martes, 3 de noviembre de 2009

La mujer que un día fuí

El otoño ha llegado sin darme cuenta. La tarde está tan cálida y apacible. Me gustan los colores del otoño cuando cae el sol sobre los árboles.

Ja, escenas campestres a mí. A quién vas a mentir. Disimulas, sabes bien que estoy aquí. ¿No te decidirás a hablar? Esperaré. Desde aquí puedo ver al jardinero encorvado sobre los jazmines. Cuánto ha envejecido. Aún lo recuerdo alzándome en volandas por el aire. Pero de qué vas, jardinero, armonía. Pero a quién quieres engañar. Estoy aquí y te conozco mejor que ti misma. Cómo transcurre el tiempo. Ahora yo soy tan vieja como cuando él me levantaba por el aire. Buff...qué letanía. Seguirás así mucho tiempo. Siento el otoño en mis huesos y en mi piel que ya no es la de antes. Aburres al más pintado. Te vas a dejar de monsergas, soy yo, no te olvides, yuhuuu, hola, estás ahí, soy yo. Aunque es en mi corazón donde noto mi envejecimiento, ya no siento los arrebatos de juventud. Bueno, algo es algo, a ver si esto empieza a ponerse interesante. ¿Hablaremos de sexo? Me pregunto si aún amo a Albert con aquél frenesí de los primeros años. ¿Quieres que te responda yo? Sin lugar a dudas, no. Siento su amor como algo dulce y plácido pero, de lo que en cualquier momento podría prescindir. Evidentemente, pequeña, qué creías. Qué extraña es la vida. ¿Es esto envejecer? Desde luego que sí¡ ¿Vas a seguir mucho tiempo con el tema? Tengo que estar aguantando esto. Me voy, definitivamente, me voy, cuando te decidas volveré.

Espera. Ah, por fin.

Pero déjame explicarte. ¿No quieres saber mis razones? Si insistes. Sí. Hace años toda mi voluntad se centraba en querer a Albert, en mostrarme solícita y atenta, deseando cubrir todas sus necesidades. Luego eso no fue suficiente. Con el tiempo aprendí a dejar esa labor a las criadas o algunas amantes y así poder tener realmente tiempo para mí. Piensas demasiado. Sí. Albert dice lo mismo. Pienso en cómo será mi muerte y cuando me sobrevendrá. Tú has elegido. Sí, elijo libremente, por primera vez, irme contigo. Es un duro precio, pero así lo has querido, despídete de tu jardín. Será pecado desear haber nacido en el futuro. Probablemente. Ser realmente libre. Estar ahí. Solo podrás verlo un día. Luego se acabó. Un día. No podrás volver jamás. Sí, ése es el trato. Viajar en el futuro y ver a la mujer liberada. Por eso me has llamado. Sí. Por eso has invocado mi presencia, acaso pensabas que no vendrías. Tengo miedo. Aquí dejarás los temores. A partir de esta noche abandonarás el mundo de los mortales. No quiero sufrir. No te prometo eso. Sólo un instante más. Espera. Está tan bonita la tarde.


10 comentarios:

yo misma dijo...

me gusta la idea de evolución hacia la libertad..aunque reconozco..quizás por mi estado tras realizar un viaje de 7 horitas..que me he perdido en algún momento entre la mujer que un día fue y la que es..pero tengo que decir que me pasa con tus relatos lo mismo que cuando mi ahijada empezaba a hablar..podía no entender alguna cosa(en su caso incluso nada)..pero me encantaba cómo lo decía

dintel dijo...

Me he perdido en tu texto.

Pena Mexicana dijo...

:( me pasa como a Dintel, me he perdido en alguna parte y ya no he sabido volver...

Charm dijo...

Pues me pasa...que conforme envejezco, me voy reconociendo más. Las piezas que me forman, hacen un sigiloso ruido..clack!, clack!...van encajando. A medida que los años pasan....disfruto más lento e intenso todo.
Y sí, esperemos un momento más. La tarde es hermosa.
Y a veces, eso me basta.

TARA dijo...

Es la muerte la que al final se lleva a la mujer, a cambio de viajar un día en el futuro? Creo que sí...
Y es la muerte la que le acompaña, o es su yo?

Ico dime


Me gusto mucho, bastante complejo, Me ha sorprendido el relato para mi imagen


Besos

Anónimo dijo...

El miedo a la muerte al final hace que nos aferremos a pequeñas nimiedades y sigamos agarrandonos a la vida. Tá bonito

Beelzenef dijo...

Nadie escapa al paso del tiempo, y tampoco a las enloquecedoras reflexiones de nuestra propia mente.

Un fuerte abrazo, querida Ico

Ico dijo...

Tara es un relato fantástico es a tu elección, puede ser la muerte con su guadaña o quizá su propia voz enferma o alguien fantástico que le prometió viajar al futuro a cambio de su vida.

Belén dijo...

es curioso como se pasa de la pasión a la normalidad... hasta en el amor hay rutina!

besicos

Lola - Aprendiz dijo...

Cuantas muertes quedan para llegar a ese futuro de mujeres liberadas?...
Un dialogo original.