miércoles, 18 de marzo de 2009

El gran salto


Algunos los han visto llegar a una reunión atolondrados, buscando su sitio, desconcertados. Avanzan despacio mirando algún lugar lejano donde nosotros no divisamos nada. A veces han podido incluso oírle susurrar por lo bajo exclamaciones del tipo:

- anda, han cambiado algo.

Y siguen buscando su sitio, el de siempre. Luego los ves sentarse, difuminados, en los asientos de otros o mirar reconcentrados. Pero ya no están. Dicen que es porque algunos no saben que ya se han ido, que siguen repitiendo los mismos gestos que hacían cada día, y vuelven para pasar por aquellos lugares donde debían haberse ido.

En ocasiones, se extrañan de ver a la gente llorar a su alrededor y se limitan a contemplar este acontecimiento. Sin hacer nada, sin decir nada, como si inmiscuirse en el dolor de los otros fuese un acto obsceno e indelicado que debieran evitar, y siguen de largo, ausentes, de su misma partida.

Mi hermana me lo contó así. Ella estaba en el sofá tendida, quizá adormilada, entonces lo vio entrar, con su misma camisa sahariana. Andaba fatigado, con aire reconcentrado. En un gesto muy suyo, se quitó las gafas y las limpió con el borde de la camisa azul, luego continuó a lo largo del pasillo hacía la calle. Nada hubiese sido diferente a de otro día, salvo, por la extraña circunstancia, de que mi padre llevaba varias horas muerto.

Es también característico el gesto concentrado, quienes los han visto en estas horas reciente lo afirman, como si sus pensamientos anduviesen ya en otra parte, en otra escena de la que no formamos ya parte. Y así es, ellos ya han dado el gran salto. Sin embargo, en ocasiones, y por alguna desconocida razón el cuerpo queda unas horas rezagado.

El tiempo de duración de este fenómeno es limitado, luego desaparecen para siempre jamás. Aunque, también hay algunos que afirman que, en realidad, lo único que desaparece es el cuerpo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Relato extraño, con situaciones inverosímiles lleno de simbología, dando lugar a mis propias dudas sobre la muerte.
Esta vez has parido con dolor.

Anónimo dijo...

La percepcion de su presencia,aun la mantengo, en los momentos mas imprevisto sucede. Ese beso fugas que deja su olor tan peculiar a su After Shaver de Floyd.Se produce en el mismo lugar que antes de desaparecer

Ico dijo...

Mitocondría siempre son generosas tus apreciaciones literarias y vitales. Gracias.

maslama dijo...

hola profe;
un post estremecedor.. veo la muerte como un proceso viscoso, que siempre (por mucho que nos avisen) llega antes de tiempo, de improviso

besos entristecidos,

dintel dijo...

Me ha encantado el texto.