martes, 31 de agosto de 2010

Ya sólo habla de sí mismo

Imaginemos a un escritor, un hombre guapo y consciente del atractivo que tiene, que sólo habla ya de sí mismo, de su incapacidad de amar a las mujeres, de la mujer que un día amó y perdió, de su imposibilidad para ver a la mujer real con más ardor que a la inventada, pero todo esto sin representarlo, sólo lo enuncia porque quiere seguir hablando de sí mismo, de que lo mal comprendido que son los escritores, de lo inteligente soy y cuántas sitas hago, mínimas y estúpidas a Walser o Kafka, y estaremos delante de “ Ya sólo habla de amor”. Este es todo el argumento, no hay mayor acción, ni escenas que dibujen lo que esta voz, probablemente autobiográfica, expresa en una sarta de frivolidades detrás de otras, como muestra un botón.


“También es cierto, y conviene decirlo, por no exagerar sus encantos, que una persona que no consume azúcar necesita más amor de lo normal.


La novela se deshace, se licua en la nada de la impasividad y la autorreferencia obligada, en un ejercicio de estilo para no decir nada.

“Si a Sebastian alguien le hubiese preguntado quién no quería ser, hubiese contestado sin dudarlo, Sebastian. Y sin embargo, se adoraba”

Sebastian es el único personaje, un crápula anoréxico que no suscita ningún interés, y cuyo único afán es hablar de sí mismo y de sus incapacidades.

“¡Oh, no¡ Pensó, no puedo volver a reconciliarme con este tipo ligeramente más pusilánime que los demás que me resulta tan insoportable y que ignora su verdadero tamaño y se magnifica y se encoge , como si todo en este mundo fuera sólo decisión suya. “


Si, por otro lado, Loriga, lo que intenta hacer en “Ya sólo habla de amor” es una parodia de su propio discurso, del escritor dandy, enamorado incorregible de sí mismo, no hay en la novela suficiente humor ni el sarcasmo necesario para tal fin. Lo que si se trasluce en esta novelita de apenas 150 páginas (apenas un viaje ida y vuelta a la Palma desde las Palmas, 90minutos de duración) es una sobredosis de ego insuflado e insustancialidad apabullante.

“Después de despedirse de Lola pensó en matarse, pero enseguida descartó la idea. Tenía dos hijas.”


Pintura: autoretrato de F. Bacon.



domingo, 29 de agosto de 2010

La puta de Roma

Arrecife es sólo luz. No hay un cielo más limpio y claro. Recorro sus calles y me dejo acariciar por sus tenues rayos. ¿Podría ser de otra manera? Ando como siempre por las mismas calles que me llevan a casa, mis piernas van contentas de llevarme a donde me llevan. Hasta mi llegan los olores nítidos de sal y mar. Retraso una hora mi reloj ya inútil mientras recorro mi ciudad como alguien que vuelve a un lugar desconocido después de muchos años.

¿Es este el parque viejo dónde mi padre nos traía los domingos a pasear? ¿No había en ese pequeño estanque ranas? Es curioso como cuanto más envejecemos más pequeñas nos parecen las cosas, como este estanque convertido en apenas una balsa de piedra. Sin embargo, puedo sentir el recuerdo de antes casi intacto.

Ahí está el bar “los conejeros”. Pienso un instante si quizás debería entrar., no puedo evitar mirar adentro Asomo mi cabeza y compruebo que lo han reformado. Sigo caminando, porque mis ojos ya no verán más este bar como es ahora sino como fue entonces. Aún puedo ver las mesas de madera, el bar a rebosar de estudiantes, el humo y el cristal de las cervezas en aquel comienzo de verano cuando el mundo estaba aún por inventar.

¿Recuerdas? Tú estabas sentada en esa mesa sola con tu lánguida melena negra cubriendo la mitad de tu rostro. Todavía siento cómo se me oprime la boca del estómago. ¿Puede un dolor doler veinte años?

Ahora sentada en mi escritorio mientras dejo que la nostalgia de la tarde sin ti me inunde de nuevo, me pregunto si de haber sabido que iba a suponer tantos años de tristeza me hubiese acercado a tu mesa con los amigos.

Porque tú sigues ahí, sentada, mirándome desde la distancia, atravesándome los ojos y yo estoy atrapada en ti, como el primer día cuando de pronto el mundo desapareció bajo mis pies.

Debo hablar de Olvido, pues fue cuando la conocí cuando nací.

Pero no se habla de sentimientos, o al menos eso le acabo de decir yo a J convencida de ello en la piscina, y ésta es la realidad. J y yo limpiando el fondo de la piscina. De sentimientos no se habla, se viven. Tan sólo cuando no se vive se habla, al menos de lo que fue y no volvió, por eso debo hablar de Olvido, para dejarla definitivamente, para que entre ella, la puta de Roma, la diosa griega.



Pintura: Gala de Salvador de Dali.



martes, 24 de agosto de 2010

Del vino y del hashis




  • Un hombre que sólo bebe agua tiene un algún secreto que esconder a sus semejantes.

  • Algunas bebidas tienen la facultad de aumentar con desmesura la personalidad del ser pensante y de crear, por así decirlo, una tercera persona, operación mística en la que el hombre natural y el vino, el dios animal y el dios vegetal, desempeñan el papel de padre y del hijo en la trinidad; engendran un Espíritu Santo que es el hombre superior y procede de ambos por igual.

  • El vino y el hombre me hace el efecto de los luchadores amigos que combaten sin cesar, se reconcilian sin cesar, el vencido besa siempre al vencedor.


“Del vino y del Hashih” de Charles Baudelaire”

Pintura: Las amigas de Toulouse Lautrec

jueves, 19 de agosto de 2010

La carretera




En un país desolado un hombre y un niño caminan por la carretera. Arrastran un carro de supermercado con escasos víveres. A su alrededor no hay una sola señal de vida, todo permanece mudo, sombrío, quemado. Hace frío, llueve, una fina capa de ceniza gris cubre el paisaje. La nieve al caer es gris, el paisaje es gris, los árboles son grises, todo parece muerto y sin vida. En el camino no existe ya naturaleza, ni seres vivos ni alimentos. El hombre y el niño caminan sin destino a través de la carretera, deben ocultarse de la presencia de los escasos hombres que, ante la escasez de alimentos, se han vuelto asesinos y antropófagos.
Este es el paisaje, el contexto de esta novela cruda, árida, como el mismo paisaje. No hay esperanza para el hombre y el niño, no hay futuro en la humanidad, todo se ha extinguido sólo quedan resquicios de un pasado que ya no volverá, supermercados desabastecidos, trenes que no andarán más, vestigios de una sociedad del consumo que acabó consumiendo a los propios seres humanos. No se explica qué pasó, qué hecatombe o Apocalipsis acabó con el mundo que conocemos, quizás tan sólo hace falta ver el telediario y mirar los grandes desastres mundiales que sufrimos cada vez con más asiduidad para comprender que no estamos ante una novela de ciencia ficción sino s futurista, como en su momento fueron las de Julio Verne
En la “Carretera” del escritor americano Cormac McCarthy se lee fácilmente, pero con el corazón encogido, con una especie de aprensión y de temor ante lo que le pueda pasar a estos dos seres desamparados, en ese mundo inhóspito donde el hombre se esconde del hombre. Se suceden escenas terroríficas, diálogos impactantes, la eterna soledad de dos seres, la voz aterrada de un niño en la lucha diaria por la subsistencia y por la búsqueda de alimento.
Genial y absorbente novela, recomendada para aquellos que no creen que un día podamos acabar con todo lo que tenemos y vivir una situación semejante. Para quien quiera leer con miedo y en constante expectativa, pero también de intenso terror, el de la peor clase, el que sabemos que es probable que un día acontezca.

martes, 17 de agosto de 2010

Las mujeres patas jamón serrano quieren a las mujeres manos pata



Las mujeres patas jamón serrano quieren a las mujeres manos patas tal cual son.

Y sólo ella sabe la dificultad que, a veces, esto conlleva, pero aún así considera que este esfuerzo desmedido es compensado con creces por el amor que le otorga la mujer manos pata.

La mujer patas jamón serrano son juiciosas y pacientes, serenas y comedidas, nadie como ellas entiende la libertad que precisa la mujer, sus ansias guerreras creativas o destructivas.

Por esto son ellas las que están cuando la mujer manos patas llega herida de la batalla del amor, la única que la cura con un abrazo más ancho que el mundo y más suave que la espuma.

Suele suceder que hay una conjunción perfecta entre estas mujeres, pudiendo por un acaso ocurrir que una ponga la idea y la otra sea la encargada de ejecutarla, o que una genere el caos y la otra la armonía, que una encienda la llama y que la otra sea la encargada de apagarla, siendo de esta forma ambas naturalezas el envés y el revés de una misma esencia.


Pintura: dos mujeres en Tahití de Guaugin.

martes, 3 de agosto de 2010

Harimaguada



Hoy, la mujer manos patas ha subido a la montaña para hablar con el cielo y la tierra. Una bandada de pájaros sobrevuela el cenit. Mientras asciende, contempla la nube negra que cubre la ciudad al norte.
En la montaña sagrada aún hace sol y el viento aúlla entre las aulagas. Desde allí todo se ve minúsculo, ínfimo
Las mujeres manos patas va a hacer la ofrenda con frutos a la tierra.
Para dilucidar su mente.
Para buscar el sosiego.
Par agradecer el momento.
Para dar gracia por lo vivido.
A rezar por los que navegan.
A no llorar por lo que perdieron la barca.
Pero no pide para sí, pues todo está escrito en los designios de las piedras y el cielo. Las mujeres manos pata como seres cosmogónicos que son, ven signos que otros no ven y leen designios donde otros no lo leen, pues son harimaguadas.
En lo alto de la montaña, para la mujer manos pata, todo se vuelve clarividente.


Imagen: Montaña de las harimaguadas en Telde. Cuatro puertas.