sábado, 25 de abril de 2009

El abismo de lo que una vez fue corazón


Barcelona. Las Ramblas. Sábado. Seis de la tarde. Cafetería a medio llenar.

- Me pasas el periódico que no lo he leído- dice la joven escuálida que está sentada en la barra. Su piel es morena y sus rasgos amerindios la delatan.

- Te lo vendo a mitad de precio- responde alegre el señor a su lado. Pero la chica no sonríe. Tiene la mirada triste y un aire ausente y turbio, como si estuviese pensando en oscuros pensamientos inconfesables. El hombre ha tomado su café y se aburre, entonces decide hablarle.

- ¿Quieres un café, chiquita?

La chica se alza de hombros con aire indolente.

- si me invita- dice con un matiz cansado en su voz.

- Claro, todavía no he dejado que ninguna mujer me invite. ¿Cómo te llamas?

La joven mira por primera vez al hombre, lanza una mirada inteligente sobre él e imagina su deseo. Esto solo le provoca una profunda desgana.

-María, Laura…hija, como quiera- dice sardónicamente, hay una mueca un su rostro que no llega a ser una sonrisa. Este gesto le hace mayor de lo que es, pero en realidad no tiene más de veinte años.

-je..je… no eres de aquí ¿verdad?

La muchacha no responde. Quiere leer el periódico. Tendré que aguantarle todas sus tonterías por un café.

-y ¿qué haces aquí?

-A parte de tomar café, busco trabajo...- responde la muchacha sin mirarle.

Ahora me dirá los trabajos están difíciles, si tu quisieras, yo te podría ayudar.

-uff… los trabajos están difíciles hoy en día. Pero una chica tan guapa como tú – el hombre arrastra las últimas palabras con delectación.

Si vale. No diga más.

-¿has comido ya? ¿Tienes hambre?

- no, pero es lo mismo- dice la chica alzando nuevamente los hombros.

-Ah eso sí que no, al estómago nunca se engaña.

Al estómago es a lo único que se engaña, imbécil.

-camarero póngame un plato combinado ¿Cuál quieres?

-Me da igual.

El hombre pide por ella. La mujer come primero con desgana y luego con avidez. El hombre le habla sin parar. Ella no responde.

-Así me gusta, todavía tienes que crecer. Yo soy capitán general del ejército.

Tú si que te supiste asegurar la vida bien, ¿eh gordito?

-Bueno, parece que tenías hambre. No me mires así…yo no busco nada, no me gusta aprovecharme de las personas.

Parece sincero, este calvo gordito, quien sabe, un buen padre de familia, retirado ya, quizá hoy sea diferente Lolita.

-Yo te puedo dejar cincuenta euros si los necesitas… - el hombre mira a un lado y otro de la barra, baja el volumen- si tú quisieras, podríamos pasar un ratito juntos.

La mujer asiente en silencio. El hombre pone el dinero sobre la mesa y salen juntos. En la habitación del hotel el hombre se desnuda mostrando obsceno una gran barriga prominente. Lolita se desviste mientras mira por la ventana del hotel. El hombre la vuelve hacía sí por los hombros e intenta inútilmente introducir la lengua dentro de su boca. Pero ella se resiste. Se tiende en la cama y se abre de piernas. El hombre la enviste mientras dice palabras que ella no oye. El hombre cierra los ojos y no ve que la chica llora silenciosamente.

Paren ya, paren ya, paren ya. Por qué todos quieren solo mi cuerpo. Paren ya, pero no se podrán apoderar nunca de mi corazón porque ya no existe. Haré lo que usted me pida señor, solo le daré mi cuerpo, solo, no sabe lo bien que lo utilizo, como le tengo enseñada la lección, aunque no pueda controlar ahora las lágrimas. Mientras usted intenta en vano penetrar en mi, llenar lo que es imposible llenar , que tantos como usted quieren llenar, señor capitán general no ha ganado usted ninguna batalla a este corazón que no existe, solo ha ahondado un poco más el abismo…paren ya lágrimas, estúpidas, ilusas, niñas todavía esto es la vida…qué te creías.

-Te cuidado con el dinero, que hay mucha gente mala aquí en Barcelona. ¿Pero ya estás vestida?

- sí, debería haber más gente como usted.

- sí, es lo que yo digo, como yo hay pocos.

- cierto, señor.


8 comentarios:

Isidora Rufete dijo...

Cruel y triste, Ico...Una vez más, has logrado emocionarme.

farala dijo...

me gusta cómo cambias la voz sin avisar, tiene un efecto de inmediatez, tu uso del estilo indirecto libre. La historia, de nuevo, dolorosa. sólo una cosa "embestir" (atacar, acometer, arremeter, chocar, estrellarse, abalanzarse, golpear) con B de Bestia, que es lo que es el cerdo ese

Ico dijo...

ja..ja.. gracias.. también podía ser "envestir" cubrir, revestir...pero es el "enbiste" del toro mas agresivo evidentemente. Eso pasa por dar la autoridad al corrector del word... gracias por tu apreciación...

without dijo...

Los versos de una puta, peculiar reflejo de una realidad.

Un abrazo ;)

Dori dijo...

Dura realidad contada de una forma que llega.

Saludos

Mireia dijo...

Hola Ico, no sé cómo llegué a tu blog pero 2 o 3 posts que he leído me han enganchado. No suelen gustarme los blogs de relatos, pero el tuyo es diferente. Demasiado real. Pero me gusta, sigue así!

sempiterna dijo...

Me gusta mucho leer pensamientos y diálogo acto seguido. Ayuda mucho a la historia. Buena historia. Beso

Nefer dijo...

Le pondría yo también B, menudo capullo y menuda historia. Cruél y triste a la vez