domingo, 10 de mayo de 2009

Hoy me levanté de mala leche



Si un alienígena nos mirara de lejos tendría dos cosas muy claras en nuestro país: una, que las mujeres tienen una condición inferior y dos, que ésta condición de superioridad de los hombres no viene avalada por su mayor inteligencia.
Desde que las primeras sufragistas pidieran el derecho al voto como condición indispensable para la igualdad de la mujer hasta hoy no se ha avanzado tanto. Es más tengo la sensación diaria de que estamos en franco retroceso. A nadie se le escapa que los medios de comunicación han jugado un papel importante en ello. Pero decir esta obviedad, es como predicar en el desierto, El poder, los medios económicos, toda la inmensa batería que conforman los holdings mediáticos está en manos masculina, y quizás, a fin de cuentas, no interesa que se transmita otra cosa.
Llámenme extremista, visionaria, revolucionaría o lo que quieran, pero cada vez estoy más segura de la teoría de la conspiración: Los hombres se aúnan, se organizan para que jamás accedamos al poder; en fondo temen que la mujer tome el poder. Por lo que, de vez en cuando nos otorgan una venia o disfrazan algún aspecto con tintes de igualdad para que, piadosas, creyentes y sumisas pensemos que estamos en el camino, y que, por supuesto, éste es difícil pero se construye, que cada vez más, la mujer participa en la vida política y en las decisiones que de verdad importan.
No es cierto. Incluso hay algunas voces cínicas que se atreven a decir que la mujer es diferente, que no quiere el poder. Ja. Como si el poder fuera un ente masculino. Como si el poder no fuera información, decisión, organización, y todas las “on“ con las que tomar las riendas de nuestro destino.
No. No pienso comerme el caramelo.
Me enferma y me agrava la úlcera, ver cómo la imagen de la mujer se degrada con el beneplácito y la aquiescencia de los espectadores en innumerables programas televisivos donde es seleccionada por un hombre como si de un ganado se tratase. Y es que parece que se olvida que los medios de comunicación, aparte de ser un recurso de ocio, tienen, como entes socializadores que son, la obligación de ser un agente educativo, y no sólo eso, sino el deber moral de contribuir a la mejora de nuestra sociedad.
El lenguaje machista no es más que un reflejo de la sociedad actual. El discurso masculino es el que anega los medios de comunicación. Y este es aún más evidente y claro en política. Es la soflama con que se jactan algunos políticos corruptos de sus fechorías, o las referencias constantes a sus clubes de amigotes o a su poderío. Es la primera página de un periódico nacional con el trasero de las esposas de dos presidentes de gobiernos.
El lenguaje es sólo el reflejo de ideas tan peregrinas como que los hombres se otorguen el poder de decidir cuándo una mujer debe abortar o no. Esto, en un mundo justo, sería tan absurdo como el que la mujer decida cuándo un hombre debe estar circuncidado o no. Y es que algunos, en pleno siglo XXI, consideran aún el cuerpo de la mujer como una posesión masculina. Esta, y no otra, es una de las principales causas del creciente número de asesinatos de hombres despechados a sus parejas.
El hecho mismo de que el comercio carnal esté institucionalizado, el que la prostitución sea vista como un mal menor o como una necesidad necesaria para el buen orden social, no es sino una prueba más de la degradación e inferioridad de la mujer.
El que algunos hombres se presten a ser igualmente degradados, no nos engañemos, no es sinónimo de igualdad, sino una confirmación más de cómo se extiende la podredumbre.
Todo esto, viene a cuenta de lo que oí esta mañana, en una discoteca de menores y como reclamo, se subastan chicas, con dinero del monopoly entre los chicos. Quien más dinero obtiene consigue llevarse a la chica. Los niños reproducen siempre el juego de los mayores. Con la salvedad, de que esto ya no es un juego, sino la vida nuestra.

12 comentarios:

Nefer dijo...

Desde pequeños nos estamos formando como personas y sí tienes toda la razón del mundo. La violencia de género, la superioridad del hombre, desde antiguo es algo que nos viene impuesto. Es un proceso en el que todavía nos queda mucho por recorrer y por supuesto muchas religiones, sino todas, no ayudan a superar estos conceptos.

maslama dijo...

hola guapa;
las madres son las primeras que toleran y fomentan el machismo en las familias

besos,

María dijo...

Yo creo en la igualdad. Por eso me dedico a educar. Y lo conseguiremos...

Carina Felice, Photography dijo...

estas enojada, amiga, y con razon.
Consumimos y cosificamos todo...y la marea arrastra como ganado , como bien decis.
si te sirve, desde esta lado de la laguna, pienso lo mismo, asique abran camino que vamos a pasar, con Lente y todo.
Un beso enorme
Namaste

Anónimo dijo...

haciendo pruebas

Anónimo dijo...

Maslama, ese dedo acusador hacia la mujer/ madre deja mucho que desear...Las madres predicamos en el mismo desierto que el resto de educadores/as,nuestros hijos/as interactuan con el resto de la sociedad y con los medios de comunicación, sólo que ellos,los medios, poseen herramientas de seducción superiores a las nuestras.Una pena que no hables de la figura paterna como co-responsable de la tarea educativa. Hartita estoy de comentarios machistas como el tuyo. ¿Se esta juzgando a alguien ? Aliss

R. V. dijo...

Estoy de acuerdo contigo Ico. Sinceramente la mujer sigue viviendo en inferioridad clara. Y los que se engañan hablando de igualdad, tienen intereses particulares que defender para que no nos demos cuenta de esta penosa situación. Y bastante culpa de esto la tienen también varias mujeres que denigran a las de su mismo género, se me viene a la cabeza Esperanza Aguirre o Ana Botella. La mujer debe coger el mando y manifestarse, pero lo peor es que no hay movimiento social específicamente feminista y hace falta. Como tú sabes, yo soy independentista y de izquierda y en organizaciones en las que colaboro, hay varias mujeres que son iguales en nuestra organización y no de las que hablo a menudo de la necesidad de hacer un frente por la verdadera igualdad de la mujer. Yo las apoya si hay movimiento en la calle, eso está claro.

Saludos.

farala dijo...

ayyyyy, pues lo siento por ti; ico, pero te voy a desear que muchos días te despiertes así... de mala leche: se te afila la lengua y dices las cosas como son. con dos volantes, si señora

alejandra dijo...

Este es nuestro pan de cada día, yo soy muy joven y nací ya en la "igualdad" pero ya no la estoy búscando. Somos totalmente diferentes hombres y mujeres, no creo que debamos ser iguales, solo tratarnos con respeto y no dar lugar a situaciones bochornosas como la que detallas. Es más ARRIBA LAS DIFERENCIAS! porque aunque a veces desee "ser un hombre" (relato: quiero ser un hombre), soy una mujer y disfruto cada día de serlo

Ico dijo...

Alejandra, la feminidad no está reñida con feminismo. Afortunadamente ,somos diferentes pero también, y eso es lo malo, en sueldos, en acceso a la política, en la imagen dada en los medios...etc… ésa es la igualdad que reivindico, no la otra. Estoy de acuerdo Alise las madres no son más que un engranaje de este sistema machista no las responsables de su existencia.

alejandra dijo...

Pero, quizás mi realidad sea distinta, la desigualdad que yo observo no es de acceso a la plítica ni de sueldos, que seguramente exista, yo la que siento es la desigualdad social, y esa sólo podrá cambiarla el tiempo...y seguramente necesitemos siglos

Ico dijo...

lo privado y lo social es político también... no esperaremos tanto seguro..