jueves, 15 de abril de 2010

La niña perro

,


Esta noche la pasa conmigo la niña perro, cuatro años, positiva, curiosa, inteligente nada mas llegar a casa, explora mi estudio.

- Este cuarto me sienta bien, - dice.

Y debe ser así porque se queda mirándolo mientras escribo, mira la mesa, el desorden de mesa, lo que hago y luego fija su atención en los perros.

- ¿Por qué los perros no se hacen grande?

- Sí, se hacen- le contesto sin mirarla.

- Pero nunca crecen.

Menos mal, porque sino, pienso.

- ¿Puedo ser un perro?

Ha tardado hoy mucho en hacerme la pregunta.

- Sí.

Entonces, comienza su juego preferido, se pone a cuatro patas e intenta imitar lo que hacen los perros, los sigue, ladra, incluso ha llegado a comer lo mismo que los perros. A veces, en el paseo quiere que le ponga una correa como a los perros y que tire de ella.

Mientras paseamos no para de hablar, hoy me ha dicho que conoce todos los nombres de los perros con los que nos cruzamos por la avenida y así lo grita a viva voz cuando los vez.

- Ese se llama Pax- dice señalándolo- y ése Nímulo.

Nímulo, me gusta, pero de dónde sacará esos nombres. Los dueños nos miran extrañados, y los perros, como si se reconocieran o se encontrasen más cómodos con esos nuevos nombres mueven alegre el rabo.

Cuándo habremos perdido esa capacidad de mimetismo con los animales, esa creatividad sin barreras.

Desde buena mañana se despierta y viene a mi cama.

- Vamos a despertar a los perros.

- Umm... no todavía no, es muy temprano...

- Pero hay que despertar a los perros...

- ¿Para qué?

- Para que te den besos y te quieran.

Ella sí que sabe.

24 comentarios:

alejandra dijo...

Y yo de mayor quiero ser niña.

Anónimo dijo...

Ya lo creo.
(Gracias por tu mensaje)

Maga h dijo...

Un relato de durísima ternura!
Contradictorio, no? Tanto como nosotros!

Un abrazo Ico! Me quedo pensando!

Beelzenef dijo...

Hay dulzuras inexplicables y a la vez extrañas

Rosario Libertad dijo...

perros, niñas, y mujeres manos pata...va paraisoooo
besos

María dijo...

:-)

Victoria dijo...

La niña también es maga, verdad?

La Maga dijo...

Excelente el relato, sólo le quitaría las correas. No me gustan las correas en los perros, ni aún para niñas perras, aunque me lo pidieran.

emejota dijo...

Mis nietos, 4 y 5 años se atribuyen la personalidad de mis dos perros y obramos en consecuencia cuando vamos al parque. Vaya hornada de niños se nos viene encima. Un abrazo.

Carina Felice, Photography dijo...

mori de amor :)
Lente desarmada de amor :)
/\Namaste

MONDO FRANKO dijo...

Me encantó lo fluido del relato, saliendo, sin barreras, ni prejuicios, como hacen los chicos... y si uno muere de ternura y como dice alejandra arriba. Yo de grande quiero ser niño. Un abrazo

Raquel dijo...

Ella sí sabe.
Precioso.

Belén dijo...

Es que hay algunos perros que viven como marqueses...

Besicos

Antonia dijo...

Que cuatro añitos más bonicos. Yo de mayor no quiero ser una niña, quiero querer ser un perro. Muy tierno, me ha gustado.

Isabel dijo...

A veces, acabamos pareciéndonos a nuestros perros, pero a la niña, a esa niña tan bonita, no le pongas la correa, aunque te lo pida por favor. Un beso

Lola - Aprendiz dijo...

Los ojos de esta niña...máxima expresión.

Pena Mexicana dijo...

Qué bonito :)
Una de la smayores fortunas que tengo en la vida es no haber olvidado cóm :)o me sentía de niña

pepe pereza dijo...

¡Que bueno! ¿me lo dejas para colgarlo en mi blog?
Besazo

Candela dijo...

Me guuuusta. Tengo que admitir que la frescura de los niños y sobre todo de las niñas pequeñas me desarma, me hace recordar y quererlos más aún.

Ico dijo...

Gracias a todos.. Pepe, claro que puedes.. un buen fin de semana a todos.

Anónimo dijo...

Sí que saben, sí; cosas que nosotr@s olvidamos ya... luego les llenamos la cabeza de muchos conocimientos y se los vacíamos de preguntas...
Besos. Lenteja

Susana Peiró dijo...

Tan humana, tan tierna, tan niña, tan plena de humanidad. Precioso relato Ico!

Un Abrazo guapa!

Anca Balaj dijo...

Qué dulce! Lástima que los niños sí crezcan.

la cocina de frabisa dijo...

Qué ternura!!! Ayyyy, preciosa inocencia.

un besito