jueves, 4 de junio de 2009

Desnudo integral


Mi madre tuvo diez hijos. Mi padre volvía a casa una o dos veces al año después de una larga travesía por altamar. Por lo que no era de extrañar llegar y encontrarse con un hijo o hija nueva. Ser marinero es uno de los trabajos más duro de la tierra. A veces la zafra del atún era buena y a veces no tan buena, por lo que, la economía familiar dependía de los vaivenes costeros, de la no existencia de problemas con los armadores, o simplemente, de que no sucediera ninguna avería en la destartalada flota pesquera de Lanzarote. Hoy, por cierto, ya prácticamente desaparecida. No éramos pobres pero sí había épocas de dificultad económica y de muchos fiados a la tienda hasta la vuelta de mi padre.

Por todo esto, era lógico que en más de una ocasión, los reyes magos no fueran excesivamente generosos. Recuerdo, con especial insistencia uno que me dejaría marcada para siempre. Yo, como casi todas las niñas de esa edad quería, por aquél entonces, una bicicleta, el problema vino cuando mi hermano, apenas un año mayor, también la quiso.

Ese seis de enero hubo en casa presupuesto para una sola bicicleta. Mi madre, que debió verme la cara de desconsuelo que puse se apresuró a decir, no sin mucho convencimiento, que era para los dos. Pero, la realidad fue, que mi hermano no se bajó en todo el día de la bicicleta para cedérmela, y menos aún en toda la semana. Mientras, yo tuve que consolarme con algún “juego reunido” o alguna muñeca a las que, por cierto, nunca les hice mucho caso.

Este recuerdo infantil me viene a la memoria al pensar en mi voto en las elecciones europeas. Me considero feminista, republicana y socialista. Sin embargo, ando lejos de la socialdemocracia europea. Pero desde hace ya mucho tiempo siempre me he decantado por el voto útil, es decir un voto que compensara y que no hiciera ganar a la derecha. Esto ha supuesto unas ventajas en derechos sociales a nivel general, pero también, indudablemente me ha supuesto un coste a nivel particular.

Me explico, en provecho del bien público, nunca he dejado de lado otras reivindicaciones igualmente necesarias. Pero,este domingo, finaliza mi voto útil. Ya dejo de cederle la bicicleta a mi hermano mayor (aunque, mamá - estado, me convenza de que es para los dos).

Hoy sé, con la sabiduría del paso de los años, que ya es hora de que yo tenga también mi propia bicicleta, Considero necesario que la mujer se instale en el poder público y partícipe en igualdad efectiva, convirtiendo en realidad lo que las leyes le dan tan solo en la teoría.

Por ello, mi voto será para un partido formado por hombres y mujeres donde el eje prioritario sea la demanda de igualdad real en esta sociedad nuestra. Porque no es cierto que la igualdad ha llegado a su tope (les remito a una historia real “Ecos de sociedad” en relatos por encargo), sino que esta desigualdad es cada vez más sutil y torticera,

Sino ¿ Cómo se entiende que siendo las mujeres las que aventajan en formación académica hoy en día, existan tan pocos cargos de poder a cargo de la mujer, y que a pesar de esto, sigamos necesitando mostrar doblemente nuestra valía.?

Y ¿Cómo es posible que en esta Europa nuestra, haya aún una diferencia salarial de un 15% entre hombres y mujeres?.

Y ¿Cómo es posible que aún la iglesia siga empeñada en opinar sobre el uso que hagamos a nuestro cuerpo…?

O ¿Cómo se entiende que se normalice la prostitución que oculta a las mafias y al comercio con las mujeres?

…tantas preguntas por responder y tanto por hacer….

Basta ya de ceder la bicicleta, basta de ceder nuestros derechos ante otras prioridades, antes que la igualdad efectiva,

Por eso, esta vez, la bicicleta es también mía, no es una bicicleta de carreras, el camino es largo y escarpado; pero es de un color violeta luminoso y me lleva.


Para saber más: Iniciativa feminista

7 comentarios:

sarayrodriguezsuarez dijo...

Ya te andaba echando de menos

María dijo...

¡¡¡¡Ya puedo leerte!!!!!

Vivan las bicicletas propias. Y me ha encantado el post anterior.

Y como no sé dónde vivo, ni dónde voy, se me pasó el plazo del voto por correo y me voy de puente largo... y no voy a votar. Y estoy cabreada conmigo misma.

Lena de mar dijo...

precioso y necesario post, ico!!! tu bicicleta es un tándem, yo también, y muchas otras personas como yo, pedaleamos contigo en la misma dirección!!! qué bien lo has explicado, cuánta brecha queda todavía para hacer efectiva la igualdad de oportunidades y de trato entre mujeres y hombres!!!!

Haz tuya la bicicleta y el camino que quieres recorrer.

Un abrazo violeta profundo

Anónimo dijo...

Yo quiero la bicicleta de mi vecina antonia( viudad y sola), la de mi querido Pedro( discapacitado y sin recursos), la de Mohamed( inmigrante)...Y una bicicleta como la tuya Ico para mi....Por eso mi voto será para la izquierda, por la igualdad entre todos/as.
Les animo a una lucha por el interés colectivo.

Aliss

without dijo...

Europa es una ilusión, para otros un sueño, del que no se tardará en despertar.

Besos

Mari Triqui dijo...

Muchas gracias Ico!
No veas lo bien que me ha venido leerte justo antes de salir a votar; andaba comiéndome el coco con lo del voto útil... pero llevas mucha mucha mucha razón!
Un abrazo!

Carina Felice, Photography dijo...

desde otro continente me hago las mismas preguntas que vos, y desde una infancia distinta pero de matices diferentes, la mujer que soy hoy te apoya espiritualmente desde el otro lado de un inmenso oceano.
Un beso grande!
Namaste/\