miércoles, 8 de julio de 2009

Casa desolada


Sin quererlo, por puro azar, como sucede con casi todo, me he leído una maravillosa novela que recomiendo a todo aquél que no la haya leído aún por varías e innumerables razones, pero principalmente porque creo que es la novela que a todo escritor le gustaría escribir (o al menos a mi) y porque es, entre otras cosas, un clásico de la literatura universal, me refiero a Casa desolada de Charles Dickens.
¿Pero por qué, pregunto capciosamente, hemos de leer un autor del siglo XIX cuando hay tantos best seller del siglo XXI? Hay una sola razón de peso, porque así entenderemos la diferencia entre una obra de arte y una novela bien escrita.
Otras razones más: el placer de tener en las manos una novela que, desde la primera página te proporciona incontables momentos de gozo y un viaje inesperado. ¿ A dónde? Al Londres frío y nebuloso de finales del siglo XIX, donde la mayor parte de la población malvive en extremas condiciones de pobreza, mientras que otra, formada por los grandes señores, se dedican al parlamento o a la caza, y sus esposas se aburren en sus grandes mansiones. Dickens, como solo hacen los grandes, nos transporta en esa máquina del tiempo a una época y a un lugar de forma tan magistral que de pronto formamos parte de sus calles y de sus gentes.
Hoy diríamos que Dickens es un escritor comprometido porque en esta obra, como en otras, hay un reflejo exacto de las injusticias sociales: la violencia contra las mujeres, los niños mendigos, las condiciones de habitabilidad de lo obreros, en fuerte contraste el lujo y el derroche de los aristócratas. Pero aún es más, es un dinamitador del sistema legal que cree injusto por lo que, toda la obra gira en torno a las propias leyes, al sistema judicial y la lentitud de éste.
Dickens, creador de personajes universales que reconoceremos siempre, el avaro, el amoral, el arribista, el vanidoso, pero también el aventurero, el niño desvalido, el filántropo, el enamorado, el bondadoso, nos lleva a través de sus páginas por una trama compleja de enredos, asesinatos y detectives, de encuentros y desencuentro, de historias decimonónicas, hijos ilegítimos, muertes repentinas, secretos de alcoba, disputas legales y herencias; conformando un microcosmo vivo, una novela coral, en definitiva, una obra de arte.

4 comentarios:

dintel dijo...

Leer Dickens y Wilkie Collins es de las mejores cosas que me ha pasado en la vida. No lo sé explicar de otra manera.

Sandra Sánchez dijo...

Pues nunca había oído hablar de este título pero lo tendré en cuenta sin duda. Dintel ya nos recomendó en otra ocasión a Wilkie Collins y también lo tengo pendiente...Ayyyss si es que no doy a basto!!!
Me ha gustado mucho cómo lo has contado.
;)

Isabel dijo...

No la he leido, ultimamente le dedico a la lectura menos tiempo del que me gustaría. Ya sabes, el trabajo, y luego llegas a casa un poco cansada. Un beso

Morgana dijo...

jajaja anotado! A ver si logro acabar El Chino antes...

Besos guapa. Ya estoy por aquí!