martes, 23 de febrero de 2010

Pequeñas alegrías cotidianas


Después de casi dos semanas ausente de las aulas, una por enfermedad, fuerte gripazo y otra por los carnavales. No, la primera no fue consecuencia de la segunda, (Casi ni los he rozado este año) vuelvo el lunes a una clase revuelta y alborotada, postcarnaval y precarnaval en su municipio, esto funciona así, acaba en un Municipio y empieza en otro, más o menos hasta que llega las fiestas de semana Santa; y se acerca mi peor alumno a mi mesa.
- seño, ha visto mi carta de San Valentín.- cara entusiasmada del alumno.
- No, ¿por qué?- cara suspicaz de la profesora.
- Porque le escribí una.- rostro de decepción del alumno.
La verdad es que el lunes me olvidé por completo de lo que me dijo. Pero hoy, mientras le corregía los ejercicios especiales a mi peor alumno, ése que nunca titulará porque tiene demasiado desfase escolar, ése que no tiene ni un parte de convivencia porque sino estaría siempre castigado en su casa, ése que no tiene madre y procede de un país violento donde los niños tienen pistolas y las madres mueren delante de sus ojos. Steven, mi eterna pesadilla, ése que siempre mira con gesto amenazador y desafiante, ése que llevaba una Scooter al comienzo del curso y asustaba a las niñas, ese al que mando callar treinta veces al día me ha dejado en mi casillero un sobre hecho con una hoja de cuadros y una carta dentro. La carta dice así: (Transcribo tal cual)
“Hola, espero que estés muy bien y te deseo un feliz día de San Valentín. Quiero dedicarte este poema:
Del cielo cayó una rosa
Ico la levantó, se la puso
En la melena y que linda se quedó.
Espero que te guste mi poema. Quiero pedirte perdón por todas las cosas que te he hecho, te prometo que voy a cambiar en lo que queda de curso.
Besos. “
No sabía si reírme o si llorar. Steven ha sido mi mayor trabajo, ese punto que colma el vaso, esa necesidad de contar hasta diez y respirar hondo. Steven mi autocontrol cotidiano, ya sé que su color, negro, y su origen no le facilitan las cosas, tampoco sus circunstancias vitales, mientras yo ando desmontándole, los días buenos, esa violencia a fuerza de carcajadas o contándole que para ligar no hace falta picar a las chicas con el scooters, ni que se es más respetado si mira mal a los compañeros.
Steven, mi peor alumno, no ha aprendido mucha lengua, la verdad, es más, estoy segura que la carta, sin una falta de ortografía, se la ha escrito su inseparable amigo Mustafá.

24 comentarios:

Anónimo dijo...

Has calado dentro de su piel negra y su corazón perdido. Buen trabajo.

Capitán Tormentas dijo...

Algo estás haciendo bien, muy bien con ese chaval Ico. Tu lo sabes, y lo trasluces en tu post

María dijo...

Oh... ¡¡se me han saltado las lágrimas!! Lo importante es el contenido, el pedir perdón... y el acto de escribirte, aunque sea a través de otro. Hoy es un día para decir que ha triunfado la educación. Me alegro mucho. :-)

Victoria dijo...

Y qué gusto, verdad? Yo tengo una teoría: no todos dormimos igual por la noche. Aunque parezca una perogrullada, yo sé lo que me digo. Creo que tú también.

La Maga dijo...

Creo que Steven es uno de esos niños que intentan cambiar, no sólo antes que termine el curso, sino a cada tramo del camino. Probando fuerzas, sobrevivencias, estrategias. Buscando recursos propios, más o menos legítimos, con su balanza de haberes desnivelada.

((Si ha sido Mustafá, jamás se lo diremos))

morgana dijo...

joé, pues la carta es una preciosidad. Nadie escribe algo así si no lo siente, aunque sea a través de Mustafá. Y te veo, eh?, te veo con esa rosa en el pelo...

Yo los felicitaría a los dos.

Besos!

alejandra dijo...

A mí es que me gustan los chicos malos... así que me encantaría trabajar con ese Steven. Es dificíl saber cuanto de verdad hay en su carta, pero moriremos intentandolo... ;)

Beelzenef dijo...

Pequeñas alegrías cotidianas... aquellas que pueden hacer mover montañas

Lola - Aprendiz dijo...

Enhorabuena, ese niño no te olvidara jamás, es lo que tiene tener vocación.

Anónimo dijo...

Yo creo que tod@s los que trabajamos con niñ@s tenemos una carpeta con dibujos, cartitas, notitas... perdones, gracias... que nos van regalando a través de los años.
Yo al menos la tengo y espero no perderla en mudanzas para releerla cuando sea viejita.
Besos Lenteja educadora.

Anónimo dijo...

De vez en cuando una compensación inesperada al esfuerzo y ¡qué subidón! Algo (puede que mucho) le está llegando de ti a ese chavalete. Enhorabuena por esa pequeña alegría cotidiana.

Candela

emejota dijo...

Solo se me ocurre un refrán: Poco a poco hila la vieja el copo.
Es su actitud y su corazón lo que importa, por mucho que molesten las formas. Y desde ese lugar tan profundo se ha comunicado. Donde el refran dice vieja, sustituyelo por "sabia".
Un abrazo.

Anca Balaj dijo...

Es una alegría de las grandes, a mí estas cosas son las que me recargan las pilas. Y siempre creo que los peores son los mejores. Yo adoro a mis peores, aunque me hagan ganar el sueldo a base de bien.

Precioso, Ico.

Un beso

Tantaria dijo...

Parece que has logrado ganarte al chiquillo. Por algo será (digo yo)...

Isabel dijo...

Con sus circunstancias, debes sentirte orgullosa de haberle inspirado algo dulce. Un beso

Belén dijo...

Pero qué majo, no?????

Besicos de buentrabajo

Bur dijo...

Ay Ico, como lo narras- si te entra la vocación asi de golpe- eso, si es un trabajo , con sentido ay!!!

Mar dijo...

Supongo que esos dos lagrimones de alegria,y los pelos de punta al leerlo los sentirás bien dentro.
Los granos de arena de una suave brisa no se notan, más cuando pasa el tiempo....hacen lindas montañas.
Gracias por compartir esto, nos hace sentir q lo que hacemos con corazón termina calando. Bsos

la cocina de frabisa dijo...

Madre mía, lo que tenéis que aguantar los profes!

Menos mal que has contado hasta diez, todo el mundo merece más de una oportunidad y este niño ha querido tener un gesto contigo, un bonito gesto, diría yo. Al final, si se la han escrito es lo de menos, lo importante es que se sentía en deuda contigo y quería reparar su desastrosa conducta.

un beso, guapa

Anónimo dijo...

Que lujazo encontrar un alma desesperada entre los alumnos/as....Y pidiendo ayuda a gritos.
Que todos estos halagos no te hagan olvidar que eres educadora y referente pa Steven..
ACTUA
FELICIDADES ( O NO)

Nosu dijo...

Esas sorpresas tan inesperadas es lo que realmente hacen que la vida valga la pena!

Steven será buena gente, sólo necesita verlo y eso puede llegar a ser tan difícil... que hay gente que no se llega a ver nuca, pero con él, lo estás consiguiendo parece!

Hormiga dijo...

qué genial, estas cosas son las que hacen que te levantes y vuelva sa entrar al aula!

dintel dijo...

Siempre se suele recoger algo si se siembra bien...

maslama dijo...

todo el mundo merece una oportunidad.. y quizá profesoras como tú son la oportunidad de niños como él

besos,