Un policia en el aeropuerto te pregunta.
- ¿ De dónde eres ?
- De Liberia, respondes.
- Debes declararte en este preciso momento ciudadana de Dominia., Liberia no existe ya, como bien sabes Dominia lo ha ocupado.
- No- responde la mujer enérgica- soy de Liberia y no puedo declararme de otro lado.
- Si no te declaras ciudadana de Dominia en este mismo momento te quitaremos toda documentación y no podrás entrar en tu país nunca más. Reconoce de una vez que eres ciudadana de Dominia.
- Soy ciudadana de Liberia, no puedo afirmar lo que no es cierto.
El policía, tal como le habían ordenado, arrebata toda documentación a la mujer de Liberia imposibilitando así que puede entrar en Liberia. La mujer llamó a sus familiares y amigos. No tengo documentación, les dice. El rey de Dominia me ha dejado sin ella, no puedo volver a casa.
En esto entra Servilia en acción. Liberia había sido durante mucho tiempo colonia de Servilia hasta que la abandonó a su suerte, algunos dicen que simplemente la vendió a Dominia.
- La llevaremos de vuelta a Olvidada, dijo el ministro de Servilia al reino de Dominia.
Olvidada es una isla pequeña perdida en el atlántico y a sólo cien kilómetros de Liberia. Antiguamente ese archipiélago fue lugar de destierro de pensadores e intelectuales contrarios al regimen como Unamuno.
La mujer es trasladada a la fuerza a Olvidada, realizando así Servilia el trabajo sucio de Dominia. Pero la mujer, que sólo quiere volver a Liberia y ver a sus hijos y a su familia protesta, nadie le hace caso, no en vano ha sido desterrada a Olvidada con esa intención. Entonces comienza una huelga de hambre en el mismo aeropuerto hasta que pueda volver a Liberia.
En la isla de Olvidada comienza su sufrimiento y calvario. Apenas recibe más atención que la de algunos humanistas que se preocupan por ella y por el pueblo de Liberia. Mientras hay noticias más importante: el fútbol, el estatuto catalán, o la reiterada retahila etaina.
Pasan los días, la mujer pasa hambre, tormento y dolor físico pero, una inconmensurable determinación de volver a su tierra la sostiene en vida. Las mujeres de Liberia hacen un llamamiento al mundo, ellas también se pondrán en huelga de hambre hasta que la mujer pueda volver a casa. Pero Liberia es un país muy pequeñito en una esquina de África y sólo cuando el grave riesgo de morir de la mujer se avecina, Servilia reacciona.
- Te daremos el pasaporte como ciudadana de Servilia.
- Yo no soy ciudadan de Servilia, soy de Liberia- responde la mujer con apenas un hilo de voz.
Mientras la prensa de Dominia acusa a la mujer de terrorista, cada vez más se alzan las voces para que la mujer vuelva a su tierra. Hoy lleva quince días de huelga de hambre. Quien no conoce la determinación de los habitantes de Liberia no sabe que la mujer se dejará morir por volver a su tierra.