domingo, 25 de enero de 2009

SOMBRA DE TIEMPO

No tengo memoria. No recuerdo cuando la perdí. No sé en qué momento mi mente hizo clic y dejó de hilar de forma lineal y consecuente los acontecimientos que una vez formaron parte de mi pasado.
Hay personas que piensan que esto es una desgracia. No para mí. Ausente de recuerdos añejos, tengo el espacio vacío para llenarlo con los que invente. Teniendo, sin ninguna mala conciencia, la posibilidad de irme reinventando cada vez que quiero.
Sin embargo, esto no es del todo cierto, a veces, como hoy, me llega como un relámpago de luz un recuerdo, que sé, sin mucha certeza, que me sucedió a mí. Fue a causa de esta foto que me ha enviado mi hermana.
Mi hermana, la de la foto sonriente y mojada, y a la que todos llamábamos la rata porque se pasaba la mayor parte del tiempo escondida de la gente en su minúsculo cuarto, sonríe a la cámara. Mi abuela, casi como un fantasma o una sombra que se desdibuja ya, está detrás, resguardada del sol bajo las toallas.
A mi abuela no la conocí, murió cuando yo era todavía muy pequeña para acordarme, solo un recuerdo: una tarde me envió a comprar galletas y cuando volví con el paquete de galletas María me dio la peseta que había sobrado de la vuelta.
De mi hermana tan sólo recuerdo aquél día. Debía ser domingo porque estábamos casi todos los hermanos en la mesa de la cocina hablando y comiendo café con leche y pan con mantequilla. Mi hermana salió de su cuarto y se sentó con los demás, en la mesa y fue cuando dijo aquellas atroces, para mí, palabras. El silencio cortó el aire un instante, como si todo se detuviese, y en medio estuviera yo, mirándola asustada porque pensaba que iba a perderla. Luego empezaron las preguntas y las risas, y los comentarios de mi madre y yo me llevé una buena torta por gritar que no quería que se casara.
No recuerdo qué se dijo, que fue lo que realmente me asustó ni porqué acabé llorando desesperadamente debajo la mesa. Tal vez temía que se fuera de la casa para siempre o se muriese en ese instante.
Mi hermana se casó, y no sólo no se fue sino que vino a vivir sobre nuestra casa. Despues de la boda tan sólo desapareció una semana sin bajar a la casa y fue, según nos dijo años después, por vergüenza. Su cuarto minúsculo de soltera pasó a ser ocupado por mi hermano, el banana, que pasaba muchas menos horas en él y siempre lo dejaba abierto. Un día descubrí porqué se encerraba la rata en su cuarto tantas horas. Debajo del colchón y lejos de la mirada inquisidora de mi madre encontré su secreto. Las novelas se amontonaban escondidas sobre el somier de muelles. En aquella época para mi madre leer novelas era solo perder el tiempo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Las personas somos sin lugar a dudas lo que soñamos, lo que hacemos y lo que nos ha pasado en nuestra vida. De esos años de infancia probablemente duros por la incomprensión de la época y las penurias...no dudo que "la rata" y "la profesorada chiflada" siguen teniendo sueños que compartir con el mundo, cosas aun por mostrar en la vida y experiencias con las que llenarnos el alma.

Anónimo dijo...

La mente humana sigue siendo misteriosa,desconocida a la vez que frágil, puede proporcionarnos grandes satisfacciones y, a la vez, jugarnos malas pasadas. Yo, al contrario que la profesora chiflada, tengo una memoria demasiado exacta...Una gran amiga me dice siempre "el día que quiera escribir mis memorias, recurriré a ti como archivo documental viviente" Muchas veces quisiera tener esa capacidad de reinventarme y ser capaz de borrar todo y todos aquellos que me han hecho daño...pero seguro que no sería yo.

Anónimo dijo...

ME HE DETENIDO POR LA FOTO ,YA QUE LA ANCIANA TIENE UN PARECIDO CON LA PROFESORA CHIFLADA. RECUERDO QUE CUANDO MI HERMANA TAMBIEN DIJO QUE SE CASABA YO SOLO TENDRÍA 20 AÑOS ESTABAMOS EMPEZANDO A SALIR Y A DISFRUTAR DE LA CONVIVENCIA DE UNA CASA DECIERTA DE TANTOS HERMANOS Y NO SE LE OCURRIÓ MEJOR IDEA QUE CON SOLO 24 AÑOS CASARSE , ME INVADIO UNA GRAN RAVIA Y DESCONCIERTO ,YA QUE PENSABA QUE ME DEJABA SÓLA Y PREFERIA ESTAR CON ESE ESTRAÑO CHICHO QUE SÓLO SE CONOCIAN DE POCO TIEMPO. NO ENTENCIA COMO SE QUERÍA IR DE LA CASA SI AHORA LA TV ERA PARA LAS DOS , EL BAÑO SIEMPRE ESTABA LIBRE Y NUESTRA MADRE SIEMPRE ESTABA DE VISITA AHORA EMPEZABAMOS A DISFRUTAR Y ELLA QUIZO VOLAR.

Anónimo dijo...

OTRO TÍTULO EN REFERENCIA A LA SOMBRA DEL TIEMPO . "UN VERANO EN LA AZOTEA"

Ico dijo...

OK pero dame tiempo.. que tengo algunos atrasados... besos

Anónimo dijo...

muy bonito, un trozo de posibilidad
Jirafa