lunes, 5 de abril de 2010

La sazón amorosa



(…)porque el advenimiento mismo de la sazón amorosa es, de todo, lo más imprevisible. Justamente la desazón amorosa es siempre una consecuencia de no haber sabido aprovechar la sazón. La gran sabiduría del amante consiste en reconocer y apresar esta sazón cuando irrumpe rasgando el velo de lo soñado, en acertar a distinguirla de posibles espejismos. Así viven los buenos amantes, en continua alerta, acechando la configuración de la sazón oportuna, pero renunciando a provocarla, como erradamente le aconseja su deseo, atentos a la trama de lo que va ocurriendo, dispuestos siempres a decir “ahora”, a saltar al estribo de los trenes en marcha, En el caso de los sujetos dogmáticos y testarudos, su impaciente afán por cumplir a ultranza un programa previsto, les lleva a forzar la sazón con remates de aparente brillantez, donde la ciega identificación de lo proyectado con lo conseguido puede semejar un triunfo. Pero son remates de ignorante, que a la postre adolecerán de su atropello y de la desatención a los datos que la situación les invitaba a considerar, triunfos pasajeros de torpes consecuencias. Traiciones a la sazón que se pagarán en desazón.

Extracto del “Cuento de nunca acabar” de Carmen Martín Gaite
Pintura de Balthus.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuidar la sazón con razón y corazón es la asignatura en la que me acabo de matricular.
Gracias.

María dijo...

Me encanta la nueva foto.

sinblog dijo...

"La técnica del gran seductor exige, en el paso de un objeto amado a otro...." de Memorias de Adriano (me lo recordó)

La Maga dijo...

No creo que los buenos amantes descifren las señales ocultas, imprevisibles o restallantes. Esto de tomar los trenes en movimiento, es lo que va. ¿Cuaja saber la oportunidad y el antes de las cosas para actuar en consecuencia?

Demasiada pasión para tanta sazón.

Candela dijo...

Yo creo que la desazón no siempre se produce por descuidar la sazón, sino por la pérdida, el peligro de pérdida o la pérdida imaginaria (cuando la relación sólo existe en la imaginación). Me cuesta entenderla en el contexto en que lo encuadra Carmen Martín Gaite.

Lena yau dijo...

Así viven los buenos amantes, en continua alerta...

Por eso son (los buenos amantes) una especie extinguida.

(Casi un mito)

Todos estamos dormidos, Profesora Nada Chiflada...

Un beso grande, Ico!

La Maga dijo...

Me gustó mucho el comentario de Candela:

"La pérdida, el peligro de pérdida y la pérdida imaginaria".

Un ejercicio de concentración para discernir entre unas y otras.

Ico dijo...

Candela, la autora, debí explicarlo al principio, hace una comparativa entre el amor y el proceso de escritura. En cuanto a que el proceso creativo de nada vale, prepararlo o indicarle los caminos que nos gustarían que tomase, no se puede adelantar lo escrito en conjeturas o estructuras mentales... sino que él mismo fluirá líbremente cuando aparezca. Me gusta esta visión nada dogmática del proceso creativo..

BUR dijo...

Si, Ico...
estados de flujo que diria Mihaly Csikszentmihalyi

BUR dijo...

Amar no es la voluntad de Amar.

besitos

Isabel dijo...

¿Sazón, desazón?, ¿No habría que amar sobre la marcha?, ¿con el solo dictado del corazón?. Un beso guapa


Espero poder darme una vueltecilla por tu blog, que ando un poco perdida

El Drac dijo...

Me gustaría estar entre esos que esperán lo que va sucediendo y aprovechan el momento, pero realmente uno no puede ser juez y parte para decir lo que es o no es, mis resultados me arrojan, que soy un novato siempre. Un besote. Lindo tu post...¡¡¡Quiero aprenderrrr...!!!

Victoria dijo...

Estoy de acuerdo. Los buenos amantes, los buenos escritores, los buenos...intuyen a la liebre que se esconde tras la mata (metáfora de Martín Gaite) No se trata de esperar, ni siquiera de buscar la oportunidad. Es más sencillo: se trata de no perderla. Cada vida es una historia y las historias como la vida se deslizan. Estoy con Lena: no estás nada chiflada. O a lo mejor sí.

Victoria Dubrovnik dijo...

Tal y como dice ella... "La sorpresa es una liebre y el que sale de la caza no la verá dormir en el erial" de su Nubosidad Variable.

Y es que el amor es imprevisible, no se razona, no se programa, no entiende de la razón, es al fin y al cabo, un ser vivo :-)

Charm dijo...

No conocía ni el texto ni el cuadro...curiosos planteamientos, que me hacen pensar en lo efímero de lo que late. O no...no tan efímero.
Me quedo pensando un rato más.
Saludos.)