseo pertenecer a ninguna red social, una cenita en casa, maravilloso...)

Concha

Anónimo dijo...

Me surge una cascada de dudas...

Puesto que en este cruce de posiciones sólo hemos intervenido usted y yo.

1. ¿Se supone que ha puesto a mi disposición su correo electrónico?. (¡¡Qué tentación!!)
2. ¿Quiere continuar las disquisiciones en privado?.
3. ¿Me ha arrojado el guante para que yo también publique mi correo electrónico?.
4. ¿Se quedaría usted mas tranquila si lo hiciera?.

En cualquier caso, recojo su guante.

yomelopuedopermitir@hotmail.com

María G.

(Los lunes son agotadores...)

http://www.youtube.com/watch?v=0Su8LXNS16A

http://www.youtube.com/watch?v=dZn_VBgkPNY

Anónimo dijo...

Ansío el sonido del silencio, y el viento racheado me aturde...
Siempre, ante una cascada, me detengo en sus hilos de seda...
Exquisita es usted en las formas, me atrevería a decir que roza la perfección.
Arrogante, también.
Si, usted se lo puede permitir, yo no, pues ante todo (seré una romántica),lo que nos comunicó (el "fondo" de su reflexión), para mi no ha sido resuelto.
Diferencia: cualquier día puede ser agotador y enriquecedor...

Concha

Anónimo dijo...

Puesto que mi intención sólo era la de comunicar, dejo en sus manos lo de resolver.


http://www.youtube.com/watch?v=5L8DXA0mhZA&feature=related

...en la tierra como en el cielo.

María G.

Anónimo dijo...

Gracias, todo un placer lo enlaces dedicados(espero no ser pretensiosa)...¿TENDRÉ QUE PAGAR UN CANON?

http://www.youtube.com/watch?v=-uKRfP3bx40&feature=fvst

Concha

Anónimo dijo...

_ ¡¡Pachelbel!! Sumamente elegante. Tan delicioso!!
Superadas la expectativas de tesorería.

(Una pregunta. ¿Son cosas mías o está la fiera mas calmada al final de día...?)

Buenas noches.

María G.

Anónimo dijo...

Haiku de la fiera:

"¿VAMPIRA O GATA?
¡CALMADA OSCURIDAD!
QUIZÁS, AL ALBA..."

Buenos días.

Concha

Anónimo dijo...

...

Olor furtivo
Ruido en los ojos
Tensas las garras

Para el estómago: Una cuchara colmada de miel y canela.
Para la cabeza: una almohada
¿y para el alma?...

http://www.youtube.com/watch?v=5ofaoLKPz7c&feature=related

Buenos días, me voy a la cama.

María

Anónimo dijo...

..."El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada"...
Gustavo Adolfo Bécquer

http://www.youtube.com/watch?v=IUCXSP9u2g8&feature=related

En este escenario, se baja el telón...

Concha

(Todos los días tomo miel con canela, por placer).
(Almohada: TEMPUR, adoro la calidad).
(No hay nada mejor que una sopita de pollo para el alma, sin impurezas, por favor).

Anónimo dijo...

THE END

Anónimo dijo...

creo que frivolizar de esta manera con el maltrato infantil, como hacen todos los lectores que comentan es horrible.
Yo misma he sufrido malos tratos, incluso peores que los reflejados en el relato y no doy gracias a mi madre por hacerlo lo mejor que pudo, no. La quier opero odio que haya sido así y nunca entenderé el por qué. Destrozo mi vida y la de mis hermanos, mi padre...
Es horrible bromear con este tema, espero que al menos os de otro punto de vista del mismo tema.

ACASO ESTO PARECE GRACIOSO??
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=mdsw6RKyRgo