viernes, 7 de mayo de 2010

La extranjera IX



Tiempos difíciles. Después de andar todas las calles, de arriba abajo, cargando con los libros que logramos vender en la calle del librero a un precio ridículo, después de andar calle abajo y calle arriba la Gran Vía, un duro por favor, si tienes algo suelto. Después de las mofas, de las caras terriblemente largas y cualquiera que esté cobijado tomando café, sentado en una cafetería es más rico que nosotras. Después de que los zapatos protesten como peceras llenas de agujeros bajo la lluvia que no cesa. En la atildada ventana te espero, amor mío.
Tiempos difíciles, sin un sorbito de sonrisa ajena, una película, o un libro donde no desvaríen las letras mientras gruñe el corazón, si los zapatos se resisten a caminar al paso veloz de las calles húmedas y la lluvia incesante nos agua el paseo, si hoy no podemos darle nada a mujer joven, a la negrita que dormita en el metro, que duerme semana tras semana, ovillo oscuro, en el pasillo del metro.
Malos tiempos, sin un duro, durazno que llevarnos a la boca, con el bostezo de la fatiga, y las uñas negras de contar pesetas y dar las gracias por sus reservas. Malos tiempos si me desmayo ante la máquina o la escalera que se hace eterna y no consigno llegar al cuarto desorbitado, desordenado de la pensión.
De tripas corazón si tengo que salir fuera de mí, poniendo aún cara más lánguida, para exorcizar el ambiente, tiene usted algún duro señor, y para qué, pues para un café.
Malos tiempos si tú me abrazas con más fuerza y nos hundimos en la noche en la cama de la pensión a oscuras y nuestra desgracia acaba fundiéndose cuerpo a cuerpo con la angustia que no decimos, que ocultamos con risas pero que leemos en nuestra mirada.
Tiempos difíciles si tu mano juguetea con la mía, abstraída, mientras vamos y subimos y bajamos, Gran Vía, calle abajo, calle arriba pensando qué más queda por vender, a quién acudir esta vez, cómo sobrevivir cuando dentro de dos horas, desde todos los escaparates los dulces nos llamen, los olores de los bares nos griten desde la ausencia de los ojos, las panaderías nos aprieten y al final, una hamburguesa a medias.
Buenos tiempos, si de pronto un hombre en este abril de Gran Vía me mira, la mirada perdida y me sonríe y me dice que viene de una boda y pone en mi mano un paquete de cigarros. Olvido, esta vez no nos han ofrecido un sándwich erótico, Olvido disimula, cierra la boca, es para nosotros, sí, nos lo regala alguien, alguien da algo sin nada, sin favores, sin caras largas, sin comentarios, sin morbo, sin insinuaciones, sin pedirlo. Alguien, disimula.

Buenos tiempos si encuentras en una papelera de Callao una cartera con mil pesetas, pero qué hacías mirando en la papelera de Callao, y hoy hemos podido comer caliente, mientras aspiramos, sentadas bajo el sol, suavemente, el sabor de este rubio americano auténtico, y hay que creer, a veces en los milagros, porque de pronto es domingo y ya vuelve la alegría y lo que importa es que hoy es en Madrid primavera y tu sonrisa.
Pintura de Imán Maleki

11 comentarios:

alejandra dijo...

Ico, cada día que leo un nuevo capitulo de la extranjera, me va llevando más a su terreno. Hermosa forma de relatar lo que no es hermoso, lo que duele, lo que vemos en cualquier calle, decualquier ciudad y miramos hacia otro lado. Hermosa historia, y muy buen trabajo el tuyo.
Gracias, Ico...

Ter dijo...

Yo no sé si la historia es hermosa o no, sí que merece ser contada, que conmueve, que trasmite y que es hermosa la forma de contarla.
Gracias Ico

Raquel dijo...

Sí, precioso cómo la cuentas y cómo transmites un montón de imágenes y sentimientos.

TARA dijo...

Impresionante Ico, como lo describes, como lo trasmites... Pero que realidad mas dura...

Besos

Mónica Robledo dijo...

Me quedo con esa mezcla de sentimientos, que dolor y cansancio al lado de la paz que da el sentido.
Gracias Ico.

Lenteja dijo...

Hoy ha llovido, hoy he pasado por la Gran Vía, y por Callao...y me he acordado de tu extranjera, compañera y eso que iba con gente charlando, distraída. Ya ves que deja huella tu forma de contar las cosas profe.

emejota dijo...

Impresionante Iman Maleki. He sentido frio, hambre, cansancio e incertidumbre, todo eso solo se puede soportar de joven, al menos que lo lea en un post como el tuyo, es como lo siento ahora. Un abrazo solidario.

Pena Mexicana dijo...

Me ha encantado porque me ha hecho sentir esa necesidad imperiosa de las personajas... tú sabes que no cualquiera consigue transmitir y tú lo haces, gracias por eso

besitos

BUR dijo...

una sintaxis arriegada :)

Charm dijo...

Atrapada por la extranjera. Con ganas de leer más y sin poder añadir nada que el texto no sugiera por si mismo.

C.

maslama dijo...

bonito texto, muy reconocible

tu blog se va poblando de extranjeras.. hay tantas.. ¿pero quién las mira, quién las ve?

besos,