viernes, 2 de julio de 2010

La mujer justa



“No es cierto que el sufrimiento nos purifique y nos haga mejores, más sabios y comprensivos. Nos vuelve demasiado lúcidos, fríos e indiferentes.”
Esta es una de las memorables frases que nos encontramos en “la Mujer justa,” del escritor Sandor Marai, quien debe saber de qué habla, nacido en 1900 debió exiliarse de su país y para siempre en 1948 con la llegada de los nazis y del comunismo ruso a Yugoslavia. La mujer justa está estructurada en tres partes, tres monólogos, cada uno de ellos narrado desde la perspectivas de cada uno de los protagonistas, un triángulo amoroso donde los personajes reflexionan sobre cómo vivieron esa relación y las consecuencias que de ella se derivó. No hay apenas acción, la lectura es por lo tanto lenta pero no por ello menos interesante, porque donde radica su verdadero acierto es en la voz interior de cada uno de ellos, en sus continuas digresiones acerca del amor, los sentimientos, la pasión, pero también sobre la pérdida de los valores, los condicionamientos sociales, la cultura, el dinero.
Así nos encontramos confidencias, pensamientos, citas arriesgadas,“El amor existe o no existe. ¿Qué más hay que saber?¿En qué se convierte el sentimiento humano cuándo detrás de él hay la intención y la conciencia? ¿Sabes?, cuando uno se va haciendo viejo se va dando cuenta de que todo es diferente de lo que pensaba; hay que ser mañoso en todo, hay que aprenderlo todo, incluso a amar.”
Una novela intensa, de un profundo pesimismo, que no hace concesiones a la superchería ni a los convencionalismos, una obra contundente de un hombre de conciencia, independiente y libre; en ese mismo ejercicio de libertad decidió quitarse la vida a los 89 años, al que vale la pena conocer a través de sus libros.
“Yo siempre he sufrido más por el contacto con las personas, por la vida social que por la verdadera soledad. Hasta cierto momento en nuestras vida, la soledad nos parece un castigo, nos sentimos como el niño al que dejan solo en un cuarto oscuro mientras los demás conversan y se divierten en la habitación de al lado. Pero un día nosotros también nos hacemos adultos y descubrimos que, en la vida, la soledad, la verdadera, la elegida conscientemente, no es un castigo, ni siquiera es una forma enfermiza y resentida de aislamiento, sino el único estado digno de ser humano. Entonces ya no es tan difícil soportarla. Es como vivir en un gran espacio donde siempre respiras un aire limpio. ”
Para leer a Sandor Marai no hace falta prisas sino ganas de escuchar a un hombre íntegro que tiene mucho que decir porque como el autor dice “sólo obtienes algo de los libros si eres capaz de poner algo tuyo en lo que estás leyendo. Quiero decir qué sólo si te aproximas al libro con el ánimo dispuesto a herir o ser herido en el duelo de la lectura, a polemizar, a convencer y ser convencido, y luego, una vez enriquecido con lo que has aprendido, a emplearlo a construir algo en la vida o en el trabajo.”

Pintura: "Tres estudios deIsabel Raws" de FrancisBacon

15 comentarios:

Pena Mexicana dijo...

Suena como uno de esos libros que no se pueden leer en cualquier momento, supongo que hay que esperar a estar en el ánimo adecuado. A pesar de eso, lo pintas muy interesante... me lo apuntaré para buscarlo en invierno :)

Besos

bur dijo...

me gusta como trasmites tus reflexiones literarias Icooooo,

Candela dijo...

Pues estoy muy de acuerdo con todas los textos que has escogido. Sobre la primera de ellas “No es cierto que el sufrimiento nos purifique y nos haga mejores, más sabios y comprensivos. Nos vuelve demasiado lúcidos, fríos e indiferentes", tal vez la lucidez, la frialdad y la indiferencia nos purifique y nos haga mejores. Sólo tal vez.

