domingo, 22 de febrero de 2009

El otro lado


Hace algunos años trabajé en Servicios Sociales. Comencé en pisos tutelados y acabé en centros cerrados de medidas judiciales. Los pisos tutelados son casas, ellos los llaman hogares para darle cierto carisma familiar del que carecen, donde ubican a niños de cero a doce años, a los que el gobierno ha quitado la custodia o patria potestad a los padres de manera provisional o permanente. Recuerdo una casa donde vivían ocho hermanos de una misma familia, el más pequeño aún estaba en la cuna. Normalmente estos hogares los llevan ONG y suelen estar mayoritariamente mal pagados. Los cuidadores y educadores permanecen poco en ellos, por lo que los niños tienen constantemente un sentimiento de provisionalidad difícil de quitar de sus miradas.
Meses después, trabajé en un centro de medidas judiciales semiabierto. Esto es, un centro donde conviven adolescentes de quince a dieciocho años que han cometido alguna serie de delitos, normalmente robo de vehículo. Dependiendo del comportamiento pueden salir algún que otro fin de semana. De éste pasé a un centro de medidas judiciales cerrado, de donde no salía ni dios y donde descubrí caras conocidas de otros centros. Entonces supe que allí iban a parar muchos de los adolescentes de los centros semiabiertos, por lo que, y al igual que yo, pasaban de una fase más moderada a otra más restrictiva en línea ascendente. Esta evidencia me llevó a la dolorosa constatación de saber que había una correlación continua entre los niños de los pisos tutelados y los jóvenes de los centros de medidas judiciales. Aquellos niños abandonados de la mano de dios y del gobierno acabarían irremediablemente algún día en uno de estos centros. Esto me llevó a la reflexión de que nadie nace delincuente, pero sí hay formas de hacer poco a poco a un niño un delincuente.
Yo, en realidad, no duraba mucho en estos centros, de algunos me echaban y de otros me fui yo, por eso de cuidar un poco mi salud mental. Allí vi de todo: menores encerrados días enteros en celdas de castigo, maltrato físico y psíquico, consumo de drogas, abuso de poder y un largo etcétera. En el último fui despedida por denunciar una paliza de un vigilante a un chico de quince años. Todo esto viene a raíz de algunas noticias salidas en prensa acerca de estos centros, lo que cuentan es cierto, y más aún que no se contará por miedo a represalias a los menores o a los educadores.
No creo en la función educativa de estos centros, entras siendo un medio delincuente y sales siendo uno entero. En los centros sólo se refuerza el desamparo y el abandono. Están tan solos que acaban uniéndose a un grupo y formando lazos de hermandad inquebrantables para hacerse compañeros de infracciones de por vida.
Nunca podré entender por qué se encierra aun niño que ha sido maltratado para continuar haciéndolo más. He pasado muchos días pensando en ellos, en esos rostros desesperados, hundidos en la desesperación y sin salida. Por más que he intentado poner una coraza en mis sentimientos, nunca he podido dejar de verlos como eran: desnudos en las celdas, haciéndose marcas con una cuchilla en los brazos para sentir aunque fuera dolor, sin futuro, derribada su fortaleza en la soledad de cuatro paredes. Muchas noches me desperté sin poder conciliar el sueño. Aquí perdí la fe y la esperanza de nada. No podía ver otra cosa más que lo que eran: niños. Tuve que abandonar ese oficio de educadora sin educar, pero nunca me fui, decidí permanecer en la celda con ellos y mirar la vida desde este lado. Una vez que entras ya no hay salida.

3 comentarios:

Mari Triqui dijo...

Llevo algunos días leyéndote. Sobrecogedor tu post hoy.

Eres valiente. Yo sé que no sería capaz de dedicarme a "educar" a estos chicos y chicas... qué cruda esta realidad, qué delicada...

Un beso.

dintel dijo...

He leído las noticias de las que hablas. Hecha la ley, hecho el abuso.

Anónimo dijo...

SI TERROROFICO' estuve en el tabares de tenerife , y es patetico , que quitaran el programa que se estaba llevando con tanto exito, de la unidad libre de drogas, saben porque , por que no interesa, simplemente que se recuperen ,quieren que los centros esten llenos