miércoles, 26 de agosto de 2009

El síndrome de Mari Pili



Lo que no se nombra no existe. Por eso, ese constante afán de nombrar del ser humano incapaz de comprender lo que no nombra. Aunque a veces, peligrosamente, nombrar es simplemente reducir, dividir al mínimo, poner etiquetas, clasificar. Ahora resulta que la histórica desigualdad social que sufren las mujeres se explica con dos palabras “síndrome de Mari Pili”.
Pensé que era una broma, pero no, no era el día de los inocentes. Además tampoco tenía cara de guasa el serio locutor del Tele canarias. Lo decía así: Las mujeres que, a pesar de estar suficientemente bien preparadas y tener aptitudes más que de sobra para prosperar y progresar laboralmente en sus puestos de trabajo, y no lo hacen es porque sufren del síndrome de Mari Pili. Toma ya.
Este síndrome, añade circunspecto el locutor (aunque adivino que en su fuero interno debe debatirse entre contenerse la risa o hablar con el editor para que cambien las noticias, que ya está bien de tanta chorrada veraniega para un espacio tan importante) es ni más ni menos que el miedo que tienen las mujeres a no ser queridas y que las convierte por lo tanto, en sumisas y víctimas de desaprensivos que se aprovechan de esta situación.
Me enfurezco y mando a callar a mis sobrinas, que no tienen culpa de nada, (tal vez cuando crezcan ambas tendrán estos síntomas) para poder oír cómo una psicóloga, que más parece una actriz de segunda confirma dicho síndrome.

Busco información con ardor de estomago en Internet y encuentro lo siguiente” La profesora García establece que las Maripilis son aquellas mujeres que buscan agradar a todo el mundo, lo que les lleva a convertirse en grandes sumisas. Padecen un gran sentimiento de culpabilidad y rechazan el poder, la ambición y el éxito. En cambio, los Manolos son hombres carismáticos que faltan al respeto, prepotentes y autoritarios, tienen poco trato humano y no saben implicarse”

A ver, a ver, que yo me entere entonces, que las desigualdades sociales entre hombres y mujeres no es la culpa ya del larvado machismo histórico y social, ni del techo de cristal que se pone a toda profesional por el solo hecho de ser mujer, ni de la estructura jerárquica y machista de las empresas, ni l de a doble carga que sufre la mujer por el hecho de serlo. Nada de esto. La culpa es del dichoso síndrome que sufrimos algunas.Vamos que la culpa es nuestra. Sólo nuestra. Apesadumbradas, sumisas, tristes mujeres rogando ser queridas a un despótico Manolo.

Pero quien.. quién me pone la pata encima para qué no me levante…

18 comentarios:

María dijo...

El machismo histórico dió lugar al síndrome maripili. Eso no quiere decir que lo tengamos...

Pena Mexicana dijo...

Lo peor del caso ya no es que lo digan, sino de que haya quien se lo crea porque lo dicen por televisión... Vamos, otra versión de: "la violaron porque iba pidiéndolo con esa manera de vestir".
Claro, con la teoría de la Maripili la respuesta a tu pregunta: "quién me pone la pata encima para qué no me levante…" tiene una imagen de contorsionismo prodigiosa.

Calvin dijo...

Parece un chiste malo :(

Tantaria dijo...

¿"Síndrome de Maripili"? ¿En serio?

Tanhäuser dijo...

Como ves, los cavernícolas no se han extinguido.

adriana rey dijo...

jajajajaja! no te amargues, que da risa, Ico.

Anca Balaj dijo...

Hay que tener huevos para venirnos con éstas ahora. El patriarcado no tenía que ver, claro, del mismo modo que no tiene nada que ver con esta noticia ni con llamarnos Marimachos cuando no nos comportamos como Maripilis.

TARA dijo...

Casi no merece la pena hacer ningún comentario... Yo es que alucino

Anónimo dijo...

Bueno. Yo, que tengo necesidad de ser querido por todas las mujeres su-misas y su-rosarios de España, debo padecer el síndrome de Mariano Pilatos.
¡Ya decía yo por qué me había costado tanto llegar a Presidente del Gobierno! ¡Maldito síndrome!
Saludos,
Mariano Rajo y Mañana

Isabel dijo...

¿Y la psicóloga esa, ha llegado solita a esa conclusión, o la han ayudado?. ¡ Será gilipollas!.
Un beso guapa

Carina Felice, Photography dijo...

y encima una, pretende ser respetada como igual, como si una los mereciera, no?Calladitas la boca, nada de cuestionar, que si el pie nos aplasta, que no nos haga perder el glamour.
Apesta, ya el solo nombre apesta: "Maripilis"

Belén dijo...

Y no será que los jefes no la dejan prosperar?

Los del síndrome serán ellos, fijo

Besicos

Lena de mar dijo...

otro síndrome inventado por los tentáculos del patriarcado para culpabilizar a las mujeres!!!

Basta ya de actitudes paternalistas! las mujeres tenemos derecho a ser como queramos, a querernos a nosotras mismas por encima de todo, a querer a quien nos dé la gana y a no estar demostrando todo el tiempo lo que valemos, sólo por el hecho de ser mujeres.

Mientras haya una sola mujer que no sea libre, ninguna lo seremos...

Me toca la fibra feminista (cualquier fibra de mi cuerpo, mente, corazón y espíritu) este tema!!!

Abracitos salinos

dintel dijo...

De mis múltiples síndromes, ese, no lo tengo.

muchacha en la ventana dijo...

Ico, así está el mundo, se vuelca y encima nos echan la culpa a las mujeres.

Lo del concepto de maripili, hay incluso un libro que alguien escribió, y yo que leo hasta la etiqueta del champú, tb leí. Y es justamente eso, la necesidad de ser queridas, que se refleja en una actitud sumisa.

Muy fuerte el concepto¡¡, como siempre, en la historia, la culpa es de la mujer. El hombre hace creer, que somos las causantes.

Anda, que en los tiempos que corren, menos sandeces.Mujeres, luchar por lo que quereís¡¡vamos a ser manolos, jajajjaja¡¡¡

un abrazo, Ico, me encanta tu blog

Nefer dijo...

Pues no sé si existe ese síndrome pero realmente cuando veo la violencia machista y como mujeres aguantan la situación...Tal vez, dicho síndrome explique un poco a qué se debe.
Besos

Anónimo dijo...

Pues yo si que creo en la parte de responsabilidad que tengo en dejarme tratar de x manera, porqué ser una MariPili, que por cierto me llamo Maria del Pilar para más INRI, reconozco que es en parte culpa mia, que me dejo. Porqué estoy cansada de ver a compañeras de trabajo de quejarse de ser utilizadas en el trabajo para hacer los trabajos que nadie quiere hacer, pero dar nunca un no por respuesta. Y en el caso de después decir que no, sentirse culpables y acabar haciéndolo de todos modos. Para mi reconocer esto es un paso imprescindible para cambiarlo, si se quiere claro. Que la que se sienta a gusto así, pues que siga, que cada cual es libre de hacer y de ser como le apetezca, faltaría más!
Pilar

Anónimo dijo...

El que se llame "Sindrome de Maripili" no tiene que estar forzosamente enmarcado en un lucha de sexos o generos, es un sindrome real y con manifestación en el medio social pero que parte de la esfera de lo personal,lo del nombre es lo anécdotico.