jueves, 15 de octubre de 2009

Capacidad crítica


Con mis alumnos de 4º estamos dando la argumentación y no he encontrado mejor manera de que sepan lo qué es que poniéndola en práctica. Para ello he dividido la clase en dos grupos (son sólo catorce) y he propuesto un tema: el aborto. Un grupo debería escoger la defensa y argumentación de sí y el otro grupo el no.

Primera sorpresa, la mayoría de grupo, llamémosle A, compuesto mayoritariamente por chicas escogió defender el no al aborto y el grupo B, compuesto en su totalidad por chicos el sí.

El trabajo consistía en buscar en Internet datos e información en qué basar sus argumentos para un posterior debate en clase. Yo sería la moderadora. El trabajo de búsqueda fue bastante flojillo, ganando los defensores del NO por haber utilizado los medios tecnológicos y los argumentos más elaborados.

En el debate descubrí, para mi sorpresa, que salvo una o dos personas, ninguno de ellos sabía defender sus posturas ni dar explicaciones sobre lo que pensaban. Los argumentos eran del tipo emocionales o demagógicos como que el feto era una persona. Al cabo de un rato tuve que mediar para enriquecer el debate lanzando propuestas del tipo, ¿y la libertad individual? ¿Y el derecho de la mujer a tomar decisiones sobre su cuerpo? teniendo que abandonar mi papel de moderadora a punto de que me diera un ataque.

Finalmente, algunas alumnas, contradiciendo su propia idea inicial, se cambiaron al grupo del SÍ. Pero el resultado, en general, ha sido bastante penoso. Conclusión, aunque algunos chicos sean inteligentes no saben expresarse ni argumentar sus tesis.

Hoy he tenido una reunión informativa del segundo curso de doctorado en la Universidad. El curso pasado fue un desastre, profesores irresponsables que no respondían a preguntas en el foro o email, bajo nivel educativo y amplias exigencias, profesores que no aparecían a la cita, en fin, mucha descoordinación y caradura.

El director comenzó hablando sobre lo que había que hacer este año sin pedir disculpas ni mencionar las muchas incidencias que hubo en el curso. Al final levanté la mano y di mi opinión de una forma asertiva (jodida palabra ésa) argumentado las razones por las que me había parecido un autentico fiasco el curso de doctorado y el poco respeto que habían tenido los profesores con su alumnos, la mayoría docentes. El director se escabulló de la única forma que pudo, diciendo que aquella reunión no era para eso.

Nadie más habló. Sin embargo, en corrillos, en la cafetería, por email, fueron muchas las quejas de los alumnos sobre el funcionamiento del mismo. Salí de allí con un nivel de cabreo importante, y con la impresión de que la gente realmente tiene miedo a decir lo que piensan, temen que haya una represalia o de que influya para algo los resultado si tú te muestras crítico con el sistema. Y así nos va.

Entonces, me pregunto que para qué sirve que enseñe a mis alumnos a argumentar si cuando es necesario les falta el coraje de poder expresarlo. ¿Cómo se enseña no temer? ¿Enseñamos con el ejemplo? ¿Somos críticos? ¿Sabemos exponer lo que opinamos sin miedo al rechazo? y sobre todo, ¿Tenemos la capacidad de ser críticos?

17 comentarios:

la cocina de frabisa dijo...

Sí, Ico, no hay duda de que en general la gente prefiere escabullir el bulto. Hay que reconocer que mojarse, dar la cara, plantar batalla a aquello con lo que no concordamos es un gasto de energía y un colocarnos en el punto de mira (aunque solo sea en el momento de la exposición)y por tanto sometidos a la crítica y eso asusta o incomoda a mucha gente.

Es cuestión de carácter y.... de pasotismo, así nos va...

En cuanto al tema de las adolescentes, es curioso tu experimento. La realidad me dice que a la hora de la verdad optan por el camino que más les interesa. No obstante me joroba un poco que utilicen argumentos que oyen en casa o aquellos que recorren el camino fácil sin pararse a pensar por sí mismos.

un beso (tus post siempre tan very interesantes)

Anca Balaj dijo...

Yo creo que hay quien tiene una capacidad de ser crítico descomunal y que así lo demuestran en cada minucia de la vida. Pero cuando se trata de asertividad (siempre digo que ecribiré un lubro titulado "La asertividad y la madre que la parió" y siempre me encargan alguno más por adelantado) cambia todo. Se ve que lo de la crítica está para las minucias de la vida, para quejarse y reclamar derechos ya adquiridos con la boca llena, pero cuando de verdad se trata de abrir la boca por crear un cambio positivo, ahí es otro cantar. Las autoridades siguen siendo autoridades a la hora de la verdad. Pocas personas libres conozco.

Tantaria dijo...

La gente espera a que la valentía de otros le soluciones los problemas: "ya dará la cara otro", "yo no hablo", "yo firmo esta instancia si la firman todos" y cosas así. Y así estamos, entre la la indiferencia y la cobardía.