Beelzenef dijo...

Me gusta la descripción que el autor hace acerca de la soledad no impuesta. Aire limpio, puro

Begoña Leonardo dijo...

Me ha gustado mucho, sobre todo lo relacionado a la soledad, estoy de acuerdo.
Lo difícil es estar agusto en compañía...

Besitos.

Eastriver dijo...

Excelente crónica para una exccelente (parece ser) novela. Tendré que atenderla...

Anónimo dijo...

Profesora...
a través de Lola(pecado) yo caí aquí.
Yo tuve en México una profesora que decía estar chiflada y que nadie debía hacerle caso.
Vi el título de su blog y usted me la volvió a traer, a ella, la única maestra sobre la Tierra.

reciba (aunque sea indiferente) un saludo de un chiflado tercermundista.

Jirafas en Gerundio dijo...

“Yo siempre he sufrido más por el contacto con las personas, por la vida social que por la verdadera soledad. Hasta cierto momento en nuestras vida, la soledad nos parece un castigo"

Para no repetir al primero al que ya ha hecho Candela comentario. Es una afirmación dura pero tremendamente serena, en donde termina concluyendo que es la única forma digan de vivir o morir, en soledad. No la comparto, pero entiendo su sentir. Gracias por una líneas excelentes.

Jirafas en Gerundio dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
muchacha en la ventana dijo...

Las frases escogidas son para reflexionar y acabar otorgándole la razón.

Ico, me gusta el diseño veraniego del blog, yo no doy con la tecla, se me reinicia.

un abrazo¡¡¡¡

emejota dijo...

No conocía la obra ni el autor, pero me ha encantado.Lo voy a buscar evidentemente me reconozco en sus palabras. Un abrazo y gracias.

Anónimo dijo...

Descubrí a Sandor Marai gracias a una charla que hizo Rosa Regás en mi pueblo. Tengo muchos libros de él. El que más me gustó fue "El último encuentro". Veo que coincidimos en gustos. También yo tengo a Pessoa y su Libro del desasosiego entre manos, lo leo a ratos. Por cierto, estudiamos en la misma facultad pero en años distintos. Yo empecé periodismo en el 90-91 pero no terminé la carrera. Compartimos profes: Jauregui en sociología, MªJesús Casals en redacción periodística, Agustín García Matilla... En tu lista de libros que no se deben perder el tiempo leyéndolos coincido en casi todos. Sobre todo con el Niño del pijama a rayas. La soledad de los números primos no estuvo mal. Y la CAtedral del Mar, me lo dejó una compañera y no puedo pasar de las primeras diez páginas. No me termina de enganchar. Y comparto contigo,Coetzee y su Desgracia, uno de mis libros preferidos. Murakami, tengo también la mayoría de sus libros, el pájaro que da cuerda al mundo lo tengo pendiente, además es gordísimo. y Herman Melville me parece grande,Bartelby. La elegancia del erizo, me lo léi de un tirón pero no me terminó de gustar. Lo volveré a leer. Creo que lo leí en un mal momento. Gracias por compartir libros.

Isabel Gil Jiménez dijo...

Otro de los legados de la mayor parte de las religiones: sufrir para purificar y merecer.

Anca Balaj dijo...

Otro que suena muy interesante. ¿Qué será de mi lista de "pendientes" de tamaño ya gigantesco?

Riada dijo...

Hola, Ico. :)

Antes que nada, disculpas mil por no contestar tus comentarios en mi blog. Éste anda a menudo en plan espíritu libre , ello implica que a veces consiente en dejar que publique comentarios y en ocasiones, ni flores. Ni idea el porqué.

Ahora, Sandor Marai y "La mujer justa" me encantó. Es un libro para pensar, para degustar, como todos los que he leído del mismo autor. Te recomiendo "La hermana" , junto a "EL último encuentro" han sido los tres que más me han gustado de MArai.

¡¡Feliz lectura!!

Salud. :)