Anónimo dijo...

supongo, que a esas edades nos asusta más el asislamiento...luego con la experiencia hacemos más caso a nuestra opinión, no se. pero es interesante que desde la escuela o el insti se aprenda que argumentar a tener opiniones distinas y "eso" no significa discutir..
besos
Burbuja

Pena Mexicana dijo...

No lo se, me parece que en muchas ocasiones a la gente le viene genial tener de qué quejarse para hablar de alguna cosa en el bar. Cuando yo era maestra y me asaltaba alguna duda como la que expresas pensaba que si uno solo de mis alumnos se quedaba con lo que yo trataba de darle, ya sería ganancia... y eso porque si me ganaba la racionalidad no tendría caso continuar. Sería más honesto ganarse el sueldo en otro campo profesional.

Anónimo dijo...

"Análisis", "crítica", "autocrítica"....
¿Pero eso que e lo que eeee?.
(Ánimo)

farala dijo...

pufff el problema que planteas yo creo que ya viene de largo. A todas las generaciones nos parece que la anterior era más crítica y cuando te pasas del lado del profesorado, ya ni te cuento. Mi propia experiencia en el tema de debatir en clase es similar a la tuya y soy tan cínica que creo que los chicos escogieron mayoritariamente el "no" porque son expertos en decir lo que creen que la profesora quiere oir (yo he corregido examenes cuya tesis era: "en esa época los hombres eran muy malos, y las mujeres muy buenas"...) ay, cómo me enrollo. De lo de la universidad para qué hablar... todo el mundo va a lo que va, a por el papelín y como hablar da problemas, pues se callan.

Carina Felice, Photography dijo...

que buena invitacion a la reflexion, amiga. PAra todos los ordenes de la vida. Que los chicos no sepan argumentar, creo, es parte del engranaje de una sociedad que los empuja a consumir lo dado y no a generar y a cuestionar.
Un besote amiga, nos vemos.

Candela dijo...

Quejarse en el pasillo y en el bar es lo normal. En el trabajo tengo buen trague para lo que no es incoherente, pero las incoherencias y las chorradas no las trago. Así que cuando sueltan alguna en los claustros y otras reuniones, protesto. "Es que es lo legal" contestan. Bueno, pero yo ya he protestado. Nadie me secunda, salvo luego en el pasillo "Muy bien, muy bien". Sí, pero ahí se queda. ¿Servirá por lo menos de ejemplo? Nadie me come después. La gente tiene mucho miedo a las represalias (los alumnos muchísimo, y se tragan sacos de melones).

Beelzenef dijo...

La crítica es un modo de superación... así que... deberíamos saber hacerlo si queremos avanzar. El ejemplo predica bien el no temer, por ello no debemos dudar en saltar y gritar nuestros ideales. Sin dejarnos insensibilizar por las injusticias que vemos cada día

María dijo...

Yo me debato todos los días entre hacer crítica constructiva y morderme la lengua... Aportar ideas nuevas y diferentes a lo anterior me come la energía ante la cerrazón mental.

dintel dijo...

Hay un problema primordial, antes de argumentar se debe saber escuchar. Porque sin escuchar el pensamiento crítico no existe. Una vez se sabe escuchar y se empiezan a generar pensamientos propios, se debe aprender a comunicar. Y en último grado a argumentar.

Pero escuchar requiere un tiempo que no se tiene en esta sociedad de la velocidad.

TARA dijo...

Es muy fácil opinar en el desayuno, en el coche cuando vas o vuelves, y siempre con la intención de encender al de tu lado para que cuando llegue el momento sea el o ella quien de la cara por ti...
Últimamente ya he tenido yo esa sensación, pero yo soy de las que hablan, y son criticas con la situación, me da rabia cuando pasa, pero prefiero ser así, que vivir dentro callada esperando que otros hablen por mi.

Muy buena reflexión Ico.

Besos

Isabel dijo...

Les has puesto un tema dificilillo, ya ves la polémica que hay en la calle, y son muy jóvenes para tener una idea clara. Un beso

Anónimo dijo...

Vean el video NECESITAMOS MÁS CRÍTICOS en youtube, que es una respuesta a una publicidad de Coca cola zero que decía: "Necesitamos menos críticos. Necesitamos disfrutar más".

muchacha en la ventana dijo...

Lo de los alumnos es difícil que con esos años puedan aprender algo acerca de la críticia. Pero los ya mayores, de otra generación tienen la suficiente formación como para hacer patentes esas quejas, para eso habría que tener valor.

Ico, esos cabreos no sirven para mucho, la gente pasa de tó

besos

jl72 dijo...

Sin conocimiento no hay capacidad crítica. Ustedes, los profesores, deben ser el pilar más importante para reformar la educación española.

España es esclava de su ignorancia supina